Los ricos también lloran
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Los ricos también lloran
Ruido llega a Netflix en enero. Foto: Netflix

Sí, el país está dividido. Que si la marcha a favor de la democracia, que si la marcha de la transformación. Que si “ustedes”, que si “nosotros”. Y esta polarización provoca tal paranoia, que habrá quienes se sientan aludidos al leer un título como el de esta columna y piensen que un periodista puede usar el nombre de una simple telenovela para mofarse de ellos, o que de alguna manera la palabra “rico” ya se convirtió en código para algo más. Incluso, podrán sentirse aludidos por esta palabra que no aplica para la gran mayoría porque, técnicamente, no pertenecen a dicho estrato social.

Fobias aparte, déjenme contarles quién se supone que sí es “rico” o pertenece a las clases acomodadas: Silverio Gama, el documentalista interpretado por Daniel Giménez Cacho en Bardo, de Alejandro G. Iñárritu; Isabel, personaje de Nailea Norvind en Manto de gemas, de Natalia López Gallardo; Don Reynaldo, inspirado en el empresario Alejo Garza en El norte sobre el vacío, de Alejandra Márquez Abella; y Julia, la artista plástica interpretada por Julieta Egurrola en Ruido, de Natalia Beristáin Egurrola.

Lo que todas estas películas mexicanas de 2022 tienen en común es que presentan una visión de México desde el privilegio. Pausa. Privilegio es privilegio, tampoco es código para referirse a otra cosa. Los personajes de estas historias viven la violencia, la pérdida, el dolor y la frustración desde el punto de vista de sus directores, quienes a su vez son personas que nos hablan desde una posición de privilegio. Varios de ellos, incluso, han explicado en entrevistas su decisión consciente de volver a estos personajes un espejo de sí mismos.

Silverio es un alter ego de Iñárritu, que le sirve para reflexionar sobre su propio éxito como cineasta y su rol en la sociedad mexicana; Isabel y su familia son víctimas del narco en el estado de Morelos, lugar de residencia de la propia López Gallardo, quien se inspiró en gente local; Alejandra Márquez Abella, como los personajes de su película, creció entre ranchos de los Márquez Jaramillo en San Luis Potosí; mientras que la directora Natalia Beristáin dirigió a sus propios padres, los actores Julieta Egurrola y Arturo Beristáin, para contar la historia de una hija desaparecida en medio de la violencia que se vive en México.

En una entrevista para Netflix, la directora de Ruido confesó que sintió miedo de tocar este tema desde la deshonestidad: “¿cómo meterme en un tema de esta naturaleza desde mi privilegio de la clase media y desde lo intelectual o artístico?”. De ahí que decidiera convertir al personaje interpretado por su propia madre en una artista plástica, “para hacer las paces”, explicó. “Viene de la clase media alta, es educada y es de la Ciudad de México”.

Este tipo de honestidad se agradece, ¿pero funciona con el público? En su estreno durante el Festival de Cine de Morelia, Manto de gemas dejó pasmada a la audiencia y varios abandonaron la sala. Estamos hablando de una de las mejores películas mexicanas de este año, ganadora del Oso de Plata en la Berlinale, y que cuenta con la mejor actuación de Nailea Norvind de toda su carrera. En su paso por la muestra de la Cineteca Nacional, algunos cinéfilos expresaron su malestar ante la participación de Norvind, a quien perciben como una actriz de telenovelas que ha recibido privilegios como miembro de Televisa.

Esto debería encender las alertas para Ruido, que también llegará a algunas salas de cine antes de su estreno en Netflix. Si bien la película de Beristáin es una gran producción y la actuación de Julieta Egurrola está a la altura de sus mejores papeles, hay algo en la manufactura tan característica de los productos de Netflix, que tiende a uniformar el aspecto de todas sus películas, que choca con el realismo que la directora pretende.

Ver al personaje de Egurrola, una artista de posición acomodada que tiene el dinero para sobornar a las autoridades y llegar hasta lugares donde no se le permite la entrada a activistas, periodistas y mucho menos a las familias de otras víctimas, puede provocar pena ajena (el consabido cringe) en más de una escena. Aunque repito, todo esfuerzo que sirva para contar historias comprometidas con temas urgentes que afectan a nuestro país, es algo que se agradece venga de donde venga. No todos podrán abrir la cartera como Guillermo del Toro.

Quizá le debemos este súbito acto de contrición de las clases privilegiadas a películas como Nuevo orden, El hoyo y Parasite, que desataron una ola de imitadores que hoy exploran los mismos temas, en películas y series como The White Lotus, Nine Perfect Strangers, The Menu y la ganadora en Cannes de 2022, Triangle of Sadness. El propio Galder Gaztelu-Urrutia, director de El hoyo, pretende seguir la misma línea con su siguiente película, Rich Flu, sobre un virus que solo ataca a los ricos. Todas estas son historias que muestran la fragilidad del llamado privilegio y nos recuerdan que “los ricos también lloran”.

Alguna vez, durante la presentación de un libro donde tuve la oportunidad de leer un relato escrito por mí sobre un personaje de clase media alta, alguien del público me interrumpió para decirme que yo le caía mal, asumiendo que por estar escrito en primera persona yo era tal personaje. Lejos de incomodarme, le respondí que siempre hay que aprovechar la oportunidad para aprender sobre lo que desconocemos, porque mucho se dice de los pobres pero poco se sabe de los ricos.

En este sentido, una película como Bardo no aporta nada cuando se le compara con las arriba mencionadas, pero involuntariamente se convierte en la mejor muestra de esta fragilidad de la que hago mención. Seamos abiertos y receptivos, pues, y escuchemos lo que todos tienen que decir. Cómo podría, por ejemplo, una mujer blanca, conservadora y en posición de privilegio, entender el drama del aborto tras una violación, o a las familias desplazadas por la gentrificación, si no lo vive en carne propia, o al menos lo puede ver en una película con un personaje que habla, se ve y se escucha como ella. Aprendamos entonces de la experiencia de los demás.

BREVES

Ruido llegará a la plataforma de Netflix el 11 de enero. Manto de gemas se exhibió como parte de la muestra de la Cineteca Nacional, que continúa en cineclubes hasta el 8 de diciembre.

Desde el 28 de noviembre inició transmisiones el canal de televisión MX Nuestro Cine, una colaboración entre Canal 22 y el Imcine, donde se dará difusión a producciones realizadas en México. Se puede sintonizar en el 22.2 y también en televisión de paga. Más información en su sitio (https://www.canal22.org.mx/mx_nuestro_cine.html)

Desde el 2 de diciembre inicia la segunda temporada de Slow Horses, la serie de espionaje protagonizada por Gary Oldman para Apple TV Plus. Mientras que la película de terror No abras la puerta, del director Humberto Hinojosa Ozcariz, está disponible en la plataforma de ViX desde el 30 de noviembre.

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