Pelé: tesoro mundial y eterno

“Todo lo que veas haciendo a cualquier jugador, Pelé lo hizo primero”, Erling Haaland.

Hace unos días falleció Edson Arantes de Nascimento “Pelé” a los 82 años. Esta noticia tuvo una gran difusión alrededor del mundo por la trascendencia que Pelé tuvo no solamente en el deporte más bello y popular del orbe, sino por la que tuvo en temas más allá del balompié.

En el inmenso palmarés que pudo lucir a lo largo de su vida, el haber sido tres veces campeón de la Copa Mundial en los años 1958, 1962 y 1970 hizo que su nombre se inscribiera con letras imborrables en algunas de las páginas más luminosas de la historia.

Ha sido tal su importancia y presencia perenne en cualquier conversación sobre futbol, que aun cuando después de sus tiempos ha habido otros futbolistas totales que han marcado el rumbo de la competición a nivel de clubes o a nivel de selecciones nacionales, el nombre de Pelé sigue siendo promovido y defendido de manera férrea por aquellos quienes tuvieron el privilegio de atestiguar sus hazañas en las noches mágicas patrocinadas por su talento y creatividad como el mejor de siempre.

Desde su vida y también a partir de su muerte, han sido innumerables las muestras de admiración por parte de personas pertenecientes a todos los sectores y procedentes de todos los países, lo que comprueba una vez más su calidad de embajador mundial y de fuente de inspiración para muchas personas que aspiran a ser relevantes en aquello a lo que se dedican, pues es cierto que en un mundo en el que hoy existimos más de 8 mil millones de personas, son muy pocas las llamadas a generar ese grado de admiración a partir del trabajo duro y del talento. 

A Pelé le tocó ser parte de una transición en la industria del futbol, pues si bien los inicios de un balompié verdaderamente organizado se dio a comienzos del siglo en el que Edson Arantes do Nascimento marcó al mundo, fueron elementos como su verdadera expansión, su difusión masiva y la participación de cada vez más conjuntos los que hicieron que el futbol fuera uno antes de Pelé y otro profundamente distinto después de sus tiempos, arribando finalmente a la modernización de un deporte popular como ninguno.

Hablar de números individuales en un deporte en el que no se ha acostumbrado hacerlo y en el que mucho menos que en otros estos pueden demostrar la influencia de un jugador en los poco más de 90 minutos que dura un encuentro, estimo pertinente recordar que estamos hablando de un crack que en 819 partidos anotó 757 goles, esto en una posición que no siempre fue de centro delantero y en una época en la que el arbitraje no protegía (o sobreprotegía) como hoy a los jugadores más talentosos dentro de la cancha.

Fue tal la importancia que en lo social tuvo Pelé, que incluso el gobierno brasileño lo declaró “tesoro nacional”, lo cual hizo que este artista del balón no tuviera la posibilidad de llevar su magia a lugares que siempre han sido considerados los más avanzados en lo que a futbol se refiere. No obstante, es momento de destacar que si bien es ahí donde la competencia es mayor y en donde se encuentra la vanguardia en los estilos de juego que han marcado al futbol mundial, tanto la picardía, como la alegría y consecuente impredecibilidad que siguen haciendo diferente al balompié de otros deportes, ha sido en su amplia mayoría aportada por Brasil y Argentina.

El mundo está de luto pues otro de sus personajes más destacados ha pasado a mejor vida, sin embargo, esta persona que originalmente fue declarada por el gobierno brasileño “tesoro nacional” hoy es considerado por el consenso de la sociedad mundial un tesoro también mundial y eterno, pues como ya lo dijo Eduardo Galeano: Pelé nos ha regalado “momentos esos tan dignos de inmortalidad que nos permiten creer que la inmortalidad existe”.