Mujeres que facturan

Activista, luchadora social y promotora de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad, comunidades indígenas y personas LGBTQ+. Presidenta de la Asociación Civil Rosa Mexicano. @catymonreal_

Mujeres que facturan
Foto Pixabay

Ha sido llamado el tema del 2023, sin importar que apenas llevamos dos semanas del año. En ese espacio de tiempo han pasado muchos acontecimientos políticos, desde el asalto el 8 de enero en Brasil por parte de simpatizantes de Bolsonaro, hasta el continuo debate sobre la seguridad en México. 

No obstante, el tema que ha dominado el discurso mediático se refiere a algo que la opinión pública cataloga de banal: una canción, que es un paso más en una pública separación entre dos súper estrellas: Shakira y Piqué. En el feminismo decimos que lo personal es político porque los temas de mujeres o de familia muchas veces se terminan metiendo “debajo de la mesa” por precisamente considerarlos eso, “privados”. Temas que ante el orden patriarcal no tendrían por qué discutirse. En cierta forma, esto ha pasado con la separación pública de Shakira y Piqué. 

Este tipo de asuntos nos sirven para reflexionar sobre los estereotipos, roles y brechas de género que aún predominan, incluso en las esferas más privilegiadas. Desde el análisis de género decimos que la violencia de género es como un iceberg, solo podemos ver el 10%, mientras que el otro 90% permanece invisible. Este 90% generalmente se mantiene precisamente en lugares como la cultura, las normas y otras barreras que normalizan la discriminación de género. 

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Por ejemplo, una de las frases más polémicas ha sido que “las mujeres ya no lloran… las mujeres facturan”. De acuerdo con la UNAM, una de las causas por las cuales las mujeres no dejan relaciones violentas o no se divorcian es precisamente por la falta de recursos económicos. Incluso, los programas de empoderamiento económico son parte importante de los Centros de Justicia para Mujeres, precisamente para apoyar en este aspecto.  

Aun así, el empoderamiento económico de las mujeres ha sido uno de los grandes pendientes a nivel global. Tan sólo en México y de acuerdo a datos recolectados por Konfío, (plataforma de financiamiento para MiPyMES) y con cifras del INEGI, solo tres de cada diez Pymes que se abren en nuestro país son encabezadas por mujeres. Aunque pareciera poco, esto sitúa a nuestro país como el segundo con mejores oportunidades de emprendimiento para las mujeres en Latinoamérica por debajo de Chile. 

Por otra parte, la plataforma de facturación Alegra.com reporta que las emprendedoras facturan un 18% menos que los hombres. Sin embargo, sabemos que solo el 45% de las mujeres en México participan en el mercado laboral en 2020, comparado con 77% de los hombres. 

Esto hace que nuestro país tiene el nivel más alto de empleo informal entre las economías más importantes de América Latina con el 60% de acuerdo con la OCDE, trayendo como consecuencia bajos salarios, poca cobertura de la seguridad social, y claramente, incumplimiento de los derechos laborales y un bajo pago de impuestos. 

A pesar de las más de 65 millones de reproducciones y memes alrededor, las mujeres de hoy no facturan ya que este se mantiene como un privilegio para aquellas que han podido establecer empresas y/o empleos con prestaciones de ley. Entre los debates que esta separación ha abierto, sobre la sororidad, el feminismo, y las conductas adecuadas cuando dos personas se separan, vale la pena recordar que aún existe una amplia brecha para que las mujeres puedan sentir autonomía financiera fuera de sus parejas.

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