Morena va por la UNAM
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Morena va por la UNAM
'La UNAM seguirá siendo una casa de excelencia, pluralidad y oportunidades para mexicanos aspiracionistas por muchas, pero muchas décadas más'. La fachada de la UNAM. Foto: UNAM/Cuartoscuro.

Agitar a la Universidad Nacional Autónoma de México es una de las intenciones de Morena hacia la sucesión del rector Enrique Graue durante el segundo semestre del año. Toda institución que haga valer su autonomía ante el régimen, es blanco de ataques disfrazados de iniciativas como ha ocurrido con el Instituto Nacional Electoral.

En el caso de la Máxima Casa de Estudios el objetivo es descomponer un sistema que ha probado su eficacia durante casi 80 años para blindarla del manoseo político en el proceso de designación de su rector. El Ejecutivo necesita atizar la polarización para abrir varios frentes rumbo a un 2024 que se anticipa convulso y de alto riesgo, sabemos que intervenir en la vida de la UNAM puede desestabilizar al país, a pesar de eso el plan se confirma para agregar explosividad a la designación del sucesor de Graue en noviembre.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador no ha dejado de tener en el foco de sus ataques a la institución que le abrió las puertas para estudiar una licenciatura, lo que representó para el tabasqueño 14 años, mismo número de exámenes extraordinarios con un promedio de 7.8 en la Facultad de Ciencias Políticas. De su parte no hay reconocimiento, sino rencor, como en otras facetas de su vida en las que aflora la  patología de la destrucción. 

Desde 2021 el discurso oficial acusa mintiendo que la UNAM se “derechizó” y “aburguesó” se han dicho barbaridades como que la Universidad “perdió la esencia de formar profesionales dedicados al pueblo”.

La vocación social de la institución está fuera de toda duda, si hay un espacio para lograr la convivencia armónica de distintas ideologías y corrientes del pensamiento, con un espíritu crítico y plural, esa es la Universidad Nacional Autónoma de México, santuario de cientos de generaciones de mexicanos que han logrado una educación de excelencia y se han convertido en el soporte profesional de la nación en prácticamente todas las ramas del conocimiento. 

La grandeza universitaria no se mide por la mediocridad de sus detractores que pretenden convertirla en botín político, es el caso del diputado federal de Morena, Armando Contreras Castillo, un político de cuarta, comedido y servil. Este oaxaqueño de origen perredista y converso al partido del presidente, tiene lista una iniciativa para alterar el proceso de elección del rector de la UNAM que transgrede y desconoce la Ley General de Educación Superior publicada en 2021 por el propio Andrés Manuel López Obrador. Ese ordenamiento vigente en su artículo 49 establece:   

“Las autoridades educativas respetarán el régimen jurídico de las universidades a las que la ley les otorga autonomía, en los términos que establece la Constitución, lo que implica reconocer su facultad para ejercer la libertad de cátedra e investigación, crear su propio marco normativo, la libertad para elegir a sus autoridades, gobernarse a sí mismas, y administrar su patrimonio y recursos”.

Contreras Castillo es sólo un peón en el plan para desestabilizar a la Máxima Casa de Estudios, la campaña negra dirigida desde el Ejecutivo arreciará en los próximos meses con el propósito de sobrecalentar el proceso de elección del nuevo rector que comenzará en septiembre.

La iniciativa que aún no ha sido presentada formalmente, propone que la comunidad universitaria vote de forma directa, como si fuera una asamblea de su partido, para elegir rector, eliminando esta facultad reservada al máximo órgano de decisión en la institución que es la Junta de Gobierno como lo determina la legislación universitaria.

Más allá de sembrar un distractor en la opinión pública con un asunto que produce elevada polarización, resulta muy predecible amagar con esta propuesta justo cuando la Secretaría de Gobernación opera el abordaje contra el Consejo General del INE en la víspera del término del periodo de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, particularmente críticos de los autores del plan de aniquilación de nuestro máximo órgano electoral autónomo. 

Tampoco es coincidencia que en su artillería de injurias, López Obrador cuestione al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, casa de origen de Lorenzo Córdova y de Pedro Salazar, un reconocido jurista ex director de esa institución. Ambos personajes suenan en el ambiente universitario para aspirar a la rectoría que ha sido gobernada en los últimos 24 años por el grupo de los médicos (Juan Ramón de la Fuente, José Narro Robles y Graue).

Morena juega con fuego en terrenos que desconoce para intervenir en la vida de la UNAM, no será el primero ni último de los perversos intentos para politizar la vida académica en la que el Ejecutivo tiene un veto bien desarrollado históricamente desde 1929 para proteger a una de las instituciones más importantes de nuestro país, bastión de la ciencia, la cultura y el conocimiento, que tanto incomoda a la clase gobernante más retrógrada.

Morena dejará de ser el partido hegemónico, López Obrador dejará de existir y la Universidad Nacional Autónoma de México seguirá siendo una casa de excelencia, pluralidad y oportunidades para mexicanos aspiracionistas por muchas, pero muchas décadas más.

¡Con la UNAM no, señor Presidente! 

EDICTOS

Es muy evidente la incontrolable red de corrupción en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, que preside Rafael Guerra Álvarez. Recuerden el nombre de Karen, una operadora que no deja huella para que los anhelos de justicia se midan con maletas de efectivo en el apogeo de la era del cash. Con fajos de billetes se aceleran, retardan, complican o resuelven asuntos a través de un indignante tabulador que vende conciencias al mejor postor.

Una mínima revisión patrimonial bien hecha provocaría gigantescos escándalos de corrupción en el Poder Judicial de la capital que gobierna Claudia Sheinbaum. ¿Será que es parte del cochinito para la campaña del año próximo? Para los interesados, hay que seguir la ruta del dinero e investigar el modus operandi de Karen y su jefe. 

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