La lengua zapoteca más allá del binario
(De)construyendo

Ingrid Chávez es experta en políticas públicas con perspectiva de género. Es activista en diversas organizaciones donde impulsa el desarrollo y participación de mujeres y grupos en situación de vulnerabilidad. Twitter: @IngridChavezO

La lengua zapoteca más allá del binario
Foto: Envato Elements

A lo largo de la historia de la humanidad, el lenguaje ha representado una forma para nombrar lo que conocemos, sentimos y pensamos por medio de signos como las palabras, las imágenes y/o las expresiones gestuales. 

En México, con el proceso de colonización, se sometieron a los grupos culturales minoritarios a través de la imposición de una nueva lengua. Con ello, se produjeron cambios en la forma de pensar, la cultura, las creencias e, incluso, la percepción del mundo. Así, el castellano colonizador no solo subordinó la lingüística de los pueblos, sino que implantó reglas que limitaron otras posibilidades en la comunicación y en la forma de nombrar.

A pesar de ello, actualmente existen comunidades indígenas que son un ejemplo de la diversidad y la riqueza del lenguaje que no encasilla en términos binarios -femenino y masculino- para referirse a algo o alguien. Tal es el caso del pueblo zapoteca cuya lengua contempla el artículo ti, un acompañante de los sustantivos que significa “un, una” y que, usado con otras palabras, precisa la identidad de cada una, por ejemplo, ti nguiiu -> un hombre, ti gunaa -> una mujer, ti yoo -> una casa.

A diferencia del castellano, donde utilizamos los artículos “la, el, las, los, una, uno” para determinar el sexo de lo que se nombra, la lengua zapoteca encara las reglas del castellano y ofrece una visión distinta más allá de lo binario. Como lo ha mencionado en diversas ocasiones Amaranta Gómez, antropóloga social y activista muxhe, “el artículo ti acompaña la identidad gramatical, pero no la define”.

¿Qué alternativas proponen las lenguas indígenas en la forma de comunicarse y expresarse? Sin duda, no son esas comunidades ancladas al pasado como se han percibido durante mucho tiempo, todo lo contrario, desde sus orígenes han ofrecido una tercera posibilidad en el lenguaje más allá de lo que instauró el colonialismo con el castellano. 

Si bien, estamos viviendo en una una constante transformación gramatical y en el uso de términos para caminar hacia un lenguaje más inclusivo y libre de discriminación, es importante que estos cambios también se den en el pensamiento colectivo y se rompan las ideas de pensar en ceros y unos, como si nuestra existencia se determinara solo en dos posibilidades.

Aún con lo fascinante que es la riqueza lingüística de las comunidades indígenas y pueblos originarios, la realidad es que enfrentan muchos otros problemas como la discriminación, la invisibilización de sus necesidades diferenciadas, el acceso a mejores oportunidades de empleo, educación, salud, seguridad, así como la importancia de reivindicar lo que representa su identidad en un país lleno de diversas expresiones culturales y sociales. 

Para ello, la etnografía puede ser un punto de partida con el objetivo de conocer a detalle las características de cada grupo y así, adicionar esfuerzos de política pública que permitan diseñar estrategias acordes a sus contextos.

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