Matar la conversación
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Matar la conversación
Foto: La-Lista

A los jóvenes en TikTok no les interesa el final de Succession, ni quién ganó en Cannes, ni la retrospectiva de Albert Serra en el Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM). Vamos, es muy probable que tampoco les importe en qué países La sirenita llegó al número uno de la taquilla, ni esa falsa indignación de los que inventan tales debates en otras redes sociales. Twitter es tan 2006.

Decía Sócrates, “sólo sé que no sé nada”, y muchos entendíamos esta frase como la máxima expresión de sabiduría y humildad. Así es como me siento frente a los más jóvenes. Pero el egocentrismo y la arrogancia de los intelectuales de nuestra época, empeñados en tener la razón antes que realmente analizar lo que sucede con las nuevas generaciones, hará que se saquen los ojos antes que ver que el futuro es más grande que ellos.

Es increíble darnos cuenta de cuánta gente quiere que las cosas se queden igual que en el pasado. Ofrecen una diversidad de argumentos que parecen razonables pero que en el fondo piden lo mismo: no al cambio. Emiten juicios de valor sobre lo que antes estaba bien y lo que ahora está mal para justificar su deseo de permanecer estáticos. Pretenden explicar el futuro con credenciales del pasado, como si su experiencia en el mundo que está a punto de desaparecer los calificara para guiarnos hacia el que viene.

El cambio empieza en los pequeños detalles, por ejemplo, que las pantallas dejen de ser horizontales para volverse verticales. Estábamos muy acostumbrados a pensar en el horizonte como ese paisaje hermoso donde el sol nacía y se ocultaba, ¿pero qué significa que ahora internet nos muestre imágenes verticales?

Todo empezó con la app de Snapchat, luego vinieron las stories de Instagram y finalmente el éxito de TikTok. Ahora, YouTube se ha tenido que adaptar a los videos verticales, mucha publicidad ya se realiza en este formato e incluso algunas oficinas empezaron a introducir monitores verticales, y todo porque el 94% de usuarios de celulares prefieren esa posición.

Tratemos de entender desde aquí la crisis que actualmente vive el cine. Los festivales internacionales, como el recién finalizado Festival de Cannes, se han convertido en los foros a donde los directores van a llorar sobre los cambios que experimenta su industria, a quejarse de las plataformas de streaming y a abogar por la continuidad de un formato que en la actualidad no le interesa tanto al público pero que ellos defienden como dogma.

Como una persona que ha trabajado en los medios de comunicación desde el auge de los medios tradicionales, me sorprendí a mí mismo acostumbrado a la pantalla vertical del celular. Esta semana me pidieron que grabara una felicitación de cumpleaños que sería incluida en un video junto a otras felicitaciones y el resultado fue una mezcla de videos horizontales y verticales. Adivinaron, las personas con más edad siguen grabando horizontal.

Sucedió lo mismo cuando asistí a un concierto de una banda que lo mismo atrae al público joven que a mis contemporáneos. Se me hizo natural grabar videos en plano vertical y cuando vi lo que el público más adulto compartió en sus redes sociales eran videos horizontales. ¿Esto qué significa? Sólo es una muestra de cómo ese nicho, quienes están interesados en el arte y que se asumen como creativos, siguen influidos por el cine y las formas de arte que precedieron al siglo XX, y por ello consideran que las imágenes horizontales son más bellas.

Me atrevería a afirmar que ese es el público que se emocionó cuando Quentin Tarantino atacó a Netflix desde Cannes, los que se unieron a la ovación de pie para Martin Scorsese aunque fuera desde sus casas, y los que debaten en redes sociales sobre los méritos de un director como Steven Spielberg. Es casi irónico que, precisamente Spielberg (vía John Ford), introdujera una metáfora sobre el horizonte en su película más reciente.

Si entendemos el horizonte como el futuro, ¿por qué querríamos proyectar el mismo plano aburrido de siempre? Me rebasa que los fans que más dicen entender a Spielberg sean también los que más se aferran al aspecto nostálgico de The Fabelmans y la cabeza no les da para interpretar la lección de John Ford como una sobre impulsar el cambio.

El público joven se está acostumbrando a las pantallas verticales pero todavía hay televisiones en casa, computadoras de escritorio y una que otra película que les llama la atención en los cines. Existen muchos videojuegos verticales, pero aún no son los más populares. Que a ellos no les interesen las mismas cosas que a los adultos es perfectamente natural, sucede con cada nueva generación aunque la entraña nos grite que vienen cambios más contundentes.

Nadie puede asegurar que en el futuro vamos a soñar en vertical o a pensar en algún otro formato, pero es claro que las nuevas generaciones ya demandan su propio lenguaje. Hay que dejar de tratar a los jóvenes como terraplanistas, como si sus preferencias en entretenimiento y cultura fueran el equivalente a decir que la Tierra no es redonda. Tratemos de ser más como Sócrates para que nunca se nos acabe la curiosidad, y expandir nuestro horizonte aunque esto signifique recolocarlo.

Yo soy el primero en defender nuestro derecho a opinar, pero me queda claro que también tenemos el derecho a quedarnos callados. No se trata de matar la conversación, pero algo que sí podemos aprender de los más jóvenes es a recuperar nuestra capacidad de disentir. Cuando todos opinamos lo mismo, de las mismas cosas, todo el tiempo, nos acercamos demasiado a la ortodoxia, y de ahí al autoritarismo sólo hay un paso.

BREVES

El 1 de junio inicia la nueva edición del FICUNAM, una de las muestras de cine más importantes de nuestro país con algunos de los títulos más interesantes de la cinematografía mundial. Programación y sedes en su sitio.

Por fin estrena la nueva producción de Sam Levinson, creador de Euphoria, que ahora vuelve con The Idol, protagonizada por The Weeknd y Lily-Rose Depp. El primer episodio desde el 4 de junio por HBO Max.

Para los interesados en reencontrarse con el elenco de Everything Everywhere All At Once, ya está disponible en Disney Plus la serie American Born Chinese, una historia de fantasía para toda la familia donde participan Michelle Yeoh, Ke Huy Quan y Stephanie Hsu.

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