Wendy Guevara: la persona versus el personaje
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Wendy Guevara: la persona <i>versus</i> el personaje
La casa de los famosos. Foto: Televisa.

A México le gusta mentirse más de lo que debería. En nuestro afán por aparentar ser cultos, informados, vanguardistas o progresivos pretendemos entender temas que en realidad no comprendemos a profundidad, pero que podemos aceptar como modas pasajeras y “tolerar” momentáneamente porque todos los demás lo están haciendo.

La comunidad trans no es una moda. Los derechos humanos no son una ocurrencia que sirva para provocar carcajadas mientras dura un reality show. Y, sin embargo, la visibilidad es importante: importa que una persona como Wendy Guevara aparezca en televisión nacional y se convierta en la figura más popular del momento. Importa porque ayuda a la comunidad trans a no permanecer invisible.

¿Pero quién es la “comunidad trans”? ¿A qué -y a quiénes- nos referimos cuando recurrimos a este abstracto? La comunidad trans no es un fandom, pero activistas LGBTQI+ y algunos medios de comunicación han decidido nombrar a Wendy Guevara como su representante. Me pregunto si todas las personas trans se sienten representadas por alguien como Wendy, pero sobre todo me surge la duda de si alguien le consultó a ella si deseaba convertirse en la representante de algo.

Hace algunos años platicaba con una importante figura de dicha comunidad, por respeto a su privacidad no puedo revelar su nombre, pero es una mujer muy mediática, de buena posición social y con estudios, que con el paso del tiempo se abocó por el activismo. En aquel momento ella me compartió su interés por presentarse con una imagen muy distinta al estereotipo de las mujeres trans. “No todas nos dedicamos al trabajo sexual”, me dijo.

Es cierto que Wendy Guevara se ajusta al estereotipo que hay en México de las mujeres trans. En algunas entrevistas explicó que, incluso, intentó dedicarse al trabajo sexual pero desistió de ello. Aquí es donde el tema se complica. La lucha por erradicar el estigma del trabajo sexual es otro tema de derechos humanos muy específico. Cuando se juntan la lucha trans con la lucha de las trabajadoras sexuales lo que se obtiene es una bomba para la mentalidad conservadora de los mexicanos.

Pero aquí no acaba todo. Así como el trabajo sexual es un estigma con el que cargan muchas mujeres trans, el espectáculo es otro cliché asociado al mismo estereotipo. Obviamente no todas las mujeres trans se dedican al espectáculo y, sin embargo, son las más visibles. En una sociedad como la nuestra, a la mujer trans se le asignó la función de entretenimiento y eso ayudó a volverlas socialmente aceptables en una época donde se les rechazaba aún más.

Otra vez, Wendy se ajusta al estereotipo y por ello su presencia en un programa de televisión se percibe estudiada, controlada e inofensiva. Al público le resulta sencillo aceptar un cliché. ¿Sabemos quién es Wendy Guevara, la persona? Da la impresión de que es toda personaje. Su potencial como sujeto político está neutralizado. Hay cientos de miles -o millones- de mujeres trans en el mundo que se dedican a otro tipo de labores, pero que nunca veremos en un reality show como La casa de los famosos, aun cuando su presencia sería muy pertinente para una verdadera promoción de los derechos humanos.

Se me ocurre una tercera candidata: Kenya Cuevas, la activista y fundadora de La casa de las muñecas Tiresias, que actualmente está en boca de todos por el documental sobre su vida que apenas estrenó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), donde ganó el premio del público y otros tres reconocimientos para su directora, Gisela Delgadillo.

Personalidades como Kenya, que con su trabajo nos ayudan a entender a profundidad el activismo y los derechos humanos, son lo que le falta a plataformas de gran impacto entre el público, como la televisión y el cine, para que las personas trans sean escuchadas y esto incida en la creación de una Ley Integral Trans que proteja a esta comunidad. Dicho sea de paso, el compromiso social de alguien como Kenya no le resta carisma.

En el México que hoy se precia de progresivo, con personajes nefastos, machistas y clasistas como Sergio Mayer y Poncho de Nigris, que toleran a una mujer trans sólo “por estrategia”; o un público que le da lo mismo ver La casa de los famosos que La más draga o la recién estrenada franquicia de Drag Race México, se vuelve muy necesario marcar la diferencia entre entretenimiento y una real lucha por los derechos humanos, porque este tipo de visibilidad sólo convierte a la comunidad LGBTQI+ en un blanco fácil.

Dicen que el sol sale para todos y, claramente, hay suficiente espacio para el lucimiento de diversas personalidades de la comunidad trans en nuestro país. Wendy Guevara, Kenya Cuevas y muchas más pueden convivir en el mismo espacio y tiempo, no se trata de enfrentarlas ni de restarles méritos, pero en lo referente al espectáculo y a nosotros como consumidores sí hay que tener cuidado con nuestras elecciones.

Sólo recordemos casos recientes como los de Yalitza Aparicio y Pablo López, para entender que la fama no resuelve los problemas más arraigados en nuestra sociedad, como la pobreza, el racismo, la violencia contra las mujeres, la homofobia y la transfobia. Cuando Yalitza estuvo nominada al Oscar, en México pretendimos que la discriminación era cosa del pasado, pero cuando no ganó se desató el racismo como nunca.

El caso de Pablo López, ganador en 2014 de México tiene talento, un programa de concursos de TV Azteca, es particularmente revelador. Lo fueron a rescatar del metro, donde cantaba sus canciones por unos pesos, pero la promesa de un cambio de vida no se cumplió. Le prometieron un contrato de cuatro discos y una gira que nunca llegó, y tras la muerte de su única hija él también murió, tan pobre como vivió.

La notoriedad que puede traer la televisión para un personaje como Wendy Guevara no es la panacea de la comunidad trans y LGBTQI+, eso lo debemos tener muy claro. Así como Yalitza tiene buenos managers y una agencia de relaciones públicas que desde el inicio de su carrera como figura pública vio su potencial como embajadora de derechos humanos, Wendy necesita rodearse de gente que le ayude a decidir si quiere algo así para ella o si se va a conformar con 15 minutos de fama entre su fandom.

BREVES

The Stroll es un documental de este mismo año que explica muy bien la historia paralela que existe entre la comunidad trans de Estados Unidos y el trabajo sexual. Se puede ver en la plataforma de HBO Max.

Continúa el 42 Foro Internacional de la Cineteca Nacional. De una lista de 13 películas, destacan títulos como Trenque Lauquen (Argentina), Espíritu sagrado (España) y Matorral seco en llamas (Portugal). Consulta la programación completa en www.cinetecanacional.net

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