El abuso del poder del Estado para sus fines personales

Es muy buena noticia saber que aún existen órganos autónomos que nos permiten hacer valido el principio de separación de poderes y con ello, el de pesos y contrapesos como forma de organización del poder público estatal enmarcado en la Constitución, que busca impedir la centralización del poder en un solo hombre, en un solo poder, esto es, frenar la autocracia.

Y lo digo por la resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que confirma las medidas cautelares dictadas por la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE), en su vertiente de tutela preventiva, que tuvieron como fin ordenar al presidente López Obrador abstenerse de realizar pronunciamientos, bajo cualquier modalidad o formato, sobre temas electorales en respeto a los principios de imparcialidad y neutralidad. Ojalá que el autócrata de Palacio acate estas medidas y no confunda su libertad de expresión con sus opiniones sesgadas, preparadas y orquestadas para dañar los principios democráticos, ojalá entienda que la ley es la ley.

Como lo he mencionado en artículos pasados, el titular del Ejecutivo Federal se ha convertido en el coordinador de campaña de sus “corcholatas”, utilizando sus conferencias matutinas como medio de propaganda de sus precandidatos y precandidata y para descalificar a sus adversarios, acciones que impactan en la equidad e imparcialidad de las contiendas. Aunque estas no han comenzado, desde hace mucho tiempo se la ha pasado generando un clima de polarización, olvidándose que es el presidente de todas y todos los mexicanos sin distingo.

Es bien sabido que a López Obrador se le acomoda mejor estar en campaña que ser jefe de Estado. Es más fácil criticar lo que hicieron los gobiernos pasados y no actuar ni ser autocritico de su desgobierno; prueba de ello es cómo tiene sumido al país en la inseguridad e improvisación en muchos temas. En el caso de la salud de las y los mexicanos, es muy evidente el “austericidio” dada la falta de medicamentos e inversión en infraestructura hospitalaria. No es posible que no se le dé mantenimiento a los elevadores de los hospitales o, por un supuesto ahorro, se contraten a empresas que cobran barato pero no hacen bien su trabajo y haya consecuencias fatales.

Pero qué tal el despilfarro de recursos públicos en sus obras como la refinería y el tren maya,  donde se ha gastado mucho más de los recursos que inicialmente se presupuestaron y aunado a ello, se ha arrasado con la fauna y flora que habitaba en esas zonas de reserva de la biosfera, con consecuencias medioambientales que nos lamentaremos.

Por otra parte, López Obrador, ataca todos los días al Frente Amplio por México conformado por el PRI, PAN y PRD, ya que no le gusta ver cómo se avanza exitosamente en el proceso de designación del coordinador del Frente, el cual es ciudadano, democrático y plural, a diferencia de lo que hace su movimiento por instrucciones suyas.

Esto le ha molestado tanto al titular del Ejecutivo, que ha estado denostando no solo a los partidos que lo conforman, no solo el proceso en sí mismo, sino a las y los actores políticos y ciudadanos que han decidido libremente participar. Ahí esta el caso de Xóchitl Gálvez, donde López Obrador ha utilizado todo el aparato del Estado para espiar, filtrar información y desprestigiarla. Estas son muestras de su desesperación y enojo de ver que la oposición avanza y se consolida rumbo al 2024.