Cinco años de mentiras en salud
Diagnóstico Reservado

Médico cirujano con más de 30 años en el medio y estudios en Farmacología Clínica, Mercadotecnia y Dirección de Empresas. Es experto en comunicación y analista en políticas de salud, consultor, conferencista, columnista y fuente de salud de diferentes medios en México y el mundo. Es autor del libro La Tragedia del Desabasto.

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Cinco años de mentiras en salud
El presidente Andrés Manuel López Obrador y Zoé Robledo. Foto: Especial

Llegamos al 5° informe de gobierno y el viernes pasado nos volvieron a recetar una historia que ya hemos escuchado: Un cuento de hadas que se repite cada semana y que tiene como marco la salud de los mexicanos.

Y es que en cinco años no ha pasado nada; vaya, lejos de avanzar se ha empeorado. Este gobierno tomó un sistema de salud con grandes carencias pero que venía de casi 40 años de mejoras y, lo más importante, continuidad en sus objetivos, indistintamente del partido gobernante.

En materia de salud, cada año transcurrido de esta administración ha sido malo. En 2019 un desabasto autoinfligido ocasionó la peor crisis de salud en la historia de México. En 2020, la desaparición del Seguro Popular, por motivos 100% ideológicos, causó un dolor a millones de mexicanos que solo fue superado por el pésimo manejo de la pandemia con su enorme mortalidad, durante los siguientes dos años y medio.

En 2023 las cifras hablan por sí solas:

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2022 nos mostró como 5 de cada 10 pacientes del IMSS y 6 de cada 10 del ISSSTE, prefieren la medicina privada de primer nivel a atenderse en sus instituciones. De ellos, casi el 40% lo hace en consultorios adyacentes a farmacias. El motivo: conveniencia, cercanía y abasto.

En la misma ENSANUT se mostró como más de la mitad de los niños de México no tiene un esquema de vacunación completo.

A principios de agosto, CONEVAL mostró, con datos del INEGI, como la cifra de mexicanos sin un acceso a la salud había pasado de 30 a 50 millones en el período 2020-2022. 

La semana pasada el INEGI dio a conocer que las cifras de la mortalidad fetal se habían incrementado un 8% para sumar poco más de 25,000 el año pasado. Pocas cosas reflejan la mala calidad de un sistema de salud como la mortalidad materno-infantil y estas cifras de mortalidad fetal superan en más del 100% a la media de los países de la OCDE.

En México, la medicina de primer nivel está en muy mal estado y empeorando a cada momento. Mientras tanto, el presidente, incapaz de aceptar los errores cometidos, se ha plantado en su fantasiosa visión de Dinamarca y no deja de mencionar a IMSS-Bienestar como la culminación de esta promesa.

Como lo he mencionado antes, IMSS-Bienestar no es un sistema de salud; vaya, con trabajos es un organismo descentralizado. IMSS-Bienestar es la marca que decidieron darle a la aglutinación de los sistemas de salud estatales, ahora con los recursos decomisados y manejados de forma descentralizada. 

IMSS-Bienestar no brinda más servicios de los que cada uno de sus componentes ya proporcionaba. No tiene más infraestructura que la cedida por los estados, atiende a los mismos pacientes que éstos antes trataban y trabaja con el mismo personal médico y paramédico ya existente. Estos médicos y personal de enfermería se encuentran molestos en muchos estados debido a que los contratos con que se les reclutó desde inicios de la pandemia, no les garantizan una base ni prestaciones o beneficios. Ahora menos que antes. Al mes de agosto del 2023, lo único que han recibido son promesas; las mismas promesas que el viernes volvió a repetir el presidente.

No, el IMSS-Bienestar no es Dinamarca. Es una ocurrencia más, que vino a suplantar al fracasado INSABI. Representa la última oportunidad de decir que se hace algo por la salud, de una manera improvisada y mal calculada. 

IMSS-Bienestar es una entelequia, solo eso; sin embargo, esta fantasía distrajo durante meses el trabajo del Director General del IMSS quien, en su afán por perseguir una gubernatura, quiso quedar bien con el Presidente antes que cuidar su institución. Así, en lo que Zoé Robledo hacía campaña interna “integrando” y dando forma al IMSS-Bienestar, el IMSS, el verdadero Seguro Social, sufría frente a las narices de su Director General. 

En el IMSS, tan solo en este 5° año de gobierno, abundaron los reportes de desabasto, malos tratos, ratas, cucarachas, plafones caídos, goteras, inundaciones y elevadores en mal estado, hasta la terrible tragedia de una pequeña muerta por falta de mantenimiento. Hace tres semanas, se daban a conocer una serie de contratos poco claros que apuntan a una enorme red de corrupción al interior de esa institución.

Ante semejante crisis, el presidente decidió castigar al Director General, negándole la posibilidad de ser candidato a la gubernatura de Chiapas. Nunca hubo una llamada de atención. Zoé Robledo no fue cesado. No está siendo investigado por la Contraloría o la UIF. Simplemente no pasó nada.

La semana pasada, el presidente “destapó” la cloaca de corrupción en el ISSSTE que recién descubrió tras cinco años de gobierno. La periodista Lourdes Mendoza llevaba más de un año documentando con fotos y testimonios las pésimas carencias en esta institución; sin embargo, su Director Pedro Zenteno, apareció en la mañanera como si él hubiera descubierto todo y el Presidente prometió a cambio, “nacionalizar” el ISSSTE (lo que quiera que eso signifique). Zenteno le miente al Presidente y Mendoza lo documentó.

A estos desatinos hay que sumarle en 2023, el empoderamiento de un Hugo López-Gatell que unilateralmente ha decidido no comprar más vacunas anti covid que las que la isla de Cuba produzca, además de amenazar (y próximamente cumplir) la desaparición de más de 35 NOM en salud.

El acoso a la medicina y a los médicos privados está en niveles nunca antes vistos, ante la mirada indefensa de pacientes a los que se les castiga si no se cumple con las reglas impuestas por las instituciones.

El desabasto de medicamentos no se solucionó, sino que se transformó y ahora ha llegado al sector privado en la forma de carencias de fármacos neuro-psiquiátricos y los productos biotecnológicos escasean en las instituciones. En el camino, una ocurrencia presidencial ocasionó una crisis en el abasto de fentanilo y otros analgésicos narcóticos perfectamente legales. Los pacientes en México viven hoy con más dolor que antes.

Los grandes cambios en salud se dieron bajo el argumento de una gran corrupción; sin embargo, además de qué no conocemos un solo caso de alguien demandado judicialmente por esta supuesta corrupción, nos encontramos que ésta prevalece, seguramente en manos de otras personas, pero afectando de igual manera al sistema de salud. La corrupción pervive, como ya se vio… y permanecerá.

A principios de este mes, nos despertamos con la última de las ocurrencias presidenciales: construir una farmacia gigante con “todos los medicamentos del mundo”, de este modo, el presidente muestra de nuevo su ignorancia de un problema, respondiendo a éste con una propuesta chambona.

No hay nada que celebrar en estos cinco años.

Al final, en salud, tenemos cinco años de retraso. Cinco años de malos manejos. Cinco años de decisiones basadas en ideología.

Cinco años de mentiras.

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