Hablar de consentimiento para acabar con la cultura de violación

Periodista especializada en perspectiva de género, miembro de Frontline Freelance. Es titular de la Unidad de Investigaciones Especiales en Once Noticias Digital y hace consultoría en comunicación y gestión de crisis. Con ellas y por ellas.

Twitter: @anagupin

Hablar de consentimiento para acabar con la cultura de violación

Recientemente Bumble, la app de citas en el que las mujeres deciden con quién entablan una conversación, comisionó una encuesta a Ipsos para conocer más sobre las dinámicas que reportan usuarias y usuarios de su plataforma.

Para empezar, descubrieron que el ciberstalking, acoso sexual en línea, insultos y porno venganza están considerados entre los tipos más frecuentes de acoso digital.

Además, casi 1 de cada 2 mexicanos ha experimentado acoso digital o conoce a alguien que lo ha vivido. Pero claramente hay diferencias entre géneros: mientras que 46% de las mujeres encuestadas afirmaron haber vivido acoso en línea o conocer a alguien que ha sido acosada(o), sólo 34% de los hombres aseguró lo mismo. 

Y no sólo es un tema de percepción, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registro que ellas son, con mayor frecuencia, objeto de acoso en línea en comparación con los hombres: 9.8 millones de mujeres frente a 7.6 millones de hombres. 

Lo interesante es cuando marcas que saben que pueden ser un vehículo para reproducir este tipo de violencias hacen su chamba para prevenirlos. Por ejemplo, yo que no soy usuaria de Bumble me acabo de enterar que tienen una función llamada Private Detector en 2019, que detecta y difumina automáticamente las imágenes de desnudos.

Pero eso es sólo una medida paliativa, es necesario que usuarios o no de estas redes, las personas comprendan primero que el consenso explícito es obligatorio en todo contexto, pero que nadie tiene la obligación de otorgarlo si no lo desea.

A propósito del Día Mundial de la Salud Sexual, que acaba de pasar y es promovido por la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS por sus siglas en inglés), este año el eje rector precisamente el consentimiento.

¿Qué debemos saber siempre al iniciar un vínculo sexoafectivo? Aunque una persona diga explícitamente “sí” no es consentimiento si hay presión, manipulación o influencia de drogas o alcohol. Dos, se puede cambiar de opinión sobre la voluntad de mantener sexo con alguien en cualquier momento y retirar el consentimiento. Incluso si es la pareja de hace mucho tiempo, si ya se estuvo de acuerdo, si lo han hecho antes, o incluso durante la relación sexual.

Es una obviedad, pero no dejo fuera que sólo se puede consentir algo si se tiene la historia completa, si se está totalmente informado de la situación. Por ejemplo, si alguien dice que usará un condón y luego no lo hace, no hay consentimiento total.

Por supuesto debes querer hacerlo, hay una diferencia entre un ‘está bien’ o ‘supongo’ frente a un ‘absolutamente’ o ‘¡claro que sí!’. Y para evitar argumentos estúpidos como los de Rubiales, en España, para dar consentimiento se debe ser específico sobre a qué se está dando consentimiento. Por ejemplo, decir que sí a los besos no significa que alguien haya dado su consentimiento para tener una relación sexual.

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