Atentado a la cultura; hasta pronto Radio Altiplano

Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.

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Atentado a la cultura; hasta pronto Radio Altiplano

Nadie está peleado con la innovación y con la modernización de los medios públicos a lo largo y ancho del país. Su razón de ser, en principio, es generar un beneficio informativo a la población en general a partir de piezas y contenidos que no sean trastocados por la imperante necesidad comercial. Sin embargo, paradójico es que la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, emanada de un partido que se dice de izquierda termine cediendo la histórica Radio Altiplano al conglomerado de El Heraldo Media Group.

La crítica ha sido fuerte hacia la gobernante pues no es posible explicar cómo el interés colectivo de la ciudadanía es ignorado y lastimado tan abiertamente. Incluso el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), encabezado por Jenaro Villamil, alertó sobre esta acción que transgrede los principios de la Cuarta Transformación en lo que se refiere al cuidado y protección de medios públicos.

¿Cuáles son los beneficios que recibirá la gobernadora después de convertir un medio público cultural en uno privado? Es la pregunta que corre entre los pasillos del propio SPR, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, IFT, el Congreso de Tlaxcala, la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México, A.C., así como por grupos, asociaciones y organismos culturales.

Hay un par de aspectos que no hay que perder de vista. Por un lado, el madruguete a la ciudadanía efectuado el viernes 29 septiembre por la tarde no es en estricto sentido ilegal pero sí totalmente inmoral. Es decir, el gobierno de Tlaxcala sí tiene la facultad de concesionar a Radio Altiplano a cualquier privado, sin embargo, al haberlo hecho desconoce, desdeña y desprecia los derechos de los ciudadanos al restringirles el acceso a un medio público con carácter y agenda cultural.

Mientras que el otro factor relevante es que, con dicha acción, la gobernadora Lorena Cuéllar intenta borrar de un plumazo los 37 años de esfuerzo de trabajadores que han buscado hacer de Radio Altiplano un referente en materia informativa al servicio de los ciudadanos tlaxcaltecas. En redes sociales, estudiantes, maestros e, incluso, militantes de Morena, acusan traición por la transición exprés de una plataforma al servicio de la comunidad hacia otra en donde lo que regirá es el interés comercial.

Continúa pendiente la transparencia de los documentos y trámites que permitieron esta modificación que, sin violar la ley, termina por contravenir los principios que el presidente Andrés Manuel López Obrador estipula respecto a priorizar el beneficio común por encima de los privados. Entre los especialistas y académicos hay incertidumbre respecto a los objetivos finales de la gobernadora. Los más duros, incluso al interior de su propio gabinete, sostienen que Cuéllar Cisneros fue mal asesorada. “¿Acaso no sabe que con esta acción termina de dar más espacio a programas que solo critican a AMLO?”, se preguntan.

Para evitar este tipo de privatización disfrazada de los medios públicos que vulneran los derechos de los ciudadanos es importante que sea diseñada una Ley General de Medios Públicos, misma que, adelantó Jenaro Villamil hace poco en una entrevista con Julio Astillero, debe establecer apoyos concretos, incentivos para la creatividad, así como una mejor coordinación con los 32 sistemas estatales de medios públicos, independientemente del gobierno que los subsidie.

Ojalá que antes de que llegué dicho marco normativo, la gobernadora Lorena Cuéllar sea receptiva, reflexione, recule y haga efectiva la rectoría del Estado sobre medios públicos que no le pertenecen a ella sino a los ciudadanos.

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