Los niños, otra vez carnada política

“¡¿Alguien, por favor, quiere pensar en los niños?!”, diría un famoso personaje de Los Simpson que después se convirtió en uno de los memes más usados para criticar actitudes excesivamente moralistas. Sin embargo, estoy de acuerdo. Cuando hablamos de películas que tratan sobre la relación entre niños y adultos, o específicamente entre alumnos y maestros, yo prefiero las que se enfocan en lo que viven, piensan y sienten los niños.

Lamentablemente, en México este tema también se ha politizado y ahora se usa para golpear a diversas instituciones con la intención -dicen- de denunciar abusos y corrupción. Películas como Heroico, Sound of Freedom, La Caída y ahora Radical (con talento y/o productores mexicanos) son algunos ejemplos de cómo el cine se puede utilizar como un arma que pone en la mira a instituciones como la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Defensa Nacional o la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, echando por delante a alumnos de las escuelas públicas, jóvenes atletas y cadetes del colegio militar, para servir -en algunos casos- como plataforma política e ideológica de aspirantes al poder.

En otros países, en cambio, el tema de las infancias se ha venido abordando en el cine de formas artísticas y diversas, a diferencia de los noticieros que utilizan imágenes de niños en la guerra para atraer espectadores. Títulos como The Kindergarten Teacher (2014), Cafarnaúm (2018), The Painted Bird (2019), Young Ahmed (2019), Los reyes del mundo (2022) o 20,000 especies de abejas (2023), nos recuerdan que a los niños los matan, los maltratan, los explotan y los corrompen desde siempre, que no es ninguna excusa, pero sí es un problema sistémico que trasciende nacionalidades. Películas recientes, enfocadas en el tema de las escuelas son Mignonnes (2020), Un Monde (2021), CE2 (2021), The Fallout (2021), Lakewood (2021), Blue Jean (2022) y Un métier sérieux (2023).

Si hubiera que darle un premio a Eugenio Derbez por contenerse como comediante, entonces sí, que le den hasta el Oscar. Sin embargo, el punto flaco de una película como Radical es precisamente Derbez. El comediante-vuelto-actor-dramático logra una interpretación correcta del maestro Sergio Juárez, pero al verlo no se puede dejar de pensar en lo que mejores actores hubieran conseguido con el mismo personaje. Derbez decide no echar mano de sus dotes de comediante, como sí lo hizo Roberto Benigni en La vida es bella, pero como actor no está a la altura de un José Elías Moreno en Simitrio.

No se puede culpar a Radical, que como todas las películas de su estilo (Al maestro con cariño [1967], Mentes peligrosas [1995]), es emocionalmente manipuladora. Su director, el keniano Christopher Zalla, supo sacar buen provecho de los muchos excesos melodramáticos que plantea en su propio guion (vayan preparados para llorar) y aún así logra una película muy digna, cosa que, por ejemplo, no sucede con la fallida El último vagón, producción de Netflix dirigida por el mexicano Ernesto Contreras.

En Radical se critica que el sistema educativo en México no ha avanzado en 100 años, pero este discurso se plantea teniendo como escenario una escuela pública prácticamente en ruinas, en una ciudad rebasada por el crimen organizado. En la vida real, también habría que preguntarnos qué sucede actualmente en las escuelas privadas.

Tan sólo este año me he enterado del cierre de dos escuelas muy reconocidas dentro de sus respectivas comunidades, una en la Ciudad de México y la otra en Cancún. Estoy hablando del Colegio Amado Nervo (tras 68 años) y del Centro Educativo Itzamná (tras 48 años), aunque estoy seguro de que no son las únicas en nuestro país. La razón obedece a temas de dinero y administración, y en algunos casos ante la imposibilidad de seguir pagando salarios dignos a los maestros.

¿Qué es lo que pasa cuando la educación deja de ser negocio? Hay que preguntarlo seriamente. También lo he padecido, como niño y como adulto, pues he sido testigo de cómo los padres de familia batallan para poder cubrir hasta las cuotas más ridículas, con todas las exigencias, los convivios y hasta los disfraces. Escuelas que, desde la pandemia, se han negado a dar becas o algún tipo de apoyo a sus alumnos ejemplares, bajo el pretexto de que la economía no se los permite.

Pero claro que se puede, lo vimos justamente en la pandemia. Al estudiar de forma remota, a los alumnos no se les exigió cambio de útiles, ni compra de nuevos uniformes o pago de cuotas absurdas. Ahora, las escuelas cobran hasta el mes de colegiatura completo cuando los alumnos acuden solamente dos o tres días, como ha venido sucediendo con el regreso a clases. Pero eso sí, cuando la educación deja de ser negocio, las escuelas privadas cierran sus puertas.

El cine mexicano -y de mexicanos como Eugenio Derbez- se está subiendo a la ola de hacer crítica social con temas como la educación, cuando en el mundo han existido cineastas como Ken Loach o Alan Parker que, en sus películas, hablan de las clases trabajadoras y han mostrado desde siempre a las infancias en situación de desventaja, con historias como Kes (1969) o Angela’s Ashes (1999), donde los niños pobres van a la escuela descalzos y los niños “problema” tienen pocas oportunidades de desarrollar su potencial.

La educación en México es un asunto muy complejo, eso todos lo sabemos, pero también lo es en la mayoría de los países. Es algo que no se puede negar, pero que tampoco se debe simplificar. Quien escribe estas líneas lo ha dicho aquí al hablar de una película como Sound of Freedom: con el tema de los niños no se puede ser cínico, pero tampoco debería utilizarse de manera oportunista y mucho menos para sacar raja política.

BREVES

Empiezan las actividades de la 21 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, del 20 al 29 de octubre, con una impresionante programación de estrenos internacionales, producciones mexicanas, títulos en concurso y actividades académicas. Checa su programa.

Llega a las salas de cine Los asesinos de la luna, la nueva película del célebre director Martin Scorsese, con Leonardo DiCaprio y Robert De Niro. Desde el 19 de octubre.

En plataformas hay dos series interesantes. Apple TV Plus lanzó Lessons in Chemistry, un drama de época con Brie Larson, y para los que no salen de Netflix está Bodies, una historia policiaca y de suspenso con un toque de ciencia ficción.