Cassandro y la malentendida representación
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Cassandro y la malentendida representación
Foto: Prime Video.

En 2006, cuando en la Ciudad de México se promovió la Ley de Sociedad de Convivencia -el primer intento en nuestro país por legalizar las uniones civiles entre personas del mismo sexo-, varias personalidades firmaron una carta para apoyar esta iniciativa, y entre los firmantes estaban Gael García Bernal, Diego Luna y el director Alfonso Cuarón.

Por aquellos días, algún político tuvo la ocurrencia de invitar a Gael y Diego a participar en un evento público junto a la comunidad LGBTQI+, pues se les identificaba como una pareja que servía de inspiración a hombres gay, por sus personajes en la película Y tu mamá también. Medios de comunicación de la época reportaron que tal invitación fue ignorada.

Pero a través de los años, Gael ha procurado mostrarse como un aliado de la diversidad, aunque siempre guardando cierta distancia. Su papel como un joven bisexual en la película de Alfonso Cuarón llamó la atención de Pedro Almodóvar, quien le encomendó un personaje trans en La mala educación. Después llegaría el papel de un hombre ambiguo en Ema de Pablo Larraín, y hoy encarna a un personaje emblemático de la cultura gay, el luchador “exótico” Cassandro. También, se anunció que producirá una película basada en el libro Tesis sobre una domesticación, de la escritora trans Camila Sosa Villada.

Sin ganas de darle demasiadas vueltas al asunto, Gael no lo hace tan bien. Su caso es similar al del actor chileno Alfredo Castro (compañero suyo en películas como No y Museo), un histrión de renombre que ha sabido sacarle provecho a los muchos personajes queer que ha interpretado en su trayectoria, casi siempre con excelentes resultados, aún cuando él mismo no pertenece a la comunidad LGBTQI+.

En 2020, Castro enfrentó uno de los mayores retos de su carrera al darle vida a “La Loca del Frente”, un personaje creado por el escritor Pedro Lemebel (inspirado en sí mismo). Su interpretación dividió las opiniones en Chile y le ganó críticas negativas de la comunidad trans y de los allegados al difunto Lemebel. De la misma forma, hoy Gael se enfrenta al personaje de Cassandro, una creación del luchador Saúl Armendáriz, y cae de bruces.

En ambos casos, a estos actores les faltó “pluma” (como dicen en España), o pa’ pronto, les faltó “jotería”, como decimos en México. Se entiende que no todos los personajes de dicha comunidad tienen que ser interpretados con amaneramientos, algo que los actores heterosexuales no han logrado dominar y por ello terminan caricaturizando a estos personajes. Pero Lemebel fue una fuerza de la naturaleza y Cassandro también es una creación estrambótica. Jotear es una obligación.

A Gael no se le da jotear nadita, mucho menos sin buena dirección. Almodóvar logró sacar lo mejor del actor en su película de 2004, pero aún así se le vio tropezando en tacones, exagerando expresiones faciales y haciéndose chiquito junto a actores como Javier Cámara o cualquier artista drag. Han pasado casi 20 años desde entonces (¡20 años!) y Gael sigue sin aprender, pero insiste en interpretar estos papeles y ahora se impone desde su lugar como productor, cuando lo que se espera de un productor es buen juicio.

A mí Gael no me representa, como tampoco me representan Alfonso Herrera ni Emiliano Zurita (El baile de los 41), u otros actores que han sido señalados por queerbaiting, mismo caso de Bad Bunny. La representación de la comunidad LGBTQI+, en el cine y el entretenimiento en general, es importante para seguir visibilizándonos, pero me parece aún más importante que tal representación sea correcta. No es a fuerzas.

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Cada vez me emociona menos que un actor heterosexual encarne a un personaje queer sólo por el prestigio. Bad Bunny y Gael García dándose un beso es una de las escenas menos sexys, más incómodas y torpes que he visto en el cine actual. Además, hay actores mexicanos que lo han hecho mucho mejor, como Armando Espitia, Cuauhtli Jiménez y José Pescina.

Y es que no solamente estamos hablando de representación LGBTQI+, pero también de nuestra representación como mexicanos, mexicoamericanos o latinos. Un reportaje de este año de The Hollywood Reporter destacó que en 2023 han estrenado muchas películas biográficas sobre personajes de origen mexicano, como Flamin’ Hot (el inventor de los Cheetos picantes), A Million Miles Away (el primer astronauta mexicano-estadounidense), Radical (el profesor fronterizo Sergio Juárez) y Cassandro (el luchador “exótico”). En lo personal, siento que es como ver la misma película cuatro veces.

Y aquí nos encontramos con otro problema de identidad, ya que la mayoría de estos personajes son mexicoamericanos, y aunque como país hemos intentado abrazar esta cultura como nuestra hermana, la realidad es que somos diferentes. Recientes casos, como el desaire de la banda Yahritza y su Esencia o la decepcionante serie animada de Disney llamada Primos, son un recordatorio de que ser mexicano y ser mexicoamericano son experiencias muy distintas, y que no todo cabe dentro de la cuestionable etiqueta de “latinx”.

Volviendo a la anécdota del inicio, Gael García Bernal tiene una tendencia a politizar todo lo que hace. Me he vuelto un escéptico del actor porque me parece que siempre esconde una intención política o empresarial, y dado que así opera, no sé exactamente a quién pretende representar más que a sí mismo. Sus declaraciones me hacen sentir como que tengo que escoger un bando para poder ver sus películas.


Pero nada de esto importaría si el producto final cumpliera su cometido. Tengo que admitir que hace años, cuando lo vi en La mala educación de Almodóvar, me dejó boquiabierto, aun cuando la gran mayoría despreció su actuación. Al paso de los años, en cambio, siento que no lo he visto esforzarse tanto como lo hizo entonces, y que perdió la oportunidad de probarse a sí mismo con Cassandro.

BREVES

Mucho se habla del nuevo cortometraje de Almodóvar, pero pocos han dicho que ya están disponibles los cuatro cortometrajes de Wes Anderson para Netflix, basados en cuentos de Roald Dahl: The Wonderful Story of Henry Sugar, The Swan, The Rat Catcher y Poison.

En Apple TV Plus se pueden ver los primeros capítulos de la tercera temporada de The Morning Show, con Jennifer Aniston y Reese Whiterspoon que, como ya hemos dicho, es un buen sustituto para los que extrañan las intrigas de Succession.

También en Netflix, desde el 5 de octubre, estrena la serie juvenil Everything Now, que llama la atención porque su actriz protagónica es Sophie Wilde, famosa este año por la película Talk to Me.

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