El regreso del rock… o su muerte definitiva
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

El regreso del rock… o su muerte definitiva

“Nadie lo topa” fue la frase que se volvió tendencia en redes sociales la semana pasada cuando Dave Gahan, líder de la legendaria banda Depeche Mode, llegó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y se le vio escoltado durante un aparatoso traslado que, a juzgar por el video que circuló en internet, estuvo de sobra pues lo hizo lucir ridículo en un espacio donde ni siquiera se veían fans.

Aunque esa no fue la única manifestación de descontento en redes, pues hubo puristas de la música que aprovecharon la ocasión para enfrascarse en la eterna discusión sobre lo que es rock y lo que no es rock, volviendo a cuestionar el género musical de esta banda, pionera de la música electrónica. Los “rockeros” son intolerantes hasta entre ellos mismos.

Las tres fechas de Depeche Mode en la Ciudad de México fueron un éxito entre sus fans, que también inundaron las redes sociales con fotografías y videos donde su entusiasmo era palpable, pero que evidenciaron el rango de edad en este evento, que sobrepasó los 40 años en promedio, convirtiéndose en otro producto para el mercado de la nostalgia.

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Alguien avísele al rock que ya está muerto. En los últimos 10 años, con la aparición de artistas como J. Balvin, Maluma y Bad Bunny, que popularizaron entre los jóvenes los ritmos latinos y la música “urbana”, los artistas representativos del llamado rock & roll se han resistido con tal fervor a su extinción que, de la mano de sus hordas de fans, hoy son lo más parecido a un ejército de zombis: cadáveres que no se dieron cuenta de su expiración.

Es cierto que en la actualidad hay señales de fatiga por el reguetón y los ritmos urbanos, y que sin duda se viene un ajuste dentro del panorama musical, pero si acaso el rock pudiera volver a ocupar el lugar que alguna vez tuvo, seguiría acompañado de viejos vicios como la intolerancia, la discriminación y el sectarismo.

Si bien los líderes de las bandas de rock más famosas siempre han intentado promover un discurso incluyente, son los fans los que adoptan actitudes recalcitrantes. Incluso, los locutores de radio y ahora creadores de podcasts de rock, suelen regodearse en discursos de odio. Quizá sea precisamente por esto que el rock tiene fuertes probabilidades de un resurgimiento, con la ayuda de movimientos extremistas y ahora que el pensamiento nacionalista y ultraconservador sigue al alza.

¿El rock como agente conservador? Lamentablemente, hay indicios de ello. Ya desde los años 70 se popularizó el término de “ White Power Music”, que abarca géneros como el rock, country y folk y que promueve el neo-fascismo y el nacionalismo blanco. En los últimos años, activistas han exigido a Spotify que actúe ante la proliferación de bandas de rock que promueven esta ideología dentro de la plataforma, sin obtener respuesta.

Apenas este mismo año, en Guadalajara se canceló el concierto de la banda Der Stürmer y otro en la Ciudad de México de Satanic Warmaster, ambas ligadas al pensamiento neonazi, además de la clausura del Salón Pentathlón, donde se llevó a cabo otro evento clandestino con bandas de la misma ideología.

Si esto les parece demasiado subterráneo, vale la pena mencionar que en España se ha desatado un escándalo en contra de Mario Vaquerizo, líder de la banda Las Nancys Rubias y pareja sentimental de la cantante Alaska, pues ha participado en eventos políticos y apoyado a líderes de partidos conservadores. O sea que no solamente son rockeros, pero también queer, quienes se han puesto al servicio de la ultraderecha.

Y todo por seguir rockeando

Qué ironía, pero hoy el rock tiene mucho que agradecerle a artistas de pop como Harry Styles y Olivia Rodrigo, que se han encargado de mantener la llama del rock encendida. Incluso tiene que agradecerle a Taylor Swift y a todos los artistas blancos exitosos que no se unieron a los sonidos de moda como el reguetón y el hip hop, porque es de ellos de donde resurgirá en algún momento. Hasta Bad Bunny experimentó ya con el rock en su lanzamiento de 2020, El último tour del mundo, y recientemente anunció que seguirá incursionando en otros géneros para su nuevo álbum que saldrá este mismo año.

En otros rincones de la cultura pop, las series y películas están enamoradas del soundtrack rockero de los años 90, cuando se popularizaron los CDs con los éxitos de MTV. Series como Yellowjackets, Beef y Cruel Summer han querido replicar esta sensación, musicalizando sus episodios con canciones nostálgicas de los 90 y 2000. Mientras que otras series como Daisy Jones and the Six, o películas como Green Room (2015), Her Smell (2018), Viena and the Fantomes (2020), What the Water Left Behind: Scars (2022) y God is a Bullet (2023) quieren revivir la mística de las bandas de rock y romantizar esa vida bohemia de los que van a bordo de un cámper en una gira interminable.

Más que simples señales, la intención de la industria del entretenimiento por traer el rock de vuelta es muy clara. El triunfo de Måneskin en 2021 en un festival tan mediático como Eurovisión fue un indicador, pues más allá de si la banda italiana logró o no capitalizar su repentina fama, lo cierto es que ayudó a que se hablara del rock en los medios de comunicación. Y por si fuera poco, la antes humillada banda U2 anunció una residencia en Las Vegas que arranca este 29 de septiembre. Eurovisión y Las Vegas, ¿decadencia total?

¿Es esta la muerte definitiva del rock & roll o su resurgimiento “en forma de fichas” para la generación con déficit de atención? La serie Stranger Things volvió un éxito momentáneo a Kate Bush con su clásico Running Up That Hill, e incluso en TikTok la lista de canciones de rock más populares consiste en un rescate, ya sea de clásicos o de piezas olvidadas, para alterar su velocidad, distorsionarlas y dejarlas irreconocibles. Nada es actual. Títulos que desafían a cualquier conocedor, como Lover’s Rock de TV Girl, Nobody de Skindred o Love You So de The King Khan se convierten en simple ruido de fondo para las coreografías.

Pero el rock ya perdió su ingenuidad. En enero de 2021, partidarios de Donald Trump irrumpieron en el Capitolio para manifestar su apoyo al entonces presidente en un acto que hoy se considera terrorismo. Entre los asistentes se vio a dos importantes figuras del rock contemporáneo, Ariel Pink y John Maus. Si el rock regresa o no es lo de menos, hay que permanecer vigilantes para que cualquier género musical no venga cargado con ideologías rancias, mensajes de supremacismo blanco y política ultraconservadora. Las siguientes generaciones nos lo van a agradecer.

BREVES

Del 29 de septiembre al 8 de octubre se llevará a cabo la séptima edición de Black Canvas: Festival de Cine Contemporáneo, con una programación que incluye películas premiadas a nivel internacional, como Don’t Expect Too Much From the End of the World o Inside the Yellow Cocoon Shell. Consulta su programación.

Cine Tonalá tendrá funciones especiales de la película de suspenso Juego limpio (Fair Play), una producción de Netflix que está llamando la atención y que estará disponible para streaming en el mes de octubre.

También en esta plataforma, desde el 28 de septiembre, se puede ver el documental La oscuridad de La Luz del Mundo, que cuenta las historias de abusos cometidos por el culto religioso de Guadalajara, Jalisco, liderado por Naasón Joaquín García.

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