La ingenuidad de septiembre

¡Hola septiembre! El mes más mexicano. Otro año, otra oportunidad para convencer al paisano de que lo mejor que puede hacer con su tiempo y su dinero es apoyar a la producción nacional. Y cuando se trata de cine mexicano, en 2023 abundan las iniciativas que quieren reavivar el interés por la historia, el patrimonio cultural y todo lo que representa el cine que se realiza en nuestro país. Pero, ¿están funcionando?

De acuerdo con información de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (CANACINE), ninguna película mexicana figuró en su Top 10 de lo más visto en México en 2022, y afirman que a pesar de que la asistencia al cine se está recuperando, el cine mexicano no ha logrado repuntar. En 2023, solamente una película nacional ha logrado rebasar la marca de los 100 millones de pesos en taquilla: Infelices para siempre.

Apenas el 15 de agosto, en la Ciudad de México se inauguró la Cineteca Nacional de las Artes, un proyecto de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Cineteca Nacional, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y el Centro Nacional de las Artes (Cenart). Un nuevo espacio que es también una extensión de la Cineteca ya por todos conocida, pero que pretende servir de foro para el cine nacional, por lo que durante su semana de apertura los boletos fueron gratuitos y la programación seguirá dedicada al cine mexicano hasta el 16 de septiembre.

Asimismo, el próximo 9 de septiembre se llevará a cabo la 65 Entrega del Premio Ariel, el reconocimiento a lo mejor del cine nacional que se entrega desde 1947, pero que a raíz del confinamiento por la pandemia de Covid en 2020, cuando únicamente se anunciaron los ganadores por televisión, movió su ceremonia al mes de septiembre y así ha permanecido desde entonces, convirtiéndose en otra fiesta mexicana que sirve para conmemorar el aniversario de la Independencia y, por si fuera poco, este año se realizará por primera vez en Guadalajara, Jalisco.

Esta idea que diversas instituciones y empresas parecen promover -y que algunos mexicanos todavía quieren creer- donde el patriotismo puede ayudar a salvar de la ruina económica al cine mexicano es, por decir lo menos, ingenua. A pesar de crear lemas como Que México se vea, Cine que nos une (con la que además promueven el Día Nacional del Cine Mexicano) o Rumbo al Ariel, las cifras nos recuerdan constantemente que a la gran mayoría del público no le interesa ver cine mexicano. Ya no es como en la época de oro.

¿Cómo revertir esta situación? No hay respuesta sencilla. La directora del Imcine, María Novaro, basándose en datos del Anuario Estadístico del Cine Mexicano 2022 (publicado por dicha institución), parece sugerir que los exhibidores son los responsables, pues dice que la exhibición no quedó garantizada tras la firma del Tratado de Libre Comercio de 1994: “tendríamos que reaccionar todos en la comunidad cinematográfica para cambiar las reglas del juego y corregir el T-MEC, para volver del cine una excepción cultural”.

Sin embargo, el discurso de Novaro ha perdido fuerza ante los muchos reclamos de esa misma comunidad cinematográfica al gobierno en turno. En fechas recientes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que es inconstitucional la desaparición del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE), que se aprobó tras un decreto presidencial en 2020. Si se reactivará este estímulo, aún está por verse.

Esta misma semana trascendió la noticia de que, tras 12 años ininterrumpidos, el Festival Internacional de Cine de Los Cabos tuvo que cancelar su edición de 2023 por falta de presupuesto, reavivando así la polémica sobre la reducción de apoyos a proyectos culturales, en este caso al cine que se promueve a través de festivales dentro del territorio nacional. Entonces, ¿quién tiene la razón?

Por otro lado, plataformas de streaming como Netflix, Amazon, HBO y Paramount buscan que el gobierno mexicano les conceda estímulos fiscales para facilitar la realización de más producciones en nuestro país, aunque no solamente películas mexicanas. Muchos ven en las plataformas la salvación del cine nacional, pero no todo es lo que parece. “Con la pandemia se hizo un cambio en las reglas de operación y ahora el cine financiado por el estado también puede estrenar en plataformas, eso hace que el cine mexicano no llegue al cine”, explicó en una entrevista reciente Tábata Vilar, directora de CANACINE.

Es así como la industria del cine nacional se encuentra atorada en un círculo vicioso que ella misma creó. En lo que se refiere a nuestro cine, la mayoría de los mexicanos no quieren ver otra cosa más que comedias y la ocasional película de terror, pero al mismo tiempo ya están saturados de esas mismas producciones. Como resultado, las compañías productoras siguen financiando ese tipo de películas, pero el público ya no responde a todas. Las producciones mexicanas más taquilleras siguen siendo comedias, pero solamente una o dos películas son las que el público realmente favorece.

La falta de empatía hacia la comunidad cinematográfica o el nulo interés por entender conflictos como la eliminación del FIDECINE y los apoyos a festivales, también tienen mucho que ver con esa desconexión que hay entre los mexicanos y su cine. Los problemas que se dan entre instituciones y cineastas nos parecen ajenos, incluso frívolos, porque al final no sentimos que ninguno de estos bandos esté realmente interesado en nosotros como público, o genuinamente preocupados por rescatar esa identidad nacional que todos utilizan como bandera.

BREVES

La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México prestará sus habilidades para musicalizar el cine-concierto en vivo de 2001: Odisea del espacio, el clásico de Stanley Kubrick, en el Auditorio Nacional el próximo 10 de septiembre.

Ya puedes reservar boletos para las funciones especiales de Extraña forma de vida, el nuevo cortometraje de Pedro Almodóvar, y Rotting in the Sun, la nueva película del director Sebastián Silva, en el Cine Tonalá desde el 13 de septiembre. Más información en su sitio.

La Cineteca Nacional anunció el estreno anticipado de El Conde, una comedia de humor negro del director Pablo Larraín inspirada en el dictador Augusto Pinochet, que posteriormente llegará a Netflix el 15 de septiembre.