¿Es hora de retirar el concepto de VIP?
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

¿Es hora de retirar el concepto de VIP?
Foto: Captura de pantalla

Como cualquier entusiasta del cine, llegué aquel fin de semana a las salas de Cinépolis localizadas en Toreo Parque Central y pedí boletos para una película. Desde que en la década de 2000 se introdujo a México el sistema de selección de lugares, ha sido un beneficio para aquellos que no queremos estresarnos por encontrar el lugar ideal hasta el último minuto, como sucedía antes cuando había que hacer fila para entrar a las salas.

Pero este mapa de asientos no tiene ni 20 años de estar disponible en nuestro país, a diferencia de la opción de salas VIP que, de acuerdo con ejecutivos de Cinépolis, fueron inventadas en México en 1999. Si este dato es correcto, se va a cumplir un cuarto de siglo de que algún empresario mexicano tuvo la ocurrencia de dividir a los cinéfilos entre los que tienen más y los que tienen menos dinero. Un escándalo, si tomamos en cuenta que apenas este año la cadena de cines AMC en Estados Unidos tuvo que retirar su plan de cobrar precios más altos por los mejores asientos en sus salas.

Originalmente, las siglas V.I.P. fueron tomadas de la expresión en inglés Very Important Person (persona muy importante), un término que empezó a usarse por pilotos de la Real Fuerza Aérea del Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial, y con el que se referían a aquellas personas a las que había que darle trato especial por tener un estatus social muy alto.

En 1963 apareció la película The V.I.P.s, con Elizabeth Taylor y Richard Burton, que hacía referencia a una sala de espera para viajeros de primera clase en el aeropuerto de Heathrow, en Londres. Y de ahí tomaron la idea los ejecutivos de la cadena de tiendas Aurrerá para lanzar su nueva cadena de restaurantes llamada VIPS, cuya primera sucursal abrió precisamente en la zona del Toreo, en Lomas de Sotelo, en 1964.

El término alcanzó mayor popularidad en la década de los 80 y, según un mapa de tendencias del Online Etymology Dictionary, tuvo su clímax entre 1989 y 1991, cuando se utilizaba para separar a la gente rica y a las celebridades de la gente normal, ofreciéndoles mejores servicios y un mayor nivel de comodidad. Después se extendería a otras áreas del entretenimiento, como los boletos de diversos espectáculos, donde todavía se caracteriza por servir como un diferenciador.

Volviendo a la anécdota del inicio, yo soy de los que en el cine me gusta escoger mis butacas más o menos centradas, para no estar tan cerca ni tan lejos de la pantalla. Pero cuál fue mi sorpresa cuando al entrar a dicha sala de Cinépolis Parque Toreo, se trataba de una aberración nunca antes vista. La misma pantalla servía para dar dos funciones simultáneas, una para la sala VIP situada en la planta baja, y otra para una sala “tradicional” en la planta alta. Es decir que, los que compramos boletos para la función tradicional, estábamos amontonados en un tapanco o, como le decían antes, en el “gallinero”.

Yo pensaba que este tipo de divisiones tan intencionadas ya no sucedían en el mundo civilizado. Hace tiempo que no me sentía tan estafado por una empresa de renombre como Cinépolis. De haber sabido que esta aberración de sala existía no compraba mis boletos, porque en un mapa de asientos fiel yo no estaría ocupando los lugares por los que pagué. Lo cual me puso a pensar en aquellos que estaban disfrutando de la misma función que yo, pero sentados en la comodidad de sus butacas lounge con opción a servicio de meseros.

Hace unos días estrenó en ViX y Canal 5 de Televisa otro reality show que pretende aprovechar el lugar que dejó La casa de los famosos, ahora con el nombre de Hotel VIP. Esta emisión tiene como conductor al actor Roberto Palazuelos, a quien también se le conoce como un empresario cuya familia siempre se ha dedicado a la hotelería, y entre una diversidad de concursantes participan Jorge “Burro” Van Rankin y Cristian Castro.

Utilizar el concepto VIP para un programa como este, que trata sobre separar a los concursantes entre huéspedes y empleados, sigue aportando negativamente a la división de clases. No sorprende que sean, precisamente, personajes de los años 80 tan rancios como Palazuelos y Van Rankin, quienes sigan promoviendo un concepto tan caduco como el bronceado artificial. Evidentemente, el target de este programa no es un público joven.

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Lo mismo podríamos decir de su examigo Luis Miguel. Como lo mencionamos en su momento, los boletos para los conciertos de la máxima estrella del pop ochentero en México han alcanzado precios exorbitantes y en su paso por lugares como la Arena Ciudad de México, claro está, también cuenta con una sección VIP donde el precio de los boletos es, oficialmente, de 8 mil 670 pesos, aunque en reventa se elevaron hasta los 79 mil pesos.

Lamentablemente, estas prácticas no se limitan únicamente a las estrellas de los 80, pues en las próximas fechas de RBD se anunció un VIP Lounge Upgrade y para los conciertos de Taylor Swift en el Foro Sol, que inician este 24 de agosto, se ofrecieron cinco paquetes VIP de distintos precios en la sección Platino, que es la más cercana al escenario y donde el acceso más caro es de 16 mil 350 pesos más cargos por servicio.

El reciente concierto de Lana Del Rey en este mismo espacio nos dejó con varias interrogantes sobre la pertinencia de seguir llamando “VIP” a una sección dentro de un mismo foro de espectáculos que puede tener usos múltiples (similar al caso de Cinépolis y su sala de Parque Toreo). El espacio que sirve como área Platino o VIP en el concierto de Taylor Swift es la misma que en el concierto de Lana Del Rey fue área General.

En redes sociales aparecieron quejas de fans de Del Rey al enterarse de que algunos asistentes portaron pases que los identificaban como VIP cuando, en teoría, este concierto no contaba con ese tipo de privilegios. Y tras la noticia del incidente en el que varias personas cayeron de sus lugares por un efecto dominó (que rápidamente fue acallada con memes) nos vemos obligados a preguntar a Ocesa por la seguridad de esta sección que en otros conciertos se usa como Platino o VIP: ¿por qué pagar más por un espacio inseguro?

A casi 60 años de la primera cafetería VIPS en la Ciudad de México, hoy podemos decir que en la actualidad VIP es solamente un decir, una etiqueta que sirve para exprimir más dinero en servicios innecesarios o para vender una idea de exclusividad que, aunque sí existe en ciertos niveles sociales, es precisamente en esos niveles donde no tienen necesidad de usar un diferenciador. Pagar por un servicio caro no nos hace “personas muy importantes”, es un concepto puramente aspiracional que ya deberíamos retirar.

BREVES

En el circuito de cine de arte hay dos opciones muy atractivas. Primero, la función especial en el Cine Tonalá de la española As Bestas, ganadora del premio Goya como Mejor Película en 2023, como parte del ciclo Rumbo al Ariel donde está nominada a Mejor Película Iberoamericana. Por otro lado, estrena en pocas salas la irlandesa The Quiet Girl, que este año se le nominó al Oscar como Mejor Película Internacional.

Del 29 de agosto al 8 de octubre se llevará a cabo Ambulante, gira de documentales que, como cada año, tiene una selección internacional con lo mejor de estos títulos que se exhibirán en diversas ciudades. Checa su programación aquí.

Una opción que llama la atención en Netflix desde el 25 de agosto es la comedia juvenil You Are So Not Invited to My Bat Mitzvah, si acaso por la actuación de Adam Sandler e Idina Menzel otra vez como pareja, después de haberlo hecho en 2019 en Uncut Gems.

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