Sí hay afrodescendencia en el norte del país

Sonora fue el estado invitado en la edición 34 de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, la cual culminó el pasado fin de semana. Entre las actividades culturales se ofreció un espacio para hablar sobre las afrodescendencias en esta entidad, un capítulo en la historia que ha sido reducido e invisibilizado, según los investigadores Elisa Coronel Higuera y Juan Carlos Holguín Balderrama. 

De acuerdo con el censo del Inegi en 2020, el 1.5% de la población en Sonora se define como afrodescendiente, mientras que el 1.7% como indígena y el 96.8% como mestizos.

Sin embargo, Coronel Higuera subrayó durante su ponencia la presencia que tuvo este sector de la población durante la colonia, ya que Gonzalo Aguirre Beltrán registró en su libro que, durante el año 1793, se tuvo registro de 3 mil 15 mulatos en esta entidad. 

Holguín Balderrama apuntó que muchos mulatos, tanto esclavos como libertos, adoptaron el apellido de sus amos; por ello hay una gran probabilidad de que los ciudadanos actuales que llevan apellidos como Campoy, Aragón, Anguis o Gastelum tengan orígenes afrodescendientes. 

¿Por qué la invisibilidad de estas raíces? Ambos expertos coinciden en que los registros históricos han descartado a esta población, sobre todo a las mujeres afrodescendientes, por lo que los archivos religiosos les dieron una mayor perspectiva del tema. La discriminación es un factor que está detrás de esto, lo cual también devela el gran pendiente que hay respecto a reconocer tanto el pasado que nos sostiene como el presente que nos toca vivir. 

Aunque pareciera un porcentaje mínimo que nos pudiera representar, existe. También habría que valorar cómo ha afectado la supresión que se le ha dado a esta historia el que la presencia que tiene hoy en día se reconozca por un 1.5%. La multiculturalidad es una de las más grandes bondades del país, pero también su piedra en el zapato. El reconocimiento de la infinidad de raíces que nos forman como seres humanos (y como mexicanos) es sólo el inicio de un arduo trabajo de reconocimiento, no basta con honrar a los antepasados, hay que ser congruentes en cómo tratamos a los de nuestro presente. ¿Ya conoces tu pasado y te sientes orgulloso de él?