El LGBT-odio o LGBTFobia en los medios

Fotoperiodista freelance y orgulloso de ser LGBT+, trato de cubrir más la fuente de derechos humanos, y en X (Twitter) soy un niño problema: @elhaaronjpg

IG: @elhaaronalvarez.jpg

El LGBT-odio o LGBTFobia en los medios
El magistrade Jesús Ociel Baena fue hallado sin vida en Aguascalientes. Foto: Instagram/ocielbaena

En la mañana del lunes 13 de noviembre, en el país se dio la lamentable noticia del asesinato de le magistradE, Jesús Ociel Baena, quién fue la primera persona NO BINARIA en ocupar un cargo de este nivel en el Tribunal.

Yo me enteré al ver un post en X (antes Twitter) donde le preguntaban si estaba bien, después empecé a ver varias cuentas de medios y periodistas donde informaban la lamentable noticia del hallazgo del cuerpo del magistradE y su pareja; al mismo tiempo leía que activistas y sociedad civil estaban impresionados con la información.

Estaba en shock, no podía creer tal noticia, pero mientras más pasaron las horas y la información iba saliendo, ese sentimiento de tristeza se iba transformando en rabia al leer los comentarios llenos de hate, de ignorancia, pero más al ver que colegas periodistas y medios informaban desde un discurso trans-odiante y, aparte de eso, ver cómo la fiscalía del estado sacó indagatorias rápidamente de manera revictimizante en contra de le magistradE Ociel y Dorian, además de filtrar las primeras imágenes de la escena del crimen.

Ese día se convocó a una velada en la Estela de Luz en la Ciudad de México así como en otros estados del país, por lo que asistí, tanto en calidad de periodista como de persona LGBT+, para protestar ante este crimen de odio. Ahí la mayoría alzó la voz contra las autoridades de los tres niveles de gobierno, pero también contra los medios de comunicación y periodistas ante su actuar de manera malgenerizada.

Las y los periodistas tenemos la obligación de informar de la manera más empática y visible posible, no somos nadie para poner a discusión y debatir la identidad sexual de las personas. Las personas que nos dedicamos al periodismo también nos tenemos que ir educando en las nuevas narrativas de las generaciones, más no reproducir los discursos de odio, no sólo en la calle sino ahora en redes sociales.

Este caso del asesinato de Ociel Baena no sólo evidenció el pésimo actuar de las autoridades estatales sino también algo que se sabía: el odio desde “referentes” del periodismo, lo que ha dejado ver la urgencia y necesidad de que en los medios de comunicación existan personas LGBT+ o aliadas de las disidencias sexuales para poder abordar las historias porque, les guste o no, el periodismo también reeduca.

Varios periodistas, en su mayoría hombres heteros, han mencionado que es falso el odio contras las personas LGBT+, que no se nos mata por nuestra identidad, orientación o preferencia; aunado a esto, han condenado que legisladores se unieran a la consigna “Crimen Nacional, Mentira Nacional”, diciendo que les parece de lo más lógica la versión de la Fiscalía de Aguascalientes, además, con argumentos que todos los derechos la comunidad de la diversidad sexual siempre se han ganado y que los medios siempre han estado ahí.

Alentando la retórica de que a les LGBT+ sólo morimos por cuestiones de adicción a sustancias, por VIH, suicidio o crímenes pasionales y que nuestra vida es muy feliz.

Además de pedirle a las fiscalías aclarar el caso para hacer justicia para y por Ociel y Dorian, también se le hará justicia a le magistradE y su pareja cuando, desde los medios de comunicación, respetemos la identidad sexual, lo que significa referirnos como su pronombre lo indica, entiendo que no es fácil porque no estamos acostumbrados, pero mientras más vayamos respetando, más podemos ir avanzando en esta sociedad machista y patriarcal.

Siempre que tengamos dudas podemos acercarnos a preguntar cómo referirnos ya sea con activistas, con otres colegas o alguna persona que conozca del tema, de esa manera iremos rompiendo la cadena de discursos de odio. También hay una cuenta (@abrazo_grupal) que ha lanzado el manual de cómo tener una redacción correcta con el género neutral y así poder ser lo más inclusivo posible.

En mis cinco años en el fotoperiodismo nunca había visto que un caso por crimen de odio moviera a toda una población en la nación, lo que para mí significa que las nuevas generaciones traemos un despertar y podemos cambiar con todo lo que se nos ha dictado por años, que no es una simple “E”, significan miles de vidas que están exigiendo ser visibles y por lo que le magistradE estaba luchando.

Asimismo, soy un periodista al que le gusta cubrir todas las fuentes, pero tengo más enfoque por los temas de derechos humanos, en especial diversidad sexual, pero desgraciadamente me han negado trabajos por tratarse de las disidencias sexuales y, según ellos, no les vende, no les genera likes, por lo que es difícil ser persona LGBT+ y trabajar en los medios de comunicación convencionales, porque sólo para ellos existimos en junio o, al menos, es el mensaje que me hacen leer.

A la prensa y a los medios les cuesta entender asuntos que no han vivido, les cuesta comprender cómo es la LGBTfobia en el día a día y los actos de violencia que afectan a la comunidad.

Falta sensibilizar al editor y a los que toman decisiones en los medios, ya que son pocos los que sí tienen esa perspectiva en su línea editorial, como lo es el caso de La Prensa, que desde las protestas por el caso de Ingrid Escamilla hubo cambios editoriales que sensibilizaron la línea del medio en la cobertura de casos de violencia hacia las mujeres y personas de la comunidad LGBT+, mientras los titulares, en la mayoría de los medios, eran de manera irrespetuosa.

Un dato que la prensa y el público en general debe de conocer es que en México somos el segundo lugar de América Latina en crímenes de odio, sólo después de Brasil

Con el periodismo estamos al servicio de la sociedad, no del Estado.

Esta columna va en memoria de le magistradE, Ociel Baena, su pareja Dorian Herrera y todes les que han muerto a causa de los crímenes de odio y que, desde donde quiera que estén, nos dan fuerza para luchar por un mundo más justo, libre, respetuoso e inclusivo.

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