Basta de normalizar la pedofilia

Activista, luchadora social y promotora de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad, comunidades indígenas y personas LGBTQ+. Presidenta de la Asociación Civil Rosa Mexicano. @catymonreal_

Basta de normalizar la pedofilia

En México se normaliza la pedofilia. Eso es lo que sacó a la luz la influencer Florencia Guillot al entrevistar a Paulina Florencia y Mauricio Cuevas sobre su relación. El delito no se descubrió por una labor periodística de la Policía Cibernética, de Lidia Cacho, del activismo. Fue una plática “casual”, entre figuras públicas, donde un hombre admitió que cuando conoció a su actual esposa, ella tenía 11 años, él tenía 25.

Se presentó como un asunto jocoso y, lo que es peor, como una exitosa historia de amor. En la entrevista, Mauricio y Paulina describen lo que Florencia llama como “una situación muy interesante”, donde Paulina jugaba con sus amigos de secundaria y él ya trabajaba. Donde él aprovechó la situación para ganarse su confianza poco a poco, en lo que varios y varias usuarias de redes llamaron como un claro ejemplo de grooming. Paulina incluso contó que la relación la llevó a salirse de su casa en cuanto cumplió 18 años. En su manual sobre prácticas de grooming, la asociación Save the Children informa que una táctica común es separar y alienar a la víctima de sus padres.

Para Guillot, la entrevistadora, esta situación no ameritaba más que la anécdota y quizás el morbo de las vistas en redes sociales. Claramente jamás pensó en señalar que lo que Paulina vivió fue algo criminal o que debía recibir mayor atención. A lo más que llegó fue a decir: “a esa edad yo veía Floricienta (telenovela infantil)”, y a insinuar que seguro los papás -por ser estrictos y no por tratarse de un delito- no estaban de acuerdo con la situación.

O qué decir, cuando Enrique Guzmán, quien enfrenta una denuncia de su nieta Frida Sofía por abuso sexual y corrupción de menores, entre otras, respondió a las acusaciones con: “a mi edad, tener relaciones con una niña chiquita, me encanta”, para desestimar el tema. Porque esa es la normalización, decir que “las niñas son muy maduras para su edad”, hablar de que “para el amor no hay diferencias de edad”, presumir que a los 60 años pueden salir con niñas.

Para los hombres, salir con niñas o mujeres muy jóvenes es claramente una muestra de prestigio. Desde los memes sobre Leonardo DiCaprio cortando con sus novias en el momento en que cumplen 25 años, hasta los casos de actores como Jack Nicholson o Al Pacino saliendo con chicas de la edad de sus nietas. Si bien ninguno de estos casos es exactamente igual al de Enrique Guzmán o Mauricio Cuevas, donde se admite la conducta delictiva con una menor de edad, si es necesario señalar que estas conductas ayudan a normalizar la pedofilia al tolerarla con un “así son los hombres”.

Tenemos que dejar de permitir estas conductas. No es sorpresa entonces que, a pesar de que está prohibido, en 2020 el INEGI registró que más de 200 mil, adolescentes de 12 a 17 años, estaban en una situación conyugal (casadas o en unión libre). Eso significa que 4 de cada 100 adolescentes en el país han estado en unión conyugal cuando no han cumplido la mayoría de edad. Esta es otra salida fácil para normalizar el abuso contra las niñas. Decir que no es pederastia porque sus agresores buscan “relaciones con ellas”. Porque se casan con ellas, sin contar que para muchas se vuelve un pase directo a mayores abusos, situaciones de violencia y pobreza. 

En muchos de los casos de embarazos adolescentes, el hombre es mayor de edad. Niñas de 14 años que se embarazan de hombres de 20 o 21 años. Hechos que prueban que a pesar de todo lo que digamos, nos falta mucho para proteger a las niñas de México.

No se trata de “vigilar a las niñas”, o inculcarles buenos valores a ellas. De quitarles celulares y computadoras o negarles el permiso de salir con sus amigas o de viaje. A quien tenemos que vigilar, con los que tenemos que trabajar, es con los hombres que no ven nada de malo con una relación donde un adulto que trabaja quiera “ser novio” de una niña de 11 años. ¡Basta de normalizar la pedofilia!

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