Lo que no sabes sobre los refugios que salvan la vida de mujeres y sus hijes

El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha en la que miles de mujeres repiten hasta el dolor cifras de crímenes y agresiones que sufrimos por el simple hecho de ser mujeres. Entre todas esas historias, porque son vidas más allá de las estadísticas, pienso en aquellas de mujeres que son asesinadas por sus parejas, familiares.

Según cifras de Data Cívica, hasta antes de 2009 la mayoría de los homicidios de mujeres ocurrían en sus casa, pero desde entonces la mayoría ocurren en la vía pública con un pico brutal en 2017. 

Como mujeres ya estamos acostumbradas a tener decenas de grupos en los que, sin importar si son laborales, personales, de entretenimiento, etc., en alguno de ellos ha habido una persona que solicita información de cómo puede ayudar a una amiga que quiere salir de su casa porque su vida corre riesgo. Y aunque siempre hay alguien con disposición e información a la mano, parece que la socialización de la existencia e importancia de la red nacional de refugios en México aún tiene muchas mujeres a donde llegar.

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En entrevista con Marilú Rasso, directora ejecutiva de la asociación civil Espacio Mujeres para una Vida Digna Libre de Violencia, contó que esta A.C. pertenece a la Red Nacional de Refugios y que, desde hace 15 años albergan, atienden, reformar y canalizan a mujeres (con sus hijes) que han sufrido violencia en el hogar.

Rasso explicó que para atender la violencia de género hay ventanas muy pequeñas de tiempo, como aprovechar que la pareja salió a trabajar para que las mujeres puedan escapar de casa. Asimismo, se debe tener completa certeza de que las redes de apoyo de estas mujeres (en caso de contar con ellas) estén fuera del radar del agresor, porque de poco servirá huir de ese nido de violencia para acogerse en otro espacio que sí conozca, como la casa de familiares y amigos.

“Por eso la importancia de estos refugios. Por ejemplo, nosotras tenemos acceso a una casa de emergencia (que pertenece a la Red Nacional de Casas de Refugio), en la que las mujeres pasan dos noches y tres días. Ahí hacemos una evaluación de su situación y del nivel de riesgo de sus redes de apoyo”, narró. El análisis de riesgo también abarca investigar a qué se dedica el agresor, si tiene armas, si pertenece a grupos delincuenciales, etc.

Ya en una segunda etapa han dispuesto centros de atención externa de refugios, en donde otorgan atención gratuita y ambulatoria a mujeres e infancias. ¿En qué consisten sus servicios? Las mujeres que escaparon de su agresor puedes recibir en estos lugares sesiones psicológicas, atención jurídica, atención médica, y orientación laboral vinculada a bolsas de trabajo.

Esta fase se pensó así para dar ofrecer vivienda y estos recursos a mujeres víctimas de violencia por tres meses, de acuerdo con Marilú, porque ésa la ventana de tiempo de mayor vulnerabilidad para ellas, ya sea porque el agresor las encuentre o porque ellas decidan (voluntariamente o no) volver con él. En este momento, y debido a su seguridad, las mujeres cuentan siempre con compañía, sobre todo si salen de la casa refugio a hacer mandados, etc.

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Al mismo tiempo se ofrecen talleres de oficios a mujeres para que puedan reinsertarse en el mercado laboral y tener así independencia financiera. También reciben educación sexual e información sobre planificación familiar y orientación legal para proteger la tutela de sus hijes.

“Todo esto se hizo pensando que después de tres meses y medio, las mujeres hayan sido capaces de construir un plan de vida, porque en ese periodo, y con compañía de trabajadoras sociales, ellas buscarán empleo, vivienda, escuela para sus hijes para cuando dejen el refugio”, dijo Marilú Rasso. 

Y aunque los refugios son el mecanismo más articulado y eficiente en la prevención el feminicidio, de nada sirve tener refugios si no hay políticas públicas. A decir de Marilú, la violencia es problema de salud pública y de justicia social. Actualmente, aunque cuentan con presupuesto público para su operación, ese recurso no cubre todo el año sino alrededor 10 meses y no todos los servicios que ofrecen. Mientras que el resto se cubre mediante donaciones.

Por lo tanto, ahora que inicia el último año de gobierno para esta administración y que dos candidatas inician precampañas electorales para la presidencia de México, es necesario presionar y generar más incidencia a favor del mantenimiento de estos refugios porque el gobierno tiene la obligación de atender estas problemáticas.