A los adultos también les toca jugar
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

A los adultos también les toca jugar
A los adultos también les toca jugar. Foto por Pexels.

No a todos les tocó jugar de niños. A mediados del siglo pasado las familias se acostumbraban numerosas, había distintos factores que influían para tener hasta 10 hijos en un hogar: usar a los descendientes como fuerza de trabajo, la alta mortalidad de recién nacido, los tabús sobre los métodos anticonceptivos, entre otros. Hubo menores que tuvieron que tomar un papel paternal o maternal para cuidar de sus hermanos, aun siendo niños. Este sólo es uno de los tantos ejemplos de por qué muchos niños tuvieron que cambiar sus juguetes por ser adultos.

Ejercer el derecho al juego y el esparcimiento en la niñez es algo complicado en México, aunque esté estipulado en la Ley General de las Niñas, Niños y Adolescentes. Los primeros años son importantes para el crecimiento y desarrollo, ya que se forman grandes conexiones neuronales, según JP Shonkoff. Además, en esta edad se pueden desarrollar herramientas emocionales a través del juego.

Por cualquier que hayan sido las circunstancias, si no tuviste la oportunidad de ejercer este derecho en tu infancia, tocará resolverlo como adulto. No hay que ser tan duro con el niño que sorteó lo que le tocó vivir y tendremos que consentirlo en la etapa madura. Tampoco se trata de tomar una actitud infantil, sino darse la oportunidad de jugar a tu manera cuando tengas la oportunidad. ¿Por qué no ponerse a jugar con tus hijos o sobrinos? ¿Por qué no comprarse un libro para colorear? ¿Por qué no aprender un deporte nuevo? ¿Por qué no coleccionar los carros o juguetes que quisiste de infante?

Cualquiera que haya sido nuestro contexto o la realidad que nos tocó vivir en la infancia, si aún quedaron pendientes, este Día de Reyes es buen momento para darse la oportunidad de voltear a ver a la parte más emotiva, cándida y noble que tuvimos en nuestra vida: la niñez. La madurez y toma de responsabilidades no tiene que ocupar el lugar de la capacidad de asombro o emotividad. Aunque los roles nos dicten que los adultos deben ser fríos, cuadrados y asertivos, hay la oportunidad de ejercer un propio modelo que te acomode tus necesidades, incluso si estás incluye deudas con el niño interior.

Aunque la etapa de la niñez ya no volverá, a los adultos también les toca jugar cuando lo crean pertinente y abrazar a su menor interno para estar en paz con él. En tu entorno adulto, podría ser buena idea dejarte llevar por la mirada de niño para obtener una perspectiva más simple y creativa, es un aporte que no deberíamos menospreciar y valorar más para contribuir a nuestra vida diaria. ¿Te das la oportunidad de jugar de nuevo?

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