Polvo somos
Archipiélago Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita
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“El mundo se va a acabar, si un día me has de querer te debes apresurar”. 
                                                                               Mono Blanco

Desde el chismecito de Selena Gómez y Taylor Swift en los Golden Globes, hasta la presencia de Jodie Foster en la Cineteca Nacional, han sido oro puro para el cineasta Iván Löwenberg en el manejo de la promoción de su película No quiero ser polvo. Dense una vuelta por sus redes en @aivanlow, si no han visto la película les van a dar ganas de ir al cine.

Bajo esa dinámica que en las últimas semanas irrumpió en las redes sociales, el cineasta egresado de la Universidad Centro de Diseño y Televisión, en 2008, tuvo clara la vocación desde antes de comenzar la carrera. Al principio, como suele pasarles a muchos realizadores, la familia trató de animarle a estudiar algo más, pero fue tan convincente que se aventuró y el primer resultado fue el cortometraje Cajas de cartón, fue ganador del apoyo a guion del Fondo Hubert Bals del Festival Internacional de Cine de Rotterdam y realizó su ópera prima: La Castración.

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En el inter fue productor, también formó parte de festivales de cine, trabajo en Canal Once e hizo muchísimas cosas más que pueden consultar en el Diccionario de directores del cine mexicano, vale mucho la pena.

Una década después se embarcó en su nueva película: No quiero ser polvo, producción independiente que logró una coproducción con Argentina y resulta una especie de sátira sobre la vida. En esta cinta Iván tiene como protagonista a su mamá, Bego Sainz, una mujer sumergida en una depresión ya que descubrió que tanto su marido como su hijo no la necesitan, al menos esa es su percepción; así comienza a frecuentar un grupo que vislumbra días de desasosiego y oscuridad, situación que le da nuevos bríos para vivir.

Cercana, emotiva y franca, No quiero ser polvo es parte del abanico de producciones que se encuentran en cartelera y que se aferran a toda la diversidad de pantallas. La pueden encontrar en la Cineteca Nacional, su circuito en los estados, así como en diversas salas del circuito cultural. Ojalá les den un vistazo a las carteleras de su localidad y compren su boleto para mirar y mirarse en una historia que sucede en Santa María la Ribera, pero podría suceder en cualquier barrio, municipio o ciudad del mundo.

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Te dejo mi entrevista con Iván Löwenberg, director de la película No quiero ser polvo:

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