Negarle la entrada a las madres

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los y las bebés sean amamantadas únicamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida. Esto llevo a que se tenga como meta global llegar al 50% de tasa de lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de edad para el año 2025.

La leche materna reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad en un 13%, disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 en 35% de los y las bebés. Además, amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19% en el riesgo de leucemia en la niñez, mientras que los y las bebés que son amamantadas tienen un 60% menos riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil.  Sé que no todas las mujeres pueden dar leche exclusivamente, pero los múltiples beneficios para la salud, tanto de madre como del infante, han llevado a un importante impulso gubernamental y social por estimularla.

Las madres que sean amamantar enfrentan aún muchos obstáculos. En el país se ha impulsado la creación de salas de lactancia en los espacios gubernamentales. Estos son espacios donde las madres lactantes puedan amamantar o extraer su leche, almacenarla adecuadamente y al término de su jornada laboral llevarla a su casa para alimentar a su hija o hijo.

Algunas personas me han preguntado, mayoritariamente hombres, por qué es necesario instalar salas de lactancia o lactarios, “si de todas maneras sus compañeras nunca traen a sus bebes al trabajo”, pensando que la sala de lactancia solo se requiere si hay bebés presentes. Esto debe dejarnos muy en claro que como sociedad preferimos ignorar e invisibilizar la realidad de la maternidad.

Para quienes aún tengan duda, las salas de lactancia son necesarias porque mientras se amamanta, las mujeres deben extraer leche, independientemente de si van a alimentar o no a su hijo o hija en ese momento. Tener un espacio para hacerlo de forma segura, higiénica y con espacios de almacenamiento adecuado contribuye a que las mujeres que trabajan sufran menos estrés, se sientan cómodas y puedan balancear la maternidad con sus responsabilidades laborales. 

Esto no es menor, porque existen aún muchos estigmas frente al acto de amamantar en público. Existen muchos reportes de mujeres que se han visto agredidas por amamantar el público, al considerarse que es “inmoral” o “disruptivo” enseñar el pecho para dar de comer a su bebé.  Esto tiene que ver mucho con los tabús sobre el cuerpo de la mujer, y sobre el papel de la mujer en el espacio público. Al señalarlas por dar pecho en público, al no darles espacios dignos donde puedan hacerlo, damos una señal de que como sociedad pensamos que las madres no deben estar afuera, sino adentro, encerradas en su casa.

En pleno 2024, esto sigue siendo una realidad. En redes sociales está circulando un video de una mujer a quien le fue impedido el acceso a la feria INTERMODA en Guadalajara, Jalisco, por amamantar a su bebé. Con voz quebrada, la madre señala que sólo desea entrar a pagar, y que “ser madre y emprendedora ya es muy difícil como para ser discriminada de esa forma”.

La dificultad de ser madre y desempeñarse en un empleo es una de las principales razones por las cuales las mujeres tienen acceso a menores fuentes de ingreso y de empleo. Es lo que ha creado la llamada “feminización de la pobreza”.

Fue una situación lamentable que jamás debió pasar donde varios policías le impedían el acceso a la madre, por el simple hecho de estar amamantando a su bebé, la falta de sensibilidad de las autoridades y de quienes organizaron el evento fue penosa y en contra de los derechos de la mujer. 

Nuestro país debe proteger a las madres y a las infancias, no impedir el acceso a un lugar de negocios no debe volver a suceder. Este incidente muestra que aún falta mucho por proteger los derechos de las mujeres y de los y las lactantes.