La (nueva) Norma Hipotética Fundamental
Perístasis

Jefe de la División de Educación Continua de la Facultad de Derecho de la UNAM, socio de la firma Zeind & Zeind y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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La (nueva) Norma Hipotética Fundamental
Hans Kelsen acuñó el concepto de la Norma Hipotética Fundamental o Norma Fundamental. Foto: Envato Elements

Como una forma de encontrar una explicación a los sistemas normativos, Hans Kelsen acuñó el concepto de la Norma Hipotética Fundamental o Norma Fundamental. Básicamente, el jurista austriaco buscó a partir de la concepción de esta idea explicar aquello que logra unir y dar identidad a los sistemas jurídicos y saber si una disposición jurídica (norma) determinada pertenece o no a ese sistema, para lo cual es indispensable que sea una norma la que autorice la creación de otra y que esta última permita que se cree otra y así de manera subsecuente.

Es común que el punto de encuentro de todo el entramado normativo que conforma a un sistema jurídico sea la Constitución (allá donde la hay) de cada país (pues es la norma que se encuentra en la cúspide y autoriza la creación de todas las que emanan de ella), por lo que generalmente se considera que existe una relación directa entre ésta y la Norma Fundamental en cada uno de ellos.

En los últimos días hemos sido testigos de una página más del acelerado proceso de degradación que ha tenido la política en México, en donde a la par de ésta se ha intentado arrastrar consigo al orden jurídico, pues se ha podido notar que la espiral en la que estamos inmersos no solo  ha puesto en entredicho lo señalado por aquellas voces que afirman la existencia del “noble oficio de la política”, sino que igualmente los severos cuestionamientos que se han realizado al orden jurídico (a la ley) han logrado de manera sostenida minar su ya disminuida eficacia ante algunos sectores de las personas que habitamos este país.

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Lo anterior viene a colación debido a la reciente exposición pública por parte del Presidente de la República de los datos personales de una periodista que, derivado del ejercicio de su profesión, fue duramente criticada durante una de las conferencias matutinas del titular del Ejecutivo, siendo este el banderazo de salida de una serie de sucesos que a nadie deben tener orgullosos en una sociedad que, suponíamos, cada vez debería ser más evolucionada.

Independientemente de la ilegalidad clara en la que incurrió un servidor público que, haciendo además uso de recursos públicos, enfrentó en una batalla desigual a una particular y la expuso a los riesgos que conlleva el ejercicio del periodismo en México, esto trajo como consecuencia que desde distintos lugares se comenzara a poner a disposición de todas las personas algunos datos sensibles de personajes que por su relevancia en la vida pública han sido molestadas por quienes no comparten sus ideas, siendo víctimas de esta nueva tendencia por ejemplo, las candidatas presidenciales.

A pesar de lo anterior, ante la pregunta expresa al presidente de si volvería a exponer datos personales de una particular, él comentó que efectivamente lo haría “cuando se trata de un asunto en donde está de por medio la dignidad del presidente de México…” señalando también que aún cuando esto sea contrario a la ley “por encima de esa ley está la autoridad moral y la autoridad política”. Una novedad que parece poder romper con buena parte de la teoría del derecho y, particularmente del derecho constitucional, pues de acuerdo con esta postura la voluntad de una sola persona podría estar por encima de la Constitución y de todo el orden jurídico, incluso, pudiendo dar validez a lo que mejor le parezca.

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Debemos hacer votos porque la política y las personas dedicadas a ella algún día estén a la altura de los grandes problemas que se viven en México y que el proceso de degradación que ha padecido aún pueda dar marcha atrás. Sin duda, para que ello se logre es necesario que el orden jurídico se respete y se haga respetar, pues la sola idea de que algo está por encima de las normas que como sociedad hemos decidido otorgarnos no es un buen augurio, aunque la fortaleza de nuestra República seguramente hará que esto solamente haya sido una página a la que tendremos que dar vuelta.

Sin embargo, habremos de cuidar nuestro orden constitucional, pues estamos ante el riesgo de que una persona quiera convertirse en la nueva Norma Hipotética Fundamental.

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