Cuidado: No se junten con Gatell
Pasillos del palacio
Cuidado: No se junten con Gatell
Foto: Alexa Herrera/La-Lista

En el año 2018, el sistema de salud mexicano podía ser objeto de muchas críticas y de señalamientos respecto de sus retos y las insuficiencias con las que operaba. Los tiempos de espera para recibir atención médica y la necesidad de hospitales con recursos para atender enfermedades de mayor complejidad eran temas recurrentes.

Desde entonces también se hablaba de la urgencia de modernizar la política de salud con el propósito de reconocer que hay enfermedades catastróficas relacionadas con la diabetes, la insuficiencia renal, los padecimientos del hígado y del corazón que no podían seguirse atendiendo de manera paliativa y que exigían la incorporación de una auténtica estrategia preventiva que permitiera incidir en los estilos de vida y la alimentación de la población.

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Sin embargo, hoy a casi 6 años de distancia se puede ver que, lejos de avanzar, se retrocedió gravemente. Las políticas preventivas no llegaron, se lanzó una estrategia de etiquetado de alimentos que constituía un buen paso, pero que al final se convirtió en pan de lo mismo. Las etiquetas negras que aparecen en todos los productos del supermercado son tan numerosas y frecuentes que los consumidores simplemente las ignoran. Los hábitos y las formas de alimentarse de los mexicanos no recibieron ningún impulso a través de alguna estrategia informativa o educativa. La Conade, responsable no solamente de los deportistas de alto rendimiento sino también de fomentar la práctica del deporte como un medio para la promoción de la salud física y mental, se hundió en el mar de corrupción de Ana Guevara.

Todo esto podría tener un peso meramente anecdótico, sin embargo, los yerros en el sistema de salud no se quedaron solamente en la ausencia de una estrategia preventiva. Al margen de los catastróficos efectos relacionados con el manejo irresponsable que Hugo López-Gatell dio la pandemia de Covid-19 en 2018, y pese a todas las carencias del sector salud, era posible documentar que la mayoría de los medicamentos se podían surtir y que todos los niños tenían garantizado un acceso eficaz al sistema básico de vacunación que durante décadas le había permitido a México mantener a raya enfermedades de las que ya prácticamente no escuchábamos.

Las insuficiencias operativas del abasto de medicamentos y la megafarmacia ya son del dominio público, pero se aproxima un nuevo y grave problema: hoy es cada vez más frecuente que escuchemos testimonios de familias que señalan la carencia de vacunas. Las palabras poliomielitis y sarampión se escuchan cada vez más.

Hasta ahí lo anecdótico, porque en los Pasillos de Palacio circuló hace unos días un informe que llegó a manos del presidente en el que le hacen saber que ya arrancó la cuenta regresiva de una nueva crisis en materia salud: se estima que durante 2024 será inevitable ocultar la creciente aparición de enfermedades que afectan fundamentalmente a los niños y que se consideraban erradicadas al inicio de esta administración.

Una crisis terrible, que nadie quiere ver, parece aproximarse y se desconoce si habrá algún medio real de contención o si éste será un tema que reciba una atención de orden político electoral.

Por lo pronto, varias fuentes del Palacio apuntan que entre los vetos que López Obrador aplicó a las listas de candidatos de Morena estuvo el de la propuesta de hacer legislador a Hugo López-Gatell, quien seguramente se está preguntando si este hecho responde solo a una decisión de distanciarse de él, o si ya se trata de perfilar responsabilidades. Veremos.

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