Baby Reindeer es la cumbre del morbo
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

<i>Baby Reindeer</i> es la cumbre del morbo
Escena de Baby Reindeer. Foto: Netflix

Hay que empezar por admitir que Baby Reindeer es una buena serie. Lo es hasta que deja de serlo. Es una historia inteligente, pero engañosa. Hace mucho que no veía una serie que se desarrollara tan bien, sólo para mandar todo al carajo al final, y no solamente en el último episodio sino que necesitó dos capítulos enteros para destrozar lo que ya había logrado.

¿Pero por qué se convirtió en otro fenómeno viral de Netflix? ¿Es la popularidad así de impredecible? Por el contrario, Baby Reindeer tiene todos los ingredientes que el algoritmo necesita para predecir un éxito seguro: violencia, morbo, polémica e incorrección política. Debimos sospecharlo desde el principio. Pero es su carácter de confidencia y tono confesional lo que la ha vuelto irresistible, y todo bajo el disfraz de una comedia.

La serie, escrita y protagonizada por el comediante escocés Richard Gadd, basada en experiencias personales que primero volcó en un espectáculo de comedia y después aquí, ha logrado tener resonancia con una generación que, al igual que él, tiende a victimizarse.

De hecho, es el tipo de comedia que podríamos esperar de un standupero, donde la misoginia, homofobia, transfobia, gordofobia y demás fobias de la sociedad contemporánea son utilizadas para hacer reír, so pretexto del arte y la libertad de expresión.

En su gira de medios, Gadd ha tenido espacio de sobra para explicar el origen de estos personajes y abundar en las razones que lo llevaron a compartir los detalles más íntimos de una anécdota tan escabrosa, pero al igual que en la serie, hay algo que no se siente sincero cuando asume la responsabilidad de lo que le ocurrió en la vida real. De hecho, la acosadora en la que está basada la serie está considerando demandarlo.

Es muy fácil clamar mea culpa y después hacerse la víctima. Es una práctica en la que todos podemos incurrir, y quizá por eso el público se ha identificado con él, situación que la serie ha explotado al máximo. Por ejemplo, cuando el personaje de Gadd ya sabe que está siendo abusado sexualmente pero regresa con la misma persona, dice “es mi culpa”, pero ya responsabilizó a un malvado homosexual, drogadicto, pervertido y violador.

No se trata de poner en tela de juicio sus afirmaciones, tan reales como estas sean, pero es claro que no generaría la misma empatía si en lugar de contar esto, explicara que fue por su propia necesidad de fama y fortuna que accedió a una transacción donde él obtuvo un trabajo a cambio de sexo, y sin tener que crear un villano homosexual. El resultado es que los fans más tóxicos de esta serie se han dedicado a atacar en redes a las personas que sospechan que podrían ser estos personajes en la vida real.

“Es mi culpa”, dice el personaje de Gadd una y otra vez, pero podríamos rebatir sus argumentos: cuando su novia negra lo “abandona”, cuando en pantalla se ejerce violencia contra su pareja trans, o la manera tan cruel en la que presenta desde el inicio a Martha, su acosadora. Aquí hay una amplia variedad de temas, desde la diversidad sexual y las relaciones interraciales, hasta la salud mental, pero parece que a Gadd solamente le interesa decir “mírenme, soy un pobre hombre cisgénero”.

A pesar de esto, un producto como Baby Reindeer tiene cierta relevancia en el panorama actual, sin ser tan original. Apenas el año pasado vimos historias igual de escabrosas, como Swarm y Beef, donde sociópatas dan rienda suelta a sus obsesiones, como Martha lo hace en Baby Reindeer, pues no es tan diferente a la protagonista de Swarm ya que todos estos personajes llegan a un punto crítico donde rompen con las normas de convivencia.

Baby Reindeer y Beef hablan de violencias cotidianas, mientras que Swarm está más cerca de Dahmer pues los protagonistas ya son asesinos. Pero lo que todas estas series tienen en común es que exploran la psique humana para tratar de entender por qué somos tan propensos a la violencia… ¿o será que intentan justificarla?

Parte de la relevancia de Baby Reindeer es que pone sobre la mesa temas de identidad sexual y la relación que tiene con la salud mental, aunque lo haga con torpeza. En contraste, una película como Femme (2023) es mucho más inteligente y más sensible para explorar estas mismas temáticas, llegando a un clímax tan trágico y desgarrador que echa por tierra cualquier esfuerzo de Richard Gadd, hasta en la mejor escena de Baby Reindeer.

El nuevo éxito viral de Netflix es el culmen del morbo porque con él siguen perfeccionando la fórmula que ya se convirtió en el sello de la casa: un producto que se siente actual y que logra conectar con los nuevos públicos porque parece honesto y comprometido, pero que en realidad es burdo y hasta oportunista.

A Richard Gadd le bastó un acto de contrición para permitirse crear un producto explotador de miserias que se confunde con una serie de calidad, pero que está muy lejos de algo como I May Destroy You. ¿Qué dice de nosotros que la volvamos tan popular? Otra vez, que nuestras preferencias nos muestran como un público que se quiere inteligente y capaz de discernir, pero que sigue cayendo en las trampas del algoritmo porque nos conoce mejor que nosotros mismos.

Acepto que yo, como cualquiera, también estaré muy feliz si Baby Reindeer llega a la temporada de premios, como Beef lo logró en su momento, aunque sólo sea para reconocer el trabajo de Jessica Gunning en el estremecedor papel de Martha.

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BREVES

Al parecer, el público ya empieza a extrañar el tipo de series que antes se veían en las grandes cadenas de televisión estadounidenses. Tal vez para satisfacer a ese nicho llegan series como A Man in Full, del célebre productor David E. Kelley, desde el 2 de mayo en Netflix, y también la tercera temporada de Hacks, en la plataforma de Max.

A partir del 8 de mayo, Apple TV Plus emitirá la serie de ciencia ficción y suspenso Dark

Matter, con Joel Edgerton, Jennifer Connelly y Alice Braga.

El domingo 5 de mayo habrá una función especial del documental Kenya en el Cine Tonalá, y tendrá una sesión de preguntas y respuestas con la directora Gisela Delgadillo.

*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.

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