La historia comienza en un pueblo del norte de Inglaterra, apenas son las seis de la mañana y el detective Luke Bascombe (Ashley Walters) y su compañera Misha Frank (Faye Marsay) tienen una conversación casual dentro de un auto, casi de inmediato el tono cambia cuando ayudados por un equipo SWAT, rápidamente y con toda la violencia de la que pueden hacer uso, irrumpen en la casa de la familia Miller, quienes apenas comienzan el día.
Al verlos entrar Eddie (Stephen Graham), el padre, asustado se queda parado en las escaleras con las manos en alto, los policías le preguntan por su hijo Jamie (Owen Cooper), de 13 años. La madre Manda (Christine Tremarco), comienza a gritar con desesperación vestida solamente con una bata. Lisa (Amelie Pease), la hija adolescente sale del baño del segundo piso solo para que los oficiales le pidan tirarse al suelo. Con todo el caos el equipo de Bascome entra en una recamara donde Jamie duerme, lo despiertan para informarle que está siendo arrestado por sospecha de asesinato. Todo esto en unos minutos, y apenas es el inicio de Adolescencia.
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La miniserie inglesa producida por Netflix, Adolescencia, es sin duda el suceso del momento, y aunque es pronto para decirlo se perfila como lo mejor del año, tanto, que algunos miembros de la crítica especializada están diciendo que es de lo mejor de la historia. Protagonizada, producida y coescrita por Stephen Graham, quien dice que fue inspirado cuando conoció dos noticias separadas de niños que apuñalaban a niñas hasta la muerte, nos cuenta la historia de una familia de la clase trabajadora que se enfrenta al arresto de su hijo Jamie de 13 años, acusado del asesinato de una compañera de la escuela y como este suceso cambia su vida para siempre.
La serie toca un tema difícil de abordar sin intentar resolver el problema que plantea, sino más bien tratar de explicar las razones que lleva a un joven a cometer un acto tan brutal y espeluznante. Además de abrir un debate acerca de la misoginia y la masculinidad tóxica provocada por influencers de la llamada “manosfera” como Andrew Tate, personaje del internet que difunde ideas misóginas y a quién se menciona una vez en la serie. Sin dejar de mencionar el poco control que se tiene sobre los jóvenes cuando están ensimismados en sus teléfonos.
A nivel técnico, la serie propone una narrativa arriesgada al contar cada uno de los cuatro capítulos en un plano secuencia, es decir sin cortes, dándole continuidad total a cada escena. El resultado es impecable, haciendo que la cámara funcione como un testigo silente, logrando que el espectador forme parte integral de la historia.
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El trabajo del reparto es una delicia, Graham es el mejor actor ingles del momento, sin decir nada logra transmitir más que muchos actores hablando. Pero el que realmente se roba la pantalla es Owen Cooper como Jamie, el adolescente se mueve con una facilidad entre la vulnerabilidad, el miedo y la ira, que de verdad hace dudar que este sea su primer trabajo.
Adolescencia es una gran miniserie que está disponible en Netflix.