Cine y activismo en el Festival de Cine de Morelia

Jueves 16 de octubre de 2025

Carlos Celis
Carlos Celis

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Cine y activismo en el Festival de Cine de Morelia

Por tratarse de un evento internacional, también es un foro de expresión que ha logrado captar la atención del mundo.

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Película: La voz de Hind Rajab

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Foto: Mime Films and Tanit Films.

El Festival Internacional de Cine de Morelia alcanzó oficialmente la edad adulta con un bautismo de fuego que llegó tardía e inesperadamente. Lo digo porque, como ya se pudo ver en las noticias recientes, las manifestaciones contra la guerra en Gaza que sucedieron durante las actividades de la vigésimo tercera edición, sacudieron los cimientos de esta importante plataforma cultural.

Los disturbios en la ciudad de Morelia, con marchas que llegaron incluso hasta las instalaciones de Cinépolis con un contingente que forzó su entrada al complejo y movilizó a las fuerzas del orden, pusieron a prueba los protocolos de seguridad de este festival que, admirablemente, se mantuvieron sólidos.

Como suele suceder, las opiniones están divididas entre lo que a la sociedad local le parece o no correcto sobre el ejercicio de la libertad de expresión en este tipo de eventos y manifestaciones políticas, en una ciudad que normalmente es mucho más tranquila pero que cambia de ritmo cada vez que se lleva a cabo este festival, que por tratarse de un evento internacional atrae visitantes de todo el mundo y se convierte en un foro de expresión que capta la atención de la comunidad cinematográfica global.

En esta ocasión, Morelia fue el sitio ideal para que los activistas expresaran su oposición al genocidio, utilizando la plataforma del festival para amplificar su mensaje que, más allá de la incomodidad que pudiera causarle a los habitantes de esta ciudad que vieron su paz interrumpida por las actividades del festival, visitantes y ahora los disturbios que acompañan a este tipo de manifestaciones con actos violentos en las calles y pintas en los muros y negocios, pone de manifiesto que el festival de Morelia ha alcanzado su consagración como un foro internacional en pro de la libertad de expresión, pero también la ciudad de Morelia se adapta al cambio con madurez y crece junto al resto del mundo.

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Habria que subrayar que la programación de películas de este año incluyó varias enfocadas específicamente al tema de la guerra entre Israel y Palestina, donde destacó La voz de Hind Rajab (2025), un título sumamente relevante en el circuito de festivales de este año y que tuvo su estreno en nuestro país durante esta edición del FICM, conmoviendo profundamente a los espectadores con una historia basada en hechos reales.

Como público, pudimos apreciar esta y otras historias apenas días antes del anuncio del cese al fuego del que estamos siendo testigos y, quizá, en un tono esperanzador y sin ser demasiado ingenuos, podríamos pensar que todas estas protestas y estas denuncias convertidas en cine han cumplido con su cometido.

Estamos seguros de que la libertad de expresión importa y que tenemos que defenderla en todos los foros, aunque pudiera resultar inconveniente para los propios organizadores de un evento como este, pues no solamente sirve como presión política pero, al igual que el arte, es una forma de desahogo para todas las personas que luchan por la paz y que buscan acabar con las injusticias en el mundo.

A los asistentes de esta edición del Festival Internacional de Cine de Morelia nos tocó vivir todo esto en tiempo real, primero con películas que le dieron voz a mensajes tan relevantes como estos, luego con las protestas y, finalmente, con el anuncio del cese al fuego. El boleto no incluye la paz mundial, pero algo es algo.

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