La vida de Chuck, melancolica y conmovedora película con toques surrealistas

Miércoles 15 de octubre de 2025

Simón Sánchez
Simón Sánchez

Guionista con más de 20 años de experiencia, amante del buen cine y de las grandes series de televisión.

La vida de Chuck, melancolica y conmovedora película con toques surrealistas

Basada en un cuento de Stephen King.

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La Vida de Chuck, película escrita y dirigida por Mike Flanagan.

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Foto: sensacine.com

Contada en tres partes, la historia empieza por el final. En un mundo apocalíptico, con el profesor Marty Anderson (Chiwetel Ejiofor) como vehículo, nos enteramos de que el mundo está llegando a su fin, desastres naturales están terminando con la tierra, gran parte de California ha desaparecido en el mar, el internet ha desaparecido y algunas estrellas han desaparecido del firmamento. Inexplicablemente, por todos lados aparecen anuncios que celebran los 39 años de un hombre desconocido, Charles Krantz (Tom Hiddleston).

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En la segunda parte vemos como ese desconocido, Chuck Krantz, un día caminando por la calle e inspirado por la música de una baterista callejera, comienza a bailar espontáneamente, acompañado de una mujer curiosa lo observa, ambos terminan bailando como si de un musical se tratara.

En la tercera parte conocemos la infancia de Chuck. Tras la muerte de sus padres en un accidente, es criado por sus abuelos, donde el niño vive intrigado, por la prohibición de entrar a una habitación de la casa que siempre permanece cerrada, y así, mientras encuentra refugio en el baile, conocemos los hilos que unen las tres historias.

A grandes rasgos, está es la premisa de La Vida de Chuck, película escrita y dirigida por Mike Flanagan, a partir de un cuento de Stephen King, incluido en su libro If It Bleeds (2020). La cinta, con una estructura un tanto exigente, y difícil de entender en un principio, es conmovedora y cargada de melancolía, además de tener elementos de fantasía y ciencia ficción, nos presenta momentos metafóricos que acompañan el momento emocional de Chuck, nuestro protagonista. La historia esta un tanto alejada de los relatos de terror, clásicos del estilo de Stephen King, y nos entrega un drama humanista, que, sin ser perfecta, consigue hacernos reflexionar, logrando conectar de forma profunda, convirtiéndose en una de las mejores adaptaciones de King de los últimos años.

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Mike Flanagan se ayuda sobremanera de la fotografía, a cargo de Eben Bolter, para crear atmosferas visualmente bellas, cargados de melancolía. La música también se destaca al conseguir momentos que logran conmover al espectador. El reparto en general, hace un trabajo sobresaliente, entre los que destacan Chiwetel Ejiofor, como el profesor de la primera parte, y Jacob Tremblay, como el Chuck preadolescente que protagonista la tercera parte. Pero el que resulta perfecto, como el Chuck adulto, es Tom Hiddleston, quién llega a ser carismático sin proponérselo, cosa que recuerda a su Loki, del universo de los Vengadores de Marvel.

La Vida de Chuck resulta ser la elección adecuada para los que disfrutan de dramas íntimos y humanistas, que les gusta la reflexión sobre lo cotidiano, ideal si disfrutas la literatura de Stephen King, más allá del terror, y lo tuyo es más que cintas de acción o cine más comercial. Y ahí es donde se encuentra el lado más débil de la película, que no es para todo el público.
La Vida de Chuck, se puede ver en la Cineteca Nacional, aunque seguramente la podremos ver en plataformas en poco tiempo.

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