¿A quién no le gusta una buena villana? Hay algo en ese tipo de personajes que es simplemente irresistible. Incluso para las actrices, el papel de una villana siempre está en su lista de cosas por hacer. A diferencia de los villanos, hay algo de encanto y extraña empatía hacia las mujeres que desean el control total del mundo.
Ese tipo de carisma es tan exuberante, que por lo regular son actuaciones que suceden en el terreno de lo camp. Al menos las villanas más memorables del cine son villanas que nos caen bien y que nos hacen reír con sus excesos, lo cual plantea otra serie de preguntas: ¿es que a las mujeres no se les puede tomar en serio?, ¿por qué una villana siempre tiene que morir?
Esto es particularmente notorio en las películas de ciencia ficción, un género que nos ha regalado algunas de las villanas más carismáticas y más difíciles de olvidar, pero que solamente aparecieron una vez y jamás las volvimos a ver. Piensen en Kristanna Loken, la Terminatrix de Terminator 3: Rise of the Machines, un personaje tan perfectamente diseñado que está a la altura del Terminator original de Arnold Schwarzenegger, y tan bien interpretado por Loken que es básicamente la única razón para ver esa película.
Esto no es casual, y además de darle crédito a los guionistas y a la actriz, también hay que reconocer el trabajo de los directores de casting, que siempre terminan encontrando a la persona que habitará la piel de estos personajes como si fueran ellas mismas.
Sin embargo, no solamente dejamos de ver a la Terminatrix en las posteriores secuelas sino que también dejamos de ver a Kristanna Loken, quien continúa actuando pero jamás recibió otra oportunidad como esta. La interpretación de Loken es tan brillante, que ha inspirado a otras actrices (y directores de casting) para papeles similares, desde Shirley Manson en Terminator: The Sarah Connor Chronicles, hasta Ivanna Sakhno en M3GAN 2.0.
Te puede interesar: En modo supervivencia
El papel de la villana de ciencia ficción es tan poderoso que, a pesar de que una actriz como la ucraniana Ivanna Sakhno ya tiene cerca de 20 años realizando películas, le bastó aparecer como el robot Amelia en la nueva película de M3GAN para atrapar nuestra atención de inmediato. Ahora, esperemos que Hollywood no sea ingrato con ella y le siga dando buenos papeles.
Y es que el destino de las actrices que han interpretado estos papeles parece íntimamente ligado al destino de sus personajes: la extinción (o por lo menos, la invisibilización). Piensen en la holandesa Sylvia Hoeks, que hizo un papelón monumental como la villana de Blade Runner 2049. Estas son actrices que demostraron tener la capacidad para cargar con una súper producción sobre sus hombros y que merecían, al menos, recibir ofertas para personajes dramáticos en películas de prestigio.
Hay una cierta fascinación por la “rubia gélida” en este tipo de papeles, es casi como si los directores tuvieran un fetiche y quisieran trasladar a la femme fatale del film noir, o a la “rubia Hitchcock”, hacia el terreno de la ciencia ficción. Por ahí tenemos otros ejemplos con las hermosas Natasha Henstridge en la franquicia de Species y Rebecca Romijn en la franquicia de X Men (papeles que levantaron y al mismo tiempo hundieron sus carreras), o la villana interpretada por la luchadora profesional, Ronda Rousey, en Fast and Furious 7 y, dentro de la misma franquicia, a Charlize Theron en F9 y Fast X.
Antes de que me hagan una corrección, sé que estos últimos ejemplos empujan los límites de lo que entendemos como ciencia ficción, ¿pero qué es la franquicia de The Fast and the Furious? Una historia que involucra tecnología automovilística, donde presenciamos situaciones imposibles y que incluso ha tenido escenas en el espacio.
Yo no descartaría esas películas como un híbrido de ciencia ficción, como tampoco descarto las historias de futuros distópicos al estilo de The Handmaid’s Tale, que durante seis temporadas nos regaló a una de las “rubias gélidas” y villanas más memorables de los últimos tiempos: Serena Joy Waterford, impecablemente interpretada por Yvonne Strahovski, la actriz australiana de ascendencia polaca.
Lo cual nos lleva a otro giro importante dentro de la narrativa de las villanas en el cine de ciencia ficción y en el cine en general. Parece que la única manera de que estas villanas sobrevivan es volviéndose “buenas”. Piensen en La Femme Nikita de Peta Wilson en la serie de 1997, que deja de ser sicaria para convertirse en heroína. O también la excelente villana de Pom Klementieff en la saga de Misión Imposible. Hay algo en el código moral de nuestra sociedad que ha permitido que, en los últimos años, se redima a estos personajes solamente si se pasan del lado de los héroes.
Es por ello que el robot M3GAN se ha vuelto aliada en la secuela que está actualmente en cines, de la misma forma en que el Terminator de Arnold Schwarzenegger se volvió salvador de Sarah Connor en Terminator 2: Judgement Day. De manera similar, Cipher, el malévolo personaje de Charlize Theron en la franquicia de The Fast and the Furious, regresó como una aliada para la décima secuela. Aparentemente, esta es la única forma en que una villana carismática puede prosperar en el cine.
Antes, villanas como la Generala Kala de Flash Gordon, interpretada por Mariangela Melato, o la extraterrestre Ursa de Superman II, de la actriz Sarah Douglas, o ese mismo papel, renombrado como Faora-Ul para Man of Steel de 2013, ahora interpretado por la actriz alemana Antje Traue, eran mujeres cuyo único final era ser eliminadas, tras habernos dado horas de máxima diversión, sin la posibilidad de volver para alguna secuela.
Este tema da para un análisis mucho más profundo que quizá debería convertirse en un libro, pero que por el momento trataré de cerrar lo más sencillamente posible, pero no sin antes reconocer que hay otro tipo de excepciones en este ecosistema de la ciencia ficción. Una de los más notables es más bien reciente, y tiene que ver con la disponibilidad de actrices de prestigio para interpretar estos papeles, algo que cuando menos abre la posibilidad de que se mantengan por más tiempo dentro de una franquicia cinematográfica.
Así es como encontramos los nombres de Cate Blanchett y Tilda Swinton en películas como Thor: Ragnarok y Constantine, aunque su regreso está por verse. Las villanas en películas de superhéroes quizá sean un tema aparte, pero no les garantiza un futuro dentro de la franquicia. Piensen en Michelle Pfeiffer como Gatúbela en Batman Returns, Sharon Stone en la otra Gatúbela, o Parker Posey en Superman Returns y Blade: Trinity.
Te puede interesar: Cada vez es más difícil ser woke
BREVES
Ya que hablamos de las muchas versiones que han existido de Superman, este fin de semana llega a cartelera la más reciente, donde el actor David Corenswet ahora tiene la misión de encarnar al emblemático personaje. También en cines, Bird: Emprender el vuelo, una muy buena película que en 2024 pasó por debajo del radar para la mayoría.
Y también para rescatar a otros talentos relacionados con el tema de hoy, Prime Video estreno la serie Ballard desde el 9 de julio, una historia donde la actriz Maggie Q interpreta a una detective. Hay que recordar que Maggie es una experta en películas de acción y que tiene papeles memorables dentro del género, en historias como Nikita, la versión de 2010, y también en Misión: Imposible III.
*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.