El Káiser vuelve a Cataluña
Alioli

Es periodista y analista de datos. Ha colaborado en medios como Reforma, Chilango y Tec Review. Fue coautor del libro Ayotzinapa, la travesía de las tortugas, publicado por la editorial Proceso. También es hincha incondicional de los Leones Negros. Twitter: @ridderstrom

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Foto: AFP

Rafa Márquez será el próximo entrenador del Barcelona Atlètic para la temporada 2022-23. Con esa designación, Joan Laporta sigue en la ruta que trazó durante su campaña presidencial: hacer que las leyendas del club ocupen puestos importantes en el organigrama. El de entrenador del Barcelona Atlètic (antes Barcelona B) es el segundo puesto más importante a nivel deportivo, solo superado por el de entrenador del primer equipo.

El filial culé es una prueba de fuego. En él puede despegar la carrera de un entrenador de clase mundial, o hacerla desbarrancar si el encargado no tiene suficiente personalidad para manejar el talento joven. Los casos de éxito más ilustres son los de Pep Guardiola y Luis Enrique, quienes después, en sus respectivos periodos, lograron ganar la Champions League con el primer equipo. Otros, como Xavi García Pimienta o Sergi Barjuan, decidieron tomar un perfil más bajo después de su andadura por Barcelona.

Márquez será el segundo entrenador nacido fuera de España que se hará cargo del filial azulgrana, algo que denota el nivel de confianza que el presidente Laporta ha depositado en él. Su personalidad como jugador y el haber tenido como mentores a dos obsesivos del juego de posesión como Ricardo La Volpe y Guardiola, dan una pauta de cuál será su perfil en el banquillo.

El Káiser encandiló a toda la élite Europea en verano de 2003, cuando jugaba para el Mónaco. Ese mismo verano, Joan Laporta inició su primer mandato en la presidencia del FC Barcelona y prometió que ficharía a David Beckham; pero el plan se torció y la reestructuración del equipo se haría con Ronaldinho y Rafa Márquez como puntales. Así, el Barcelona se adelantó al AC Milan en el fichaje del mexicano. El entonces director deportivo de la escuadra italiana, Cesare Maldini, destacó su privilegiada lectura del juego (un gran halago, viniendo de un legendario defensa italiano).

En Barcelona formó con Carles Puyol una de las mejores duplas de centrales en la historia del club, fue uno de los veteranos que sobrevivieron a la limpieza profunda que Guardiola le hizo al equipo y se volvió fundamental en la obtención del sextete en la temporada 2008-09. Aunque, el Káiser pudo haber alargado aún más su mito. A principios de la temporada 2010-11 (que culminaría con la obtención de la Champions), Pep le pidió a Márquez que se quedara, porque aún tendría cupo; pero él se sintió relegado por Piqué y se marchó al New York Red Bulls. Tiempo después, Márquez declaró que su paso por la MLS se sintió como un retroceso y le habría gustado más el reto de competir por ser titular en un equipo de antología como lo fue el Barça de Pep.

El futbol es injusto en su distribución de la gloria. Mientras a los delanteros se les componen odas, a los defensas y los porteros se les recuerda por siempre sus peores pifias. Esa inequidad pesa demasiado al momento de buscar al mejor jugador en la historia de cada país. En México, los dos principales contendientes son el propio Rafa Márquez y Hugo Sánchez. Porque sí: Hugo Sánchez tiene cinco trofeos Pichichi y bastantes más distinciones individuales; pero Rafa Márquez tiene dos Champions League y la confianza de un equipo de élite para seguir haciendo historia desde el banquillo.

Preparación y personalidad no le harán falta.

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