Como en toda crisis, no faltan quienes sacan la vena emprendedora para aprovechar hasta los despropósitos de un golpe a la democracia. Desde que Arturo Zaldívar Lelo de Larrea fraguó el plan de la reforma para satisfacer los ánimos de venganza de Andres Manuél López Obrador se empezó a dibujar el esquema de negocio que en la actualidad reditúa ganancias sobre los escombros de la división de poderes. Dicen los que saben de eso, que hay que generar una necesidad para luego satisfacerla con una oferta de servicios.
Y así ocurre con las campañas de aspirantes a juzgadores federales y los funcionarios que habrán de ser designados para ocupar los órganos de administración y disciplina que sustituirán al Consejo de la Judicatura Federal. En toda coyuntura adversa aflora lo mejor y lo peor de las personas, es así que los jueces, magistrados y ministros leales a los principios de la institución en la que se formaron decidieron concluir sus carreras manteniendo su dignidad a salvo, otros prefirieron buscar un lugar en el circo aunque no saben entretener, ni llamar la atención para lograr votos que sólo simularán una decisión ya tomada desde la cúpula que controla el proceso desde el régimen.
Hay otro sector de académicos, postulantes y algunos oportunistas que tratan de ganar en la tómbola lo que se aparezca. La arena digital con sus redes sociales son el terreno en que se exhiben ridículos, apariencias, falsedades y desfachatez. “Vota por mi porque soy la transformación”, “apoyame en la boleta, soy pueblo como tú y te garantizo suspensiones de amparo que se ajustarán a tus necesidades”, “vengo de abajo”, “el Poder Judicial puede ser autónomo y seguir los principios de Morena”. Un concurso de dislates que insulta la inteligencia de los ciudadanos conscientes del atropello.
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Académicos respetables y bien preparados como el Dr. Edgar Corzo aceptaron competir es una de las pistas de este circo y abrir cuenta en Tik Tok para demostrarnos, entre otras cosas, sus habilidades en la mesa de futbolito, aspecto intrascendente para buscar aprobación tratándose de un candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia. Otro caso de personaje serio y con trayectoria sólida como jurista que decidió emprender la aventura histriónica en busca de la toga es Ricardo Sodi, ex presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México. Corzo y Sodi tienen conocimientos jurídicos, solvencia moral y probada trayectoria para ser jueces constitucionales. Sin embargo juegan en una cancha inédita, sucia, inequitativa y de bajísimo perfil. Es curioso, pero los más preparados pareciera que son los que menos posibilidades tienen, a menos que logren algún acuerdo que les permita negociar su asiento en la Corte que vendrá en septiembre, lo que también sería un sinsentido.
Las campañas de los aspirantes, entre los que participan muchos traidores a la carrera judicial como Jorge Antonio Cruz Ramos, ficha quemada que se sube también al tren de las redes sociales con la necesidad de llamar la atención desde el cinismo y la desvergüenza. Un impresentable que desde su tribunal propició el desechamiento y punto final al expediente judicial sobre el asunto del plagio que involucró a Yasmín Esquivel en el ámbito federal. Como consejero de la judicatura Cruz Ramos hizo genuflexiones ante Zaldívar, habiendo sido un escudero acomodaticio de Luis María Aguilar Morales. En resumen un trepador químicamente puro como otros que guardan características similares y pretenden alcanzar hueso para servir al régimen que los avaló en las listas.
Traidores, ingenuos y oportunistas tienen una necesidad común durante la campaña en marcha. Requieren de oferentes que les diseñen su narrativa de chiste y ocurrencia, necesitan producción de videos, diseños de imagen, paquetes de regalos en sus actos de proselitismo, consejos y entrenamiento de medios para justificar sus declaraciones y solventar posiciones indefendibles. El mismo grupo que impulsó la reforma ahora genera negocio y vende espejos a los incautos.
En este mercado hay empresas en las que participan ex funcionarios del Poder Judicial de la Federación y aunque sus desempeños fueron mediocres, ahora se auto presentan como genios de la estrategia para vender asesoría a quienes participan en el proceso. Se lucra con el despropósito que significa la destrucción de la objetividad, independencia y autonomía de la impartición de justicia.
Hay varios tiradores compitiendo en ese mercado, pero me referiré a una empresa en particular que fue bien estudiada por la revista Proceso hace unos días. Se trata del “Centro de Capacitación para el Nuevo Poder Judicial” (NPJ) que vende talleres especializados a los aspirantes que participarán en la elección en que aparentemente se disputarán 881 puestos; entre jueces de distrito, magistrados de circuito, ministros, magistrados electorales, funcionarios de disciplina y administración. En la empresa instalada en Polanco se ofrece adiestramiento intensivo para la “ejecución de campañas exitosas” a través de un curso en línea de 6 horas por tan sólo 5 mil pesos más IVA.
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También se ofertan diversos talleres especializados en marketing político y posicionamiento, regulación de las campañas, estrategia en medios digitales, entrenamiento para enfrentar entrevistas y algo que llaman oratoria persuasiva para debates, así como construcción del mensaje en campaña. Todo un abanico para captar a los clientes potenciales que ya están en la boleta.
En la página del centro de capacitación aparece como uno de sus académicos César Castillejos Rangel, quien fuera Director de Comunicación Social en la Suprema Corte durante la presidencia de Zaldívar, quien fue llevado a ese puesto en virtud de la cercanía con Alejandra Spitalier que en esa época se desempeñó como Secretaria General de la Presidencia en el Máximo Tribunal. Castillejos también fue funcionario de la Presidencia de la República y Secretario de Comunicación del CEN del PRI en el sexenio de Enrique Peña Nieto, actualmente ocupa un cargo directivo en ADN40 de TV Azteca propiedad de Ricardo Benjamín Salinas Pliego. El ex funcionario de Arturo Zaldívar vende consejos para solventar entrevistas ante los medios y ahora defiende el proyecto del “nuevo Poder Judicial”, siendo empleado de un empresario confrontado con la 4T y acérrimo detractor de Lenia Batres que podría presidir la Corte que vendrá. Irónico, pero cierto y comprobable.
La encargada de la comunicación del negocio es Aurora Vega, ex directora de información de Castillejos en su paso por la Corte. El mapeo de vínculos como estos nos da contexto claro de la trama, los intereses y las ganancias en medio de este río revuelto que lastima a México en medio de los aplausos de pescadores sin escrúpulos.
EDICTOS
El aspecto más grave de la reforma judicial no es la elección de juzgadores a través del voto, lo verdaderamente inquietante es preguntarnos ¿quiénes eligieron a los aspirantes que aparecen en las boletas? Un engaño mafioso basado en la simulación de un proceso que antes de la elección ya tiene definidos sus resultados.