Académico de la Universidad Panamericana, experto en comercio exterior y relaciones internacionales, con énfasis en la relación México–Estados Unidos. Ocupó cargos en el gobierno como director general para América del Norte, jefe Negociador Adjunto para el Tratado de Asociación Transpacífico y subsecretario de Comercio Exterior. Twitter @JCBakerMX
El renovado G7
El G7 se reunirá luego de cancelar su último encuentro por la pandemia de Covid-19 y habrá movimientos internos a los que México debe estar atento.
El G7 se reunirá luego de cancelar su último encuentro por la pandemia de Covid-19 y habrá movimientos internos a los que México debe estar atento.
El Grupo de los 7 (G7) es una de esas instancias informales de gobernanza internacional que ha sufrido para mantener una visibilidad en los últimos años. No es difícil imaginar por qué: los recientes eventos que han sacudido al sistema internacional –la elección de Donald Trump, el ascenso de China, la falta de cooperación para atender la emergencia sanitaria del COVID-19, el Brexit, etc. – son, indirectamente, subproductos del orden internacional que estos países han encabezado en las últimas décadas.
Conformado por los países que se consideran los líderes del mundo occidental (Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos), el grupo se formó en 1973, en el contexto de la crisis del embargo petrolero que los países árabes ejecutaron ese año. Desde entonces, el G7 ha expandido su agenda, que originalmente contemplaba temas exclusivamente económicos, para coordinar decisiones en temas más estratégicos y de alcance geopolítico –recordemos que Rusia fue expulsada de este grupo en 2014 debido a la anexión de Crimea–.
Del próximo 11 al 13 de junio, se llevará a cabo en Reino Unido la primera reunión presencial del G7 en dos años. Además de los países mencionados, el primer ministro de la sede del encuentro Boris Johnson extendió invitaciones a la presidenta de la Comisión Europea y al presidente del Consejo Europeo (Úrsula Von der Leyen y Charles Michel, respectivamente), así como a los primeros ministros de Australia, Corea del Sur, India y Sudáfrica para participar en el encuentro.
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En esta ocasión parecería existir una agenda mucho más sustancial, además de que los ministros de varias carteras han logrado avances importantes en sus reuniones preparatorias, incluyendo consensos preliminares respecto a la futura instrumentación de un impuesto mínimo global de 15% (como lo comentamos en una entrega previa), el apoyo renovado al combate al cambio climático, y el compromiso con la reforma al sistema comercial multilateral.
Sin duda, parte del dinamismo que se siente en el G7 es por el cambio de presidente en Estados Unidos. La reunión anterior, que se debía de haber llevado a cabo en nuestro país vecino, fue cancelada –aunque la explicación oficial fue la emergencia sanitaria generada por el COVID-19, creo que varios países se sintieron aliviados de no tener que aparecer junto al entonces presidente Donald Trump. Por ello, el hecho que el presidente Joe Biden eligió este marco para realizar su primer viaje al extranjero es muy indicativo.
Indudablemente este “retorno al liderazgo”, como lo ha calificado el propio Biden, será celebrado por los países del G7, pero no debemos pensar que de manera automática los retos que se enfrentan van a aligerarse. Desde luego, el combate a la pandemia continúa siendo una prioridad, de la mano con la recuperación económica necesaria, más aún cuando consideramos el tamaño de los estímulos que estos países inyectaron a sus economías en el último año y medio. Sin embargo, queda claro que el gran reto al que esos países se enfrentan, desde varias perspectivas –económica, política, de seguridad–, es qué hacer con China.
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El mayor involucramiento de Estados Unidos también esconderá, en mayor o menor medida, las pugnas al interior de Europa. El retiro de Angela Merkel dejará un profundo vacío en el panorama europeo, que Emmanuel Macron pretende ocupar. Igualmente, aunque el Brexit se pudo (finalmente) concretar a principios de 2021, siguen existiendo fricciones entre Bruselas y Londres.
Aún sin participar, México debería de estar pendiente de los resultados de esta reunión. Todos los miembros del G7 son socios estratégicos de nuestro país, además de ser también grandes inversionistas en México; incluso, deberíamos pugnar porque si la idea propuesta por el Atlantic Council de utilizar al G7 como base para crear un nuevo grupo de naciones democráticas (“D10”) llegara a prosperar, nuestro país sea tomado en cuenta como miembro.
@JCBakerMX
El autor es socio fundador de Consultores Internacionales Ansley –despacho especializado en asesorar a empresas y gobiernos en temas comerciales y económicos–, y académico de la Universidad Panamericana. Durante veinte años, trabajó en el gobierno federal, en diferentes encargos al frente de la agenda de negociaciones comerciales internacionales de México.