Frankenstein, ambiciosa y exuberante reinperpretación de la novela clásica de Mary Shelley

Miércoles 29 de octubre de 2025

Simón Sánchez
Simón Sánchez

Guionista con más de 20 años de experiencia, amante del buen cine y de las grandes series de televisión.

Frankenstein, ambiciosa y exuberante reinperpretación de la novela clásica de Mary Shelley

Escrita y dirigida por el mexicano Guillermo Del Toro.

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Frankenstein, película escrita y dirigida por el cineasta mexicano Guillermo Del Toro.

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EFE

El doctor Víctor Frankenstein (Oscar Isaac) tras una infancia a merced de un estricto y frio padre, se convierte en un brillante científico con la obsesión de desafiar las leyes de la vida y la muerte, cuando la comunidad medica de la época rechaza tajantemente su idea de reanimar tejido muerto, un acaudalado comerciante de armas llamado Heinrich Harlander (Christophe Waltz), atraído más allá del interés científico, se ofrece a financiar el experimento de Víctor, crear un ente perfecto usando partes de cadáveres meticulosamente seleccionados. Tras varios fracasos logra darle vida a La Criatura (Jacob Elordi), un ser sensible e inocente, un verdadero logro científico, pero a pesar de esto, Frankenstein lo rechaza, al considerar que el ente carece de inteligencia. La Criatura en sus primeros momentos es como un bebe sorprendido con nuevos descubrimientos, como el agua, Víctor decide encadenarlo para su propia seguridad, el ser, al sentirse traicionado por su creador, se rebela, y comienza un viaje confundido, en un mundo que lo rechaza y sobre todo, le teme, mientras descubre lentamente el peso de la soledad, la violencia y la necesidad de sentirse aceptado y amado.

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Esta es la premisa de Frankenstein, película escrita y dirigida por el cineasta mexicano Guillermo Del Toro, producida por Netflix, que nos presenta una brillante y ambiciosa adaptación del clásico de terror de Mary Shelley. La cinta no se limita solamente al relato de terror, sino que va más allá al explorar temas más profundos al convertir la historia del mítico monstruo en una alegoría sobre la paternidad, la soledad y el deseo de pertenecer, además de una inteligente reflexión acerca de lo que implica ser humano y las consecuencias de querer jugar a ser Dios.

Guillermo Del Toro fiel a su característico estilo, nos muestra sus influencias de terror gótico, presente en varias de sus obras iniciales, como Cronos (1993), El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006), y en Frankenstein no podía ser la excepción, y tras innumerables adaptaciones, el guion, escrito también por Del Toro, más que nunca, que honra la esencia de la novela de Mary Shelley, al no tratarse de terror puro sino más de tragedia, romance y una gran carga filosófica sobre el poder de la creación. Además de referencias a sus trabajos anteriores, la película está llena de símbolos religiosos en un mundo visualmente hermoso, a cargo del director de fotografía Dan Lausten, quien se ayuda principalmente por la ambientación victoriana, el diseño de vestuario y el uso de la paleta de colores.

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En cuanto al reparto, entregan un trabajo intenso, Oscar Isaac hace un Víctor Frankenstein atormentado, cuya arrogancia es consumida por el remordimiento. Jacob Elordi, que hace de La Criatura un ser melancólico, inocente y tan vulnerable, que hace imposible no sentir empatía por él, además de cuestionar si la verdadera monstruosidad viene de la apariencia o de las acciones. Por su parte Christoph Waltz, hace un trabajo más que destacable.

En resumen, Frankenstein cumple con creses lo prometido, Guillermo Del Toro consiguió hacer una de sus mejores películas, que, sin reinventar el género de terror, nos deja ver al mítico monstruo, como un reflejo de la humanidad misma.

Frankenstein está disponible en la Cineteca Nacional, y a partir del 7 de noviembre se podrá ver en Netflix.

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