Justicia en Ciudad Juárez

Lunes 24 de febrero de 2025

Caty Monreal
Caty Monreal

Activista, luchadora social y promotora de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad, comunidades indígenas y personas LGBTQ+. Presidenta de la Asociación Civil Rosa Mexicano. @catymonreal_

Justicia en Ciudad Juárez

Una posible comparecencia de los titulares de Relaciones Exteriores y Gobernación nos permitiría avanzar profundamente en obtener justicia. Debemos recordar que la migración no puede verse como un crimen, sino como un proceso natural de las sociedades. Es por esto que es necesario seguir reclamando justicia.

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Foto: Herika Martínez/AFP

Indigna lo que pasó en Ciudad Juárez. Como zacatecana, he crecido sabiendo que mi estado es binacional. En 2003, el entonces gobernador Ricardo Monreal se dio cuenta del enorme vacío que las y los migrantes mexicanos enfrentaban con muchos derechos a la deriva, sin recibir atención ni de México ni de Estados Unidos.

Es por esto que se crea la figura, que tendría una repercusión nacional e impulsaría el derecho del voto en el extranjero, así como una serie de herramientas que integraban a los y las migrantes mexicanos al panorama nacional. Era abrir la puerta a quienes se iban de nuestro país, sabiendo que quien migra lo hace por necesidad. Era un intento de cerrar una deuda histórica con nuestros migrantes. Zacatecas fue el primer estado en reconocer a su diáspora fuera del país. Esto porque fuimos el estado con la intensidad migratoria más alta.

Estamos y estaremos siempre con los y las migrantes. Estamos con ellos y ellas, cuando nos enteramos de aquellos migrantes que murieron en un tráiler abandonados en una carretera en Texas. Como madre no puedo dejar de abrazar a mi hija e hijo más fuerte cada vez que veo a las patrullas fronterizas estadounidense detener y separar a los niños de sus padres y madres. No me puedo ni imaginar qué decisión tan terrible debe ser migrar aun ante estos riesgos.

Como mexicana crecí con la idea plena y fundada de que el nuestro es un país de migrantes, con casi 12 millones de mexicanos viviendo en el extranjero. La mayoría de ellos y ellas en Estados Unidos, buscando una mejor vida, a pesar de los peligros de migrar sin papeles, enfrentando todo tipo de discriminación en Estados Unidos.

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Es por esto que como país tenemos que hacer un análisis de que está pasando en términos migratorios. El incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez, en el que murieron al menos 39 personas de las 69 recluidas, es una tragedia.

Nuestro país vive todos los aspectos de la migración, al ser un país de origen, paso y también destino. Por un lado recibimos a los y las nómadas digitales –a pesar de las protestas de ciertos sectores por la posible gentrificación que este flujo genera–, mientras con las otra se hace un uso extensivo de la detención migratoria, sobre todo para migrantes de Centro y Sudamérica.

Estamos en peligro de caer en una migración de dos caras, en que el trato migratorio sea reflejo de la nacionalidad de origen. Algo que hemos criticado duramente del gobierno estadounidense.

Lo que pasó en Ciudad Juárez no puede volver a pasar. Para esto es necesario llevar a cabo todos los recursos para encontrar la verdad de qué pasó. Debe de hacerse justicia. Este es un gobierno con un profundo sentido humanista, y que ha abogado plenamente por sus connacionales fuera. Esta defensoría debe extenderse a estas 39 personas, para mantener la coherencia con nuestra política exterior e interior.

Mi corazón está con las familias que han sido afectadas por el incendio y la muerte de sus seres queridos en Ciudad Juárez. Me sumo al llamado de la destitución de Francisco Garduño, titular del Instituto Nacional de Migración, así como reitero que se debe de rendir cuentas, porque creo que esto es un elemento clave de la impartición de justicia.

Creo, además, que una posible comparecencia de los titulares de Relaciones Exteriores y Gobernación nos permitiría avanzar profundamente en obtener justicia. Debemos recordar que la migración no puede verse como un crimen, sino como un proceso natural de las sociedades. Es por esto que es necesario seguir reclamando justicia.