Hace 35 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, por lo que cada 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, pero en pleno 2025 todavía hay personas que no son conscientes de este tema.
Bajo ese panorama, este miércoles se presento el cortometraje “Más que palabras” del director Gerard Mates para prevenir el suicidio en personas no heterosexuales. Y los comentarios en redes sociales, sobre las notas periodísticas de este tema, reflejaron la gran intolerancia y odio que todavía existe hacia esta comunidad:
“Cuesta trabajo a aceptar a personas que nunca se han aceptado a sí mismas, pero exigen un trato especial”, “son personas que no se quieren a sí mismos”, “Será por su falta de identidad o por su distorsión mental, esos problemas son un transtorno psicológico grave (…)” y así muchos comentarios más.
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Durante la presentación del cortometraje se retomaron estadísticas de The Prevor Project (2024), donde apunta que el 53% de las juventudes LGBTQ+ (de 13 a 24 años) consideraron el suicidio, mientras que el 33% sí llegó al intento de quitarse la vida. Esto devela de primera instancia el gran peligro en que se encuentran las personas jóvenes que se identifican como no heterosexuales.
Lo anterior se reafirma si se contrasta con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género del INEGI de 2021, donde dice que el 26.1% de personas LGBTQ+ mayores de 15 años (no se segmenta a jóvenes) han pensando en suicidarse; en contraste, el 7.9% de personas heterosexuales (que les gusta el sexo opuesto) han pesando en quitarse la vida.
La problemática principal para pensar en el suicidio en ambas encuestas fue la familia y su aceptación, pero en el caso del ejercicio estadístico de los jóvenes la cifra se dispara al 77%, mientras que en la referente a personas mayores de 15 años se queda al 57.2%
Hasta el momento no hay cifras oficiales en el INEGI sobre suicidios o crímenes de odio contra personas no heterosexuales, lo más acercado a ello es Encuesta Nacional sobre Discriminación de 2022, donde dice que 37.7% de la población mayor de 18 años de la diversidad sexual y de género declaró haber sido discriminada en los últimos 12 meses.
Sin embargo, el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT tiene un registro de este tipo de agresiones, gracias a material periodístico principalmente. Sus datos dicen que, tan sólo el año pasado, se tuvo conocimiento de 97 asesinatos contra personas no heterosexuales, mientras que en lo que va de 2025 se han registrado 13 casos de la misma índole.
Urge visibilizar la violencia y el peligro en el que están las personas de la comunidad LGBT, y como primer paso sería que las instituciones aceptaran este problema y tuvieran cifras públicas y certeras sobre este tipo de casos. Esto claro, acompañado de una estrategia de prevención y atención a víctimas.
La gran mayoría de los comentarios contra esta comunidad parten del sistema de creencias que nos construyeron desde pequeños. El sistema patriarcal y heteronormado nos enseña el rol que debemos de jugar según nuestros genitales, los gustos que debemos desarrollar, hasta las actividades que nos tienen permitidas. Todo eso nos construye una realidad que definimos “normal”, y todo aquello que se salga de los parámetros, pues no lo es.
¿Qué pasa si yo quiero ser diferente a lo que el sistema me dice? Lo más grave es la muerte, hay gente que asesina por odio contra las personas LGBTQ o incluso por el simple hecho de ser mujer. Este sistema de desprecio y repudio contra todo lo que no es heteronomado mata (de manera literal) a las personas.
Un persona heterosexual nunca va a sentir lo mismo que una persona que no lo es. En una realidad alterna, ¿qué pasaría si un hombre llegara con su familia y les dijera: me gustan las mujeres, y ante ello todos lo rechazaran?¿Se imaginan a un hombre escondiéndose de no besar a su novia en la calle por temor a que los agredan? ¿Y si una mujer no llevara a su esposo a una fiesta familiar por miedo a que la ataquen por el hecho de que le gusten los hombres?
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Imaginen una sociedad al revés, donde haya países que te metan a la cárcel porque te guste el sexo opuesto o personas que te quieran matar por el simple hecho de ser heterosexual. El castigo por estar fuera de la “normalidad” es muy injusto, más cuando lo “normal” no existe, los humanos nos pusimos de acuerdo sobre qué está “correcto” y que no lo está.
Y no se trata de una aceptación colectiva, sino de promover un ejercicio de empatía, de tratar de comprender al otro y de ser consciente que no todos viven la misma realidad. Es difícil pasar por un proceso individual donde el mundo no está hecho para ti, pero lo mínimo elemental sería que la sociedad no intente matarte o te sugiera que eliminar tu vida es el camino más fácil para lidiar con ello.
Si conoces a una persona que esté en situación de riesgo por este tema, recuérdale que no está solo y TrevorText le puede ayudar. Es un servicio gratuito, seguro y confidencial que funcionan las 24 horas del día, los 365 días del año a través de mensaje de WhatsApp al 55 9225 3337.