Ódiame más
De Realidades y Percepciones

Columnista. Empresario. Chilango. Amante de las letras. Colaborador en Punto y Contrapunto. Futbolista, trovador, arquitecto o actor de Broadway en mi siguiente vida.

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Ódiame más Ódiame más
Cuauhtémoc Blanco y AMLO. Foto: especial.

Despertar el odio hacia quienes piensan diferente refuerza los lazos con los tuyos y da fuerza para humillar al derrotado. 

Esto lo sabe cualquier “bully” que adereza su ego con el sufrimiento ajeno. Lo entendió López Obrador a la perfección y es la base de la estrategia de Donald Trump. Está escrito en las primeras páginas del manual del mal ganador y vive en el ADN fundacional de Morena, así como en el comportamiento del actual diputado federal Cuauhtémoc Blanco. Para ellos, ganar no es ganar si no lleva consigo la humillación como medalla.

No es de extrañar entonces que Morena defienda al exfutbolista frente a las acusaciones de presunta corrupción y violación. Comparten la soberbia del mal ganador, el cinismo y la impunidad que el poder les otorga.

Utilizar el resentimiento, la polarización y la rivalidad como estrategia no es algo nuevo. Lo aprovecha el partido en el poder y lo sabe bien Cuauhtémoc Blanco, quien recuerda cómo en 2014, el club de fútbol al que tanto ama lanzó una campaña invitando a sus detractores y fanáticos de otros equipos a seguirlos odiando. El lema era claro: “Ódiame más”, celebrando la antipatía hacia el club, como si el odio fuera una muestra de grandeza. Ya no importaba si la victoria había sido justa o gracias a un penal mal marcado, siempre tenían la misma respuesta: “Ódiame más”.

Dicha campaña, al igual que las reacciones de los militantes y funcionarios de Morena ante cualquier crítica o denuncia, no tiene como fin atraer a todos ni promover la unidad, sino reafirmar el odio y la burla. Ese combustible humano tan potente y nocivo.

Para ellos, ser odiados es lo que fortalece, lo que engrandece. Por eso vemos el descaro con el que Cuauhtémoc se maneja en las conferencias de prensa, y la bajeza de su comportamiento en las transmisiones de Televisa Deportes. En él, el lema “Ódiame más” se convierte en un mantra de impunidad, en una forma de vida, en un escudo que, junto al cinismo, funcionan como mecanismos de defensa para navegar las denuncias sin remordimiento alguno y con actitud desafiante hacia la justicia.

Explotar el odio y la burla es una estrategia exitosa, pero con alto costo social. Bajo la apariencia de buenos resultados y altos índices de popularidad, garantizan la polarización, la siembra del resentimiento y la impunidad. Tres activos redituables para el gobierno actual y sus representantes, quienes, mientras se dan baños de pureza con discursos humanistas en la plaza pública, se sienten cómodos revolcándose en el lodo y el cinismo de sus eternas contradicciones.

Tengamos claro algo: si seguimos con orgullo por el camino del odio, la burla y el cinismo, estaremos construyendo un futuro bajo las órdenes y caprichos de una cúpula todopoderosa de intocables. El riesgo está presente, aunque muchos se rían y celebren el “Ódiame más”.

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