El imperio de Andrés, derrumbado por mujeres valientes
Andrés Roemer fue ubicado en Israel, desde donde se busca extraditarlo. Foto: McOil/Wikicommons.

En un mundo que naufraga entre cobardes, ser valiente es un acto revolucionario. Valentía para vivir y amar en un sitio donde el odio y la guerra son tan fáciles de existir, pero también para levantarse y defender la dignidad humana ante la censura, violencia y abuso de poder.

Desde 2019 y hasta hoy, 62 mujeres valientes rompieron el silencio al que las acostumbraron desde su nacimiento. Otra decena fue más allá y decidió pararse frente a un ministerio público para recrear, narrar y llorar nuevamente sus historias de abuso.

Porque, aunque pareciera sencillo, recordar también es un acto de valentía. 

La orden de captura contra Andrés “N” no se limita a reconocer los trabajos de una dependencia cuya obligación es, por definición, reivindicar la justicia donde ocurre una injusticia. 

Lee también: Giran orden de aprehensión contra Andrés Roemer por violación

Con esa orden judicial, las autoridades capitalinas desmintieron a todas las víctimas que pudieron pensar que Andrés las atacó porque fue su culpa y, en algún momento, se sintieron responsables de permitirse engañar por el exdiplomático, exembajador, exprofesor y exconductor de un show televisivo. 

Con sus denuncias, su voz, las lágrimas y gritos, las mujeres derrumbaron el imperio que Andrés construyó con el abuso de su poder político y mediático, sus amenazas y chantajes, cobijado por el encubrimiento y complicidad de importantes esferas empresariales y gubernamentales, durante décadas. 

Aunque aún falta un largo camino por transitar, llegar tan lejos sólo pudo comprobar una cosa: el silencio fue el pilar con que Andrés construyó su reino del abuso. Romper ese silencio no sólo trajo consigo una orden de aprehensión, sino también la caída de todos los pequeños escaños de poder con que manipuló a sus víctimas. 

Lee también: Andrés Roemer: una casa tapiada, 61 denuncias y sin programa en adn40

Y con la fractura del silencio, el miedo, la indefensión y la vulnerabilidad también cambiaron de bando. ¿Quién será el cobarde ahora?

En 2020, la justicia mexicana recibió poco más de 150,000 denuncias relacionadas con violencia sexual: 49,000 por violaciones, 610 de violencia familiar y se abrieron 946 investigaciones por feminicidio. 

Sin embargo, aunque esas cifras parezcan alarmantes, el año pasado 98.6% de los casos de violencia sexual nunca se denunciaron. 

Por eso, este asunto no se limita a Andrés. La ruptura de su imperio solo representa una pequeña grieta ante el descomunal conglomerado de violencias que padecemos en casi todos los ámbitos de nuestra vida. 

Es el resultado de un grito con que las mujeres manifestamos nuestro hartazgo ante el trastocamiento histórico que los hombres han perpetrado contra nuestros cuerpos, dignidades y vidas. 

Es también la voz de las que no pudieron hablar porque les arrebataron la vida antes de poder llegar a una fiscalía. Y también, ¿por qué no?, la voz de las que están por nacer. Porque una vez que lleguen al mundo deben estar seguras de que los imperios machistas son frágiles y se pueden caer, uno a uno. Por eso vale la pena ser valientes. 

Síguenos en

Google News
Flipboard