Durante la semana, el usuario de Twitter @Piniisima publicó: “El hacking a la Sedena es un hecho consumado; observe aquellos “periodistas” que se dicen sin línea, sin censura, independientes, patrióticos entre otros pokemones, los cuales NO están hablando del tema. El hacking ha resultado muy buen filtro de fuentes de desinformación”.
Del lado del gobierno no solo están quienes no han hablado del hackeo, también los que desde un primer momento han querido minimizar el asunto.
Apenas y habían aparecido las primeras revelaciones, el escritor Fabrizio Mejía escribió que “la oposición ya solo es una filtración semanal”. Sí, es decir que los hackers ¡también son opositores!
La oposición ya sólo es una filtración semanal.
— fabriziomejía (@fabriziomejia) September 30, 2022
En el mismo sentido, el propagandista Pedro Miguel escribió en La Jornada: “Aunque algunos propagandistas de la reacción oligárquica pretendan establecer una semejanza, WikiLeaks y Guacamaya no tienen nada en común”.
Como parte del aparato gubernamental, está una cuenta que intenta desmentir hechos falsos. El martes pasado se atrevió a publicar que es “falso que el gobierno de México espíe a periodistas, activistas y opositores”. ¿Por qué? Porque el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que es falso.
🚨#FakeNewsAlert
— InfodemiaMx (@infodemiaMex) October 4, 2022
❌Falso que el @GobiernoMX espíe a periodistas, activistas y opositores
✔️El presidente @lopezobrador_ desmintió esa información, y aclaró que el Ejército realiza labores de "inteligencia", pero no de "espionaje"
👉https://t.co/Xgz3zBncbC pic.twitter.com/QY4CwHh0yY
En otro carril corren todos los periodistas que han pasado días y noches leyendo correos y comunicaciones internas de la Sedena, para después revisar qué información es de interés público, cruzarla con otras fuentes, verificar lo que se pueda y darlo a conocer.
Lo que en principio era una descalificación porque solo Latinus tenía acceso, ahora es un trabajo por separado o en algunos casos en equipo para publicar lo más relevante de este hackeo sin precedente.
Elija usted de qué lado está: con quienes no hablan de Guacamayaleaks y en automático consideran que es un “ataque” al gobierno o con quienes dedican sus días a procesar información para que usted logre entender mejor cómo funcionan los entretelones de este país.