Prioridades

Jueves 23 de octubre de 2025

Adriana Sarur Torre
Adriana Sarur Torre

Es política y líder de opinión. Se ha desempeñado como diputada Federal en las Legislaturas LXI y LXIII. Cuenta con más de 20 años de experiencia en análisis político mexicano e internacional. Actualmente se desempeña como empresaria, líder de opinión y columnista en diversos medios de prensa y televisión. X: @asarur IG: @adrianasarur

Prioridades

El llamado “shutdown”, o cierre del gobierno federal, es una herramienta -o más bien, un juego político de pesos y contrapesos- del sistema político estadounidense.

shutdown.jpg

El shutdown ya no es una táctica, es el síntoma de un sistema que dejó de gobernar para la gente.

/

Gemini

Cada otoño, parece que Washington se paraliza. El llamado “shutdown”, o cierre del gobierno federal, es una herramienta -o más bien, un juego político de pesos y contrapesos- del sistema político estadounidense. Surge cuando el Congreso no logra aprobar el presupuesto o las leyes de gasto necesarias para financiar las operaciones gubernamentales. En otras palabras, es el interruptor que tiene el legislativo para persuadir al Ejecutivo o sin acuerdo, no hay dinero; sin dinero, el gobierno se apaga.

Te recomendamos: También miremos al Congo

El origen de esta práctica se remonta a 1980, cuando la Oficina de Presupuesto determinó que las agencias federales debían cesar actividades si no contaban con fondos aprobados. Desde entonces, ha ocurrido más de 20 veces, casi siempre por disputas partidistas, siendo el periodo más largo, en 2018-2019 también bajo el mando de Donald Trump, duró 35 días y dejó a más de 800 mil empleados sin salario.

Sabemos que Trump es un “negociador extremo” y a partir del 1 de octubre comenzó un nuevo cierre parcial del gobierno, al terminar el financiamiento para muchas agencias sin que el Congreso aprobara leyes de gasto ni extensiones adecuadas. Pero al magnate no le importa que las y los empleados no cobren, tampoco que su gobierno “se apague”, por lo que ha instruido a las agencias a “prepararse para despidos permanentes” en programas cuyos fondos desaparecerían con el cierre, no solo suspender operaciones temporalmente. Además, aproximadamente 750,000 empleados federales serían puestos en “furlough” sin pago.

Esto te interesa: Demuéstrame que estoy equivocado

También sabemos que a Trump no le importa lo que pase fuera de sí mismo, no le molesta que hoy haya trabajadores federales sin sueldo, cierres de parques nacionales, retrasos en pagos y un daño a la confianza ciudadana. Estados Unidos, que presume ser la mayor democracia del mundo, se ve incapaz de sostener su propio aparato gubernamental sin caer en el bloqueo partidista. El shutdown ya no es una táctica, es el síntoma de un sistema que dejó de gobernar para la gente y comenzó a jugar para ganar elecciones. Y sabemos que esto último sí está en sus prioridades.

También lee: No son cifras, son vidas

PUBLICIDAD