¿Qué significa ser “prietx”?
El elefante en la sala

Emprendedor social, estudió economía en el ITAM y un MBA en la Universidad de Essex. Tiene estudios en Racismo y Xenofobia en la UNAM, El Colegio de México y la Universidad de Guadalajara. En 2018 fundó RacismoMX, organización que tiene como objetivo combatir al racismo mediante investigación, educación e impacto en medios. En 2021 obtuvo el fellowship de la organización Echoing Green, reconocido por ser líder global por la igualdad racial. X: @Racismo_MX

¿Qué significa ser “prietx”? ¿Qué significa ser “prietx”?
Foto: Racismo MX

Recientemente, una parte del movimiento antirracista mexicano hemos adoptado la palabra “prietoprietaprieteprietxpara referirnos a las personas morenas, afrodescendientes o indígenas que hemos sido históricamente discriminadas por nuestro tono de piel, origen étnico, lengua originaria o algún otro marcador racial. Naturalmente se levantan dudas genuinas sobre su uso, tanto dentro del movimiento como fuera, lo que orilla a que se busquen definiciones… ¿qué es ser prietx? ¿qué significa la “prietura”? Esto es lo que he reflexionado al respecto.

En primer lugar, no podemos hablar de “prietura” sin hablar de procesos de racialización. Para no usar tecnicalidades, definiremos racialización como el proceso de asignar a los cuerpos un determinado valor dependiendo de su tono de piel, tipo de pelo, estatura y fenotipo en general. En otras palabras, es cómo percibimos y leemos a los cuerpos y qué lugar social les asignamos. Todos los cuerpos son susceptibles de ser leídos, pero algunos son leídos en ventaja y otros en desventaja. Por la historia mexicana de colonización y castas, así como por la evidencia actual, los cuerpos morenos y las facciones indígenas o afrodescendientes son leídos en desventaja, es decir, son asociados a la fealdad, a la pobreza o a la criminalidad; mientras que los cuerpos blancos y facciones europeas son leídos en ventaja, asociados a la belleza, al éxito y a la felicidad.

En segundo lugar, para definir “prietura” o “prietx” es necesario establecer qué es la “blancura” y la “blanquitud”. Bolivar Echeverría, un filósofo peruano radicado en México que murió en el 2010, trabajó en la definición de ambos términos. Mientras la blancura se refiere exclusivamente al tono de piel claro y a un fenotipo europeo, la blanquitud refiere a una forma de ser que privilegia todo lo asociado con lo blanco, con lo occidental y su relación con la “modernidad”, es decir, las gestualidades, la vestimenta, las ideas políticas y económicas heredadas de la colonización europea. La blanquitud no necesariamente tiene que ver con el tono de piel blanco, sino que se asocia a esa aspiración constante a ser o parecer una persona europea, a ser “moderna”, a “blanquearse”, con todo lo que ello implica, borrando y rechazando lo indígena y lo negro. Es por eso que muchas personas prietas buscan blanquearse, ya sea “casándose con alguien más blanco para mejorar la raza” o mediante la ropa, el dinero o el estilo de vida.

En ese sentido, una primera definición de “prietura” es ese espacio que se contrapone a la “blanquitud”. La prietura es un espacio que no busca como fin “blanquearse” para ganar ventaja en la lectura social, porque reconoce que esa lectura –o racialización– es la base del racismo. La “prietura” es un espacio que se resiste a aceptar que la única forma de ser una persona valiosa, bella o virtuosa sea el ser blanca, es decir, occidental-europea, capitalista y colonialista. Quizás, la única característica paralela a la blanquitud, es que la prietura no tiene que ver con el tono de piel, ya que además de existir personas indígenas o afrodescendientes de tonos de piel claro, también la cultura, el acento o nivel socioeconómico se pueden racializar en desventaja, afectando a muchísimas personas más en México.

Es por eso que la prietura es un espacio donde habitamos las personas que alguna vez hemos sido racializadas en desventaja, a quienes se nos ha negado un derecho, un servicio, o se nos ha discriminado por el tono de nuestra piel, nuestro origen étnico, la lengua que hablamos o el nivel socioeconómico al que pertenecemos -características que en México generalmente van juntas-. A las/es/os prietxs, estas experiencias nos han hecho entender que no es nuestra corporalidad u origen la causa de la discriminación sistémica, sino la organización racial heredada desde la Colonia que, aunque se borró de las leyes desde hace mucho tiempo, sigue muy presente en las prácticas sociales (ver estudios hechos por INEGI, El Colegio de México, el CIDE y Oxfam).

Pero hay que tener cuidado, la “prietura” no debe pretender ser un abanico identitario, porque de serlo, invisibilizaría las experiencias diversas de las personas racializadas y sus particularidades. No es lo mismo la experiencia de un hombre moreno viviendo en la periferia de la Ciudad de México, que la experiencia de una mujer indígena en Oaxaca, o la de una mujer trans afrodescendiente y migrante. Como movimiento antirracista, se deben priorizar las experiencias de aquellas personas a quienes el racismo más ha afectado históricamente, como las poblaciones indígenas y afrodescendientes y sus luchas sociales tales como la defensa del territorio. Al definir “prietx”, tampoco deben existir procesos de fiscalización del color o del origen, de lo contrario, caeríamos en prácticas coloniales e identitarias sobre quién puede ser prietx y quién no.

Finalmente, ¿por qué usar una palabra “prietx”? Es de todas las personas conocido que esta palabra se ha usado típicamente en México para ofender a otra persona, normalmente pobre y de piel morena, refiriéndose a su tono de piel para minimizarle. No hay que olvidar que como personas racializadas hemos escuchado esta palabra infinidad de veces. No es la primera vez que un movimiento social hace esto, un ejemplo es cómo la población LGBTIQ+ se ha apropiado de palabras como “queer” (raro, en inglés) y que ahora es una identidad dentro del abanico de la diversidad sexual, o la palabra “negro/a” en la población afrodescendiente y que ahora se usa, incluso, en los censos de población en varios países.

Justamente lo que pretende el concepto de “prietx”, es invitar a darle la vuelta a la palabra y sentir orgullo de nuestro fenotipo, origen o tono de piel, características que la sociedad siempre ridiculizó, exotizó o minimizó. Es por ello que, después de un proceso de aceptación y entendimiento de cómo funciona el racismo, de los privilegios que éste genera, y de cuáles son las poblaciones que han sido históricamente racializadas y discriminadas en México, las personas prietas reivindicamos el término, con el afán de convertirlo en un estandarte de orgullo y fuerza para combatir el racismo que acecha a nuestro país.

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