Es sociólogo de la FCPyS - UNAM y desde hace más de seis años ha trabajado como estratega de comunicación en agencias de publicidad como Havas Creative, MRM-McCann y Leo Burnett México. Actualmente se desempeña como coordinador de Comunicación y Enlace con Empresas en RacismoMX.
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Racismo viral
No solamente el racismo físico, tangible y tridimensional es racismo. En redes sociales se ha convertido en un virus (en muchas ocasiones involuntario e inconsciente) que forma parte del racismo estructural e ideológico.
No solamente el racismo físico, tangible y tridimensional es racismo. En redes sociales se ha convertido en un virus (en muchas ocasiones involuntario e inconsciente) que forma parte del racismo estructural e ideológico.
Parece ser que estamos en un momento en el que la creación y el consumo de contenido digital lucha en un campo de batalla por convertirse en el contenido que alcance a más personas, el video que tenga más reproducciones, el producto con más clics o la cuenta/perfil que tenga más seguidores. Y el mérito es aún mayor si en muchas ocasiones esto se pueda lograr en un solo esfuerzo, la competencia porque un contenido se logre hacer viral.
Sin embargo, seguro muchas de nosotras y nosotros hemos visto que momentos efímeros o coyunturales del contexto mexicano se han viralizado, ya sean políticos, culturales, contenidos grabados en el momento exacto por un teléfono móvil o generados a propósito por la industria del entretenimiento, etc. convirtiendo a todos estos momentos en temas de tendencia, memes y motivos de conversación y debate en redes sociales.
Todas estas tendencias o tópicos de conversación, más allá de ponerme al día, de lo que sucede en el entorno, me han dejado ver otro suceso igualmente viral o aún más grande que los mismos trending topics: el racismo.
Me he dado cuenta de que cada vez que surge un nuevo tema de conversación en redes sociales, una buena cantidad de conversaciones y comentarios que se expresan reflejan los prejuicios raciales o clasistas que se tienen contra las y/o los protagonistas de dicha tendencia o incluso contra las mismas personas que participan en los debates, solo por el hecho de gustarle o no la temática en cuestión.
¿Es que acaso lo único que tenemos que decir respecto a una mujer que trabaja vendiendo comida de manera informal y ambulante en un espacio público como el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México es la “vergüenza que nos da”, como si su imagen fuera una mala presentación de lo que somos como mexicanas y mexicanos? ¿Entonces cómo debería de ser una persona “digna” de representar México? ¿Acaso significa que no todas las mexicanas y mexicanos lo somos de verdad? ¿O que habemos personas mexicanas que simplemente generamos vergüenza por la imagen que “transmitimos”?
En las redes sociales se pueden leer todo tipo de expresiones discriminatorias relacionadas con las tonalidades de la piel, el estatus socioeconómico, el origen cultural o la apariencia física, todas ellas casi siempre buscando ofender o colocar a la persona que recibe el comentario en una posición de menor “jerarquía”. En muchas ocasiones estás tendencias digitales muestran más que solo los sucesos inherentes que las viralizaron, también dejan ver el virus del racismo y su capacidad de infección en todo el espacio digital.
Tal vez algunas lectoras o lectores puedan pensar: “bueno, pero es libertad de expresión”, “no le hace daño a nadie porque la redes sociales no son reales”, sin embargo, la idea de que existe una línea que se supone divide al mundo digital del mundo físico ha dejado de ser vigente desde hace ya muchos años, muestra de ello es el cyberbulling, que podríamos también llamar “cyberracismo”, el cual puede leerse expresado desde una baja responsabilidad con la propia libertad de expresión hasta convertirse en un discurso de odio que trascienda el espacio virtual.
No solamente el racismo físico, tangible y tridimensional es racismo. En redes sociales se ha convertido en un virus (en muchas ocasiones involuntario e inconsciente) que forma parte del racismo estructural e ideológico.
Solo hace falta deslizar hacia arriba en alguna polémica tendencia de redes sociales para ver muestras individuales, pero la reciente iniciativa del Observatorio de Racismo en México y Centroamérica ha empezado a ver mediante el Racistómetro, un monitoreo tecnológico de grandes datos donde se observa hasta dónde pueden alcanzar estas expresiones y narrativas de discriminación racial.
Consulta y descarga aquí el primer boletín sobre racismo en redes sociales.