Doctora en Comunicación y Pensamiento Estratégico. Dirige su empresa BrainGame Central. Consultoría en comunicación y mercadotecnia digital, especializada en tecnología y telecomunicaciones. Miembro del International Women’s Forum.
Semiconectados
Tristemente la guerra geopolítica tecnológica entre Estados Unidos y China nos está desconectando cada vez más.
Tristemente la guerra geopolítica tecnológica entre Estados Unidos y China nos está desconectando cada vez más.
¿Qué sientes cuando te falla internet? Seguro nada positivo, sino más bien, frustración, enojo, desesperación y deseos de abandono contra tu proveedor de servicios de conectividad.
Hoy un virus y un componente electrónico, ambos de dimensiones nanométricas, tienen en caos a la economía global. La conectividad, al igual que los semiconductores o mejor conocidos como chips, es un tema binario: o nos aíslan y nos meten en crisis, o nos dejan seguir adelante en nuestro desarrollo a la hiperconectividad. Tristemente la guerra geopolítica tecnológica entre Estados Unidos y China nos está desconectando cada vez más.
Mientras que China y otros países asiáticos se han enfocado en empoderarse como países manufactureros de alta tecnología, y en consecuencia mejorar el ingreso de sus trabajadores, se enfrentan a las restricciones comerciales que Estados Unidos les ha impuesto. Por cierto que en la guerra comercial, el país del norte en vez de beneficiarse ha creado un problema económico global de alto riesgo.
La falta de chips, las fuertes disputas comerciales y el freno en las cadenas de suministro de componentes electrónicos, tiene detenida a la innovación tecnológica de industrias como la automotriz, electrónica de consumo, médica, y a muchas otras verticales, quienes tienen que esperar casi un año para contar con suministro de semiconductores. Como consecuencia la caída en ventas, el freno en el desarrollo de productos, y sobre todo desempleo, en épocas de pandemia y confinamiento, constituye una nefasta realidad desde muchos ángulos.
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Para colmo, gobiernos de muchos países del mundo no han demostrado tener la capacidad para seguir los acelerados pasos de la tecnología, y su transformación social. No han sido contundentes en cómo regular la creciente demanda de la minería del bitcoin, lo cual es otro factor que presiona hacia la escasez de semiconductores para llevar a cabo la búsqueda de nuevos bloques en la red de las criptomonedas, mismos que requieren chips de gama alta.
Todo mal.
La pandemia ha acelerado la adopción de dispositivos electrónicos para poder subsistir económicamente desde el aislamiento; las criptomonedas se han desarrollado, y las dos potencias tecnológicas se enfrentan en una guerra geopolítica por la supremacía tecnológica, y están poniendo en jaque la economía mundial. Por si fuera poco, el mal tiempo a inicios de año en Texas, e incendios en una planta japonesa de semiconductores han venido a empeorar el problema.
Aunque Estados Unidos históricamente ha dominado la industria de semiconductores con el 48% de la producción mundial, y que ocho de las 15 empresas tecnológicas productoras de estos componentes estén en su territorio, China ha acelerado su industria y planea en el corto plazo, lograr su independencia para superar a Intel y Qualcomm, quienes por cierto recién anunciaron unirse para frenar que el país asiático logre esta fortuna, y mucho menos de la mano de su país vecino mediante la empresa Taiwan Semiconductor Manufacturing Corporation (TSMC), que hoy ya se coloca como la empresa de fundición de semiconductores más grande del mundo.
Las cosas definitivamente no están fáciles para nadie.
Si tu preocupación era quedarte desconectado de internet, piensa ahora ¿qué va a pasar cuando tus dispositivos electrónicos empiecen a fallar y no tengas manera de repararlos, o bien no pueda haber más avance tecnológico debido a la falta de producción de semiconductores?
Estemos muy atentos.