En 2025, Showgirls, la película del director holandés Paul Verhoeven que fuera un fracaso de taquilla y a la que se consideró como la peor película jamás realizada, está cumpliendo 30 años. Tras su lanzamiento en 1995, fue tan mala la recepción del público y la crítica, que casi acabó con la carrera de este legendario director de cine que antes nos dio clásicos como RoboCop y Bajos instintos.
A la distancia, Showgirls es valiente y visionaria. Muchas películas contemporáneas, desde Anora hasta Emilia Pérez, simplemente no existirían si antes no se hubiera realizado aquella película sobre bailarinas exóticas que buscaban escapar de la explotación sexual, la violencia y la precarización. El cómo se contó esta historia y las técnicas que Verhoeven utilizó también podrían considerarse avanzadas para su tiempo, de ahí la incomprensión y el rechazo del público.
Durante su etapa en Hollywood, Verhoeven ya venía caminando sobre esa delgada línea que separa a la serie B del cine de prestigio. El holandés llegó a Estados Unidos en la década de los 80 escapando de la censura de los Países Bajos, donde ya tenía una amplia filmografía que incluye títulos tan destacados como The 4th Man y Turkish Delight, pero su cine fue tildado de mal gusto por los responsables de otorgar financiamiento desde el gobierno.
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Paul Verhoeven es en esencia un punk. Hasta la fecha, su cine es atrevido y provocador. Con el cambio de milenio también huyó de Hollywood porque quería continuar haciendo cine más realista, pero los ejecutivos de los grandes estudios no se lo permitían y lo querían encasillar como director de ciencia ficción. Hoy, en el gran esquema de las cosas, Showgirls no parece una falla en su carrera, sino un paso lógico.
Verhoeven encontró refugio en Francia, donde empezó su tercer renacimiento con películas como Elle y Benedetta, cargadas de la misma violencia y tensión sexual que caracterizan a su cine, pero ya muy alejadas del convencionalismo hollywoodense. Cuando Elle ganó el Globo de Oro a la Mejor película en lengua no inglesa y su protagonista, Isabelle Huppert, fue nominada al Oscar como Mejor actriz, Verhoeven iba representando a Francia. Por aquellos días explicó que, tanto él como su editor eran holandeses, el guionista era estadounidense y la compositora era británica: “es impresionante que los franceses la usen como su representante. Te habla de que en Francia tienen la mente abierta”.
Verhoeven no ha vuelto a realizar una película de ciencia ficción desde el año 2000 cuando dejó Hollywood. Hoy produce entre Francia y los Países Bajos, aunque ya se anunció su regreso a los Estados Unidos con un thriller político que lo reunirá con el guionista de RoboCop y Starship Troopers. En lo que se refiere al legado de Showgirls y del propio director, hoy existen documentales como RoboDoc: The Creation of RoboCop y You Don’t Nomi, que explican muy bien la importancia de estas películas para sus millones de fans y cómo con el tiempo se han vuelto cine de culto.
En mi opinión como cinéfilo, y con más de 30 años dedicado a la crítica de cine, entiendo que en gustos se rompen géneros (literal) y que no todas las películas le van a gustar a un público masivo. Pero también de eso se trata el cine: es una degustación infinita, un banquete tan largo como la vida misma, que exige de nosotros un paladar adulto y educado y un agudo sentido del gusto, ni bueno ni malo, pero sí refinado, para poder disfrutar todo tipo de propuestas con madurez y sin prejuicios facilones. Así es como el banquete se vuelve exquisito y la vida, por más larga, nunca será aburrida.
También entiendo que, hasta la fecha, hay nuevos tipos de contenidos que un sector del público seguirá rechazando y que no será capaz de apreciar. Quizá el legado de Showgirls no sea tan evidente para todos, esa mezcla de camp, de sexo y de violencia, en parte porque ya se ha normalizado tanto que nadie se detiene a pensarlo.
No puedes separar a la película de su contexto histórico, y así como Pretty Woman sí ES el antecedente directo de Anora, porque en su momento fue demasiado audaz para la mentalidad del público promedio, también Showgirls llevó el cine de explotación a las salas comerciales respaldada por el prestigio de su director. La gente que esperaba algo parecido a Bajos instintos se llevó una gran sorpresa y la odió para siempre, pero estas son precisamente el tipo de películas que ayudan a avanzar la expresión del cine, lo que estamos acostumbrado a ver y eso que entendemos como cultura popular.
Y claro, Showgirls no inventó el cine de explotación pero lo que el público no quiso entender en su momento es que Verhoeven utilizaba este recurso para conectar con el público, aunque en realidad le estaba dando una vuelta, por ejemplo, al crear personajes femeninos fuertes dentro de historias cargadas de testosterona. Desde Christine en The 4th Man, Catherine Tramell en Bajos instintos, Nomi Malone en Showgirls hasta la hermana Benedetta, se trata de mujeres que son dueñas de su sexualidad y la utilizan como arma de supervivencia.
Pero ya para terminar, ¿qué hay de malo en tener placeres culpables? Todos tenemos una, o varias, películas que son de nuestras favoritas aunque -aparentemente- no le gustan a nadie más. En lo personal, yo tengo una larga historia de amor con películas “funadas” por el consenso general. Mi lista incluye títulos tan célebres como Marnie de Alfred Hitchcock, y sí, Emilia Pérez de Jacques Audiard. Pero también Joker: Folie à Deux de Todd Phillips, Vanilla Sky de Cameron Crowe, Hulk de Ang Lee y La mala educación de Pedro Almodóvar.
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En México, soy fan declarado de títulos como Nuevo orden de Michel Franco, Batalla en el cielo de Carlos Reygadas y Así del precipicio de Teresa Suárez. Debo insistir en que ninguna de las películas mencionadas me parecen, ni de lejos, malas películas, sino cine de rompimiento.
Paul Verhoeven fue el primer director que acudió a la ceremonia de los Razzies (la “Frambuesa de Oro” a lo peor del cine) para aceptar sus premios como Peor director y Peor película por Showgirls. En 2025, Francis Ford Coppola, otro legendario realizador, también aceptó su Frambuesa como Peor director por Megalópolis y dijo en un comunicado que era todo un honor: “en este mundo desastroso de hoy, donde el arte recibe puntajes como si fuera lucha libre, elegí no seguir las reglas cobardes impuestas por una industria aterrorizada por tomar riesgos”.
BREVES
Es un buen fin de semana para ir al cine. Ya finalizada la temporada de premios, llegan títulos tan atractivos como Mickey 17 de Bong Joon Ho, Presencia de Steven Soderbergh, Saturday Night de Jason Reitman y Memory de Michel Franco (imperdible), desde el 6 de marzo.
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