Sin máscaras
La terca memoria

Politólogo de formación y periodista por vocación. Ha trabajado como reportero y editor en Reforma, Soccermanía, Televisa Deportes, AS México y La Opinión (LA). Fanático de la novela negra, AC/DC y la bicicleta, asesina gerundios y continúa en la búsqueda de la milanesa perfecta. X: @RS_Vargas

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Sin máscaras. Foto: Envato Elements

Este soy yo, el papá de Ana Camila; el que nunca dejó de ir a un festival escolar de su hija, el que toma café y malteadas con ella los domingos por la tarde mientras platican de libros, series, películas y música. El hijo de Guadalupe, a la que abraza cada mañana; el hijo de Roberto, del que sigue esperando su reconocimiento. El hermano de Omar e Iván; el que se ríe de las mismas anécdotas con ellos, aunque las hayan platicado cien veces.

Este soy yo, al que el olor a tierra mojada lo devuelve a su infancia. El que recuerda en qué partido se tomó su primera cerveza en el estadio, pero a veces no sabe dónde deja las llaves del auto. El buen amigo. Tu peor enemigo. El que perdona, pero nunca olvida. El que reniega de la existencia de un dios. El que llama “El Barba” a ese ser superior. El que reza un Padre Nuestro y la oración de la serenidad todas las mañanas. El hijo de Oshún. El que a veces no cree ni en sí mismo. El que perdió su departamento en el terremoto del 2017.

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Sin máscaras. Foto: Domino público

El que odia las motos. El que tiene todo que ganar; el que tiene mucho que perder. El que no tiene que demostrarle nada a nadie; el que tiene que demostrarle todo a todos. El escritor, el periodista, el politólogo; el que no sabe nada. El que no ha leído Cien años de soledad ni a Kundera. El que no ha visto Matrix ni Titanic. El que sueña con recorrer Euskadi en auto. El que nunca visitará Las Vegas.

El que reniega del futbol; el que pone videos en YouTube para gritar viejos goles. El que entrena CrossFit y boxeo; el que hace 20 años que no se pelea en la calle. Al que todavía le da miedo ponerse un casco para jugar futbol americano; el que busca a su papá en las tribunas cada que termina un partido. El que vuelve a ser un niño cuando se sube a una bicicleta; el que nunca ha dejado de ser niño.

El que busca por instinto canciones de heavy metal, pero llora con algunas canciones de Serrat. El que odia la música de banda; el que quiere a prender a bailar salsa. El que busca la milanesa perfecta; el que no come bróculi, salmón, vísceras ni mariscos. El que sabe preparar un mole de olla; el que no sabe cocinar arroz. El que sueña recurrentemente con olas gigantes; el insomne. El que tiene dos perras y alergia a los gatos; el que tuvo una rata blanca llamada Gertrudis.

El veterano de Tinder y Bumble; el que aún cree en el amor. El que no sabe nada de béisbol; el que llora con películas de béisbol. El que ha leído a Nietzsche, Kant, Rousseau, Locke, Rawls, Bobbio, Sartori, Benedetti y Savater; el que se carcajea de manera descontrolada con Jackass. El que escribe una novela negra a “cuatro manos”; el que publicó un libro que a nadie le interesa. El de Pumas, Raiders y Celtics; el que odia de una manera irracional al Cruz Azul. El ex militante de Acción Nacional; el que votó dos veces por López Obrador. El que quiere abrazarte, cuidarte, dedicarte muchas canciones. El que ya no regala flores…

El contradictorio…

El incongruente…

El egoísta…

El solidario…

El de la terca memoria…

El que mañana cumple 52 años…

A pesar de todo, ese soy yo.

Más del autor: Calzada de Tlalpan, mi amor

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