Periodista especializado en crimen organizado y seguridad pública. Ganador del Premio Periodismo Judicial y el Premio Género y Justicia. Guionista del documental "Una Jauría Llamada Ernesto" y convencido de que la paz de las calles se consigue pacificando las prisiones.
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Un misterioso capo de las drogas llamado ‘El Profesor’
La historia de uno de los narcotraficantes marítimos más importantes del mundo revela la fuerza que tienen los dos cárteles más grandes de México para llegar hasta los países más lejanos.
La historia de uno de los narcotraficantes marítimos más importantes del mundo revela la fuerza que tienen los dos cárteles más grandes de México para llegar hasta los países más lejanos.
Hagamos un viaje al pasado inmediato. Un pequeño brinco hacia atrás: junio de este año. La Policía Internacional (Interpol) busca a un fantasma. Se trata de uno de los mayores narcotraficantes del mundo, pero los agentes no están seguros de cómo es su rostro, cuál es su nombre completo, dónde ni cuándo nació.
Las policías nacionales de más de cien países sólo tienen como pista que le dicen “El Profesor” por su fachada de maestro de idiomas. Un hombre que parece estar hecho de vapor, pero que se volvió real en diciembre del año pasado, cuando fuerzas navales francesas interceptaron un yate español en la zona de ultramar gala, cerca de Martinica. Los agentes llevaban meses dando seguimiento a esa embarcación con la sospecha de que llevaba y traía cocaína desde el Caribe hasta Europa.
Los meses de investigación previa dieron frutos cuando los agentes encontraron compartimentos secretos en el yate. Dentro estaban varios paquetes con cinta canela y GPS para localizarlos, incluso si el barco naufragaba en el oleaje de Caracas, Puerto España, Castries y Fort de France. En total, el yate navegaba con 1.2 toneladas de cocaína con un valor callejero de cerca de 2 mil 21 millones de pesos mexicanos.
El detenido fue la primera sorpresa de ese operativo. Un tipo que se salía completamente del perfil del narcotraficante de aguas profundas: Conor Cowan quien, en lugar de tener el aspecto de un agresivo pirata, resultó ser un pescador bonachón con unos treinta años y conocido en su comunidad por tener una embellecida cuenta de Instagram con fotografías de las playas, atardeceres y zambullidas al mar con su perra Luna.
A lo largo del operativo que siguió por varios meses, cayeron más y más. En total, 52 hasta junio. Todos acusados de integrar una de las bandas de tráfico de cocaína más longevas y millonarias del mundo. Con los testimonios de cada uno se supo que la organización criminal tenía cientos de lanchas, barcos y yates que salían vacíos desde España, se cargaban con cocaína en el Caribe y Sudamérica —Trinidad y Tobago, Venezuela, Brasil, Colombia— y devueltos al Mar Mediterráneo para que la droga llegara después, vía terrestre, a Europa y África.
El jefe de todos ellos era un tipo misterioso al que todos conocían únicamente como “El Profesor”. Astuto y esquivo, logró escapar antes de que la policía llegara hasta él en España. Calladamente, se volvió el prófugo más buscado en el mundo… por menos de dos meses.
Un impresionante operativo de inteligencia criminal en más de 50 países lo ubicó a finales de julio en Bogotá bajo una falsa identidad. Estaba por salir de Colombia en un avión hacia España, cuando fue detenido. Gracias a varios exámenes genéticos, la Interpol confirmó que habían detenido con éxito a ese fantasma acusado de ser el “más grande narcotraficante marítimo del mundo”: el noruego Pazooki Farhad.
La historia resumida de su caída sería una anécdota más en el mundo del narcotráfico, excepto porque salpica a México: Farhad confesó ser socio del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación. Un dato escueto da una idea del poder de estos dos cárteles mexicanos: la cocaína made in Mexico llegaba, de la mano del “Profesor”, hasta lugares tan lejanos como Rumania o Albania.
GRITO. En el argot criminal, Pazooki Farhad es un “broker”. Al más grande de todos, fugitivo y operando, le llaman “Four” y cuentan que se le ha visto por Puerto Vallarta.