Defensor de la Fe, ¿qué es y por qué Carlos III no quiere serlo?
Foto: Ben Stansall/AFP/Getty Images

Será el rey número 40 de Inglaterra, cuya intrincada historia es indivisible del poder religioso enarbolado en la cristiandad monárquica, aquella que impuso el emperador Constantino en la antigua Britania a mediados del Siglo IV, que pelearon los reyes anglosajones y que devino cruzadas cruentas durante el medievo oscuro, hasta que la “deconstruyó” en el renacimiento Enrique VIII, el primer “Defensor de la Fe”.

Pero, ¿de qué fe? De la Iglesia de Inglaterra, que es anglicana y protestante, derivada de la Reforma iniciada en Alemania por Martín Lutero, cuyo movimiento radical en contra de las costumbres católicas episcopales incendió a toda Europa en el Siglo XVI.

“En mi casa mando yo”

Enrique VIII (el infame rey de las seis esposas) un católico devoto, escribió una respuesta llamada “En defensa de los Siete Sacramentos”; por ello, el Papa Pio XII le otorgó el título de “Defensor de la Fe” en octubre de 1521.

Sin embargo, los contextos personales y políticos del rey lo orillaron a tomar decisiones aún más radicales que las de Lutero: A romper con el papado tras siete años de cabildeos y presiones para que Roma anulara su matrimonio con su esposa Catalina de Aragón.

Si bien el motivo principal era obtener la dispensa papal para desposar a la cortesana Ana Bolena, la realidad demostrada por historiadores recientes como Eric Ives, Claire Ridgeway, y Hayley Nolan es que Enrique no quería que su poder como gobernante se viera sesgado por las presiones externas de Roma o del Emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano-Germánico, una suerte de coalición de imperios católicos europeos que dirigía el rey de la España católica.

Colocarse a sí mismo como Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra lo pondría por encima del Papa pero en contacto directo con dios y Jesucristo, o como lo pone la periodista e historiadora Catherine Pepinsteer: “Un reformista en lo público, pero un católico de clóset en lo privado, porque nunca dejó de profesar el consabido ‘temor de Dios’”.

500 años de agitación

Enrique VIII rompió con Roma y el Parlamento pasó el Acta de Supremacía en 1534, y desde entonces, todos los sucesores a la Corona llevan el título “Defensor de la Fe”.

“Su hija y tercera sucesora Elizabeth I decidió fundamentar su coronación en el Protestantismo (Mary I, su hermana antecesora, fue católica) pero se debate hasta el día de hoy es si realizó la ceremonia de la comunión en un rito católico o protestante”, señala el Dr George Gross, investigador visitador de estudios teológicos de la universidad King’s College London de Reino Unido, en entrevista exclusiva para La-Lista.

“La transmutación es la gran diferencia con la misa católica: creer que realmente la hostia y el vino son el cuerpo y la sangre de Cristo o si solo es una tradición representativa de la Última Cena”, dice Gross.

“Lo que te puedo decir es que jurar ser el Defensor de la Fe es una tradición de 500 años que no va a desaparecer ni destruirse de un día para otro”, afirma.

El rey no tiene el poder…

Esto viene a colación porque, si bien la Reforma protestante de Inglaterra tardó varios siglos en definirse tal como la conocemos hoy, el Acta de Coronación de 1688 establece “la continuidad de la Iglesia Protestante Reformada establecida por la ley”; es decir que el pretendiente al trono si aspira a ser monarca, debe ser protestante y nunca católico o de alguna otra religión.

Al ascender en septiembre de 2022, Charles III juró El Acta de Ascensión de 1910 en St James Palace, cuya declaración incluye también “defender a la fe”, pero hizo una pequeña advertencia: “Creo que tengo que decir esto tal y como viene escrito”, como un guiño a su convicción sobre la inclusión étnica, racial y religiosa desde que dijo en público en 1994 que quería ser: “defensor de fes y no de la fe”.

Durante su primer discurso a la nación hizo hincapié en que defendería todas las creencias y libertad de sus ciudadanos británicos.

“Por eso es controversial llamarse ‘Defensor de la Fe’ en una coronación en pleno 2023, porque si el monarca es el Supremo Gobernante de la Iglesia de Inglaterra y nosotros somos un estado eclesiástico, implica un conflicto representar a una nación multi-creyente siendo jefe de una sola religión”, apunta el Dr George Gross.

Por su parte, el constitucionalista Robert Hazell de la University College de Londres explicó por qué no es posible cambiar las palabras el próximo 6 de mayo: “Porque el juramento de coronación pertenece a un Acta del Parlamento y cambiar cualquier sentido requiere una iniciativa de ley que debe de pasar. El rey es una persona muy respetuosa y consciente de la Constitución y de su papel en la Iglesia y la importancia de la ley parlamentaria y constitucional; podría hacer una modificación moderada, pero no lo veo plausible”.

El propio Hazell ofreció las diferencias entre el contundente juramento de Elizabeth II en 1953 y el juramento que propuso su unidad de la UCL para Charles III, o quizás para William cuando llegue su turno.

El juramento

El arzobispo de Canterbury le preguntó a Isabel II el juramento de fe con estas palabras:

¿Mantendrá al máximo de su poder las Leyes de Dios y la verdadera profesión
del Evangelio? ¿Mantendrá hasta el máximo de su poder en el Reino Unido
la religión reformada protestante establecida por la ley? ¿Mantendrá y preservará
inviolablemente el establecimiento de la Iglesia de Inglaterra, la doctrina, el culto, la disciplina, y por lo tanto su gobierno por la ley establecida en Inglaterra? ¿Y preservará entre los obispos y el clero de Inglaterra y a las iglesias allí comprometidas con sus
cargo, todos los derechos y privilegios que por ley les corresponden o corresponderán a ellos o a cualquiera de ellos?

Propuesta de juramento moderado para Carlos III

Este sería el juramento que quizás haga Carlos según el UCL:

¿Mantendrá el poder en Gran Bretaña de la religión protestante reformada establecida por la ley y preservar en todo el Reino Unido la libertad y protección comprendidas en la ley para toda clase de religiones y credos?

“No hay controversia alguna”, dijo el Arzobispo de Canterbury Justin Welby a la cadena británica ITV al respecto de la citada polémica, pero dejó ver lo que podría ser un cambio esperado: “El servicio será profundamente cristiano y cuando los detalles salgan al público se revelará que será representativo de todas las personas de la nación”.

Se ha anunciado el rol de tres líderes parlamentarios de distintas religiones: Musulmana, Singh y judía, que tendrán roles estelares: Lord Kamall, que cargará los brazaletes de la investidura; la baronesa Gillian Merron, que colocará la capa de estado; y Lord Singh de Wimbledon, que otorgará el guante para sostener el cetro.

La madrugada del 6 de mayo de 2023 sabremos si el rey activista por el cambio climático, la libertad de credos, la filantropía y la inclusión le dará un giro a cinco siglos de agitaciones religiosas.

Su majestad el rey Carlos III por la Gracia de Dios, del Reino Unido de la Gran Bretaña y de Irlanda del Norte y de sus otros Reinos y Territorios, Jefe de la Commonwealth y… Defensor de la Fe.

Nota del editor: Gabriella Morales-Casas es periodista con 30 años de experiencia y directora de El Principado, agencia de contenido y consultoría especializada en monarquía, etiqueta e historia británica.

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