Saif Gadafi: revelan la vida en Londres del explayboy que podría liderar Libia
Saif al-Islam Gaddafi en 2002, de pie frente a un cuadro en el que aparece una imagen de su padre, Muammar Gaddafi, en la esquina superior derecha. Foto: Rex Features

El organizador señaló que sería “la fiesta más increíble jamás realizada en Punta del Este”, un glamuroso centro turístico costero en Uruguay. Le ofreció a su cliente un sistema de sonido, un DJ, decoradores, fuegos artificiales y “modelos desnudas nadando en la alberca”. El cliente –un intermediario con estrechos vínculos con los gobernantes de Libia– descartó los fuegos artificiales.

Según parece, el intermediario le transfirió al organizador 34 mil 300 dólares, y le pidió que se entregara un cordero completo asado todos los días en la villa de la fiesta, entre el 30 de diciembre de 2006 y el 6 de enero de 2007. Ahí le acompañarían sus compatriotas libios y su jefe, Saif al-Islam Gadafi, que tenía previsto volar desde Sudáfrica.

Saif tenía motivos para celebrar. Era el heredero de la dictadura de su padre, Muammar Gaddafi, y su imagen internacional aceptable. Dirigía las negociaciones con Gran Bretaña acerca del atentado de Lockerbie. El Foro Económico Mundial lo había nombrado “Joven Líder Global”. En su tiempo libre, estudiaba un doctorado en filosofía en la London School of Economics.

Ahora, un caché de correos electrónicos y documentos, vistos por The Guardian y Tortoise Media, pone de manifiesto las actividades del aspirante a mandatario en un momento en el que se incorporaba a la vida pública, encabezando un acercamiento con los gobiernos occidentales. La correspondencia entre Saif y sus asociados ofrece una inusual vista de las entrañas del régimen de Gadafi, durante un momento crucial en su relación con Gran Bretaña.

Los buenos tiempos durarían otros cuatro años, antes de que estallara la primera guerra civil de Libia, impulsada por el gobierno cleptocrático de su padre. Los rebeldes ejecutaron cruelmente a Muammar, antes de capturar a Saif, quien desapareció entonces de la escena pública.

Una década después, Saif salió de su cautiverio en el baluarte rebelde de Zintan, vestido con ropa bereber, para anunciar que se postularía a la presidencia. Firmó los documentos de su candidatura con una mano herida a causa de los ataques aéreos que derrocaron el régimen de su padre. Los desacuerdos entre las facciones rivales han retrasado las elecciones, lo cual ha provocado una serie de protestas este mes. La ONU presiona para que se acuerde una nueva fecha para las elecciones. Cuando comience la contienda por la presidencia, muchos libios parecen estar dispuestos a darle sus votos a Saif.

Traumatizados por años de guerra civil, añoran la relativa estabilidad de los años del régimen de Gadafi. Ha sido un largo viaje. “Tienes que regresar poco a poco, lentamente”, comentó a los periodistas el pasado mes de noviembre, cuando anunció su campaña. “Como un striptease”.

Existen obstáculos. Saif debe ser juzgado por la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad, lo cual plantea dudas sobre su aptitud para el cargo. Se le considera responsable de los asesinatos y persecuciones cometidos por las fuerzas de seguridad que estaban bajo su control durante la guerra.

Cuando Saif se mudó a Londres en 2002, se reunió un equipo de funcionarios y facilitadores para gestionar sus asuntos. Los asuntos administrativos fueron gestionados por la Libyan Foreign Investment Company (LFIC) con sede en Londres, según una fuente de la misma. Las actividades extracurriculares estuvieron a cargo de un grupo de jóvenes libios, entre ellos Faisal Zuwawi, el organizador de la fiesta en Punta del Este, quien en ese momento estaba involucrado con la Federación Libia de Futbol. Uruguay fue solo una de las muchas salidas. Zuwawi se encargó de yates en el Mediterráneo, clubes en el Caribe, un avión privado y prostitutas.

Se dice que Saif comenzó pidiendo a su intermediario de la LFIC un departamento en Belgravia. Después, al parecer, aumentó sus exigencias: más departamentos, un mayordomo, un chofer y personal de seguridad. Se comenta que el intermediario pagó los gastos, incluida la renta, y posteriormente los facturó a la oficina de Saif en Libia, un país en el que los ingresos promedio eran aproximadamente un tercio de los de Gran Bretaña.

Recuerda haber llevado a Saif a una reunión informativa con oficiales del MI6 en relación con su seguridad personal. Saif también se reunió con funcionarios del gobierno. Tenía muchos asuntos que discutir. En 2003, después de largas negociaciones, anunció que Libia “aceptaría la responsabilidad” del atentado de Lockerbie y pagaría 2.7 millones de dólares en compensación a los familiares de las víctimas.

La atención de Saif se centró entonces en lograr la pronta liberación de Abdelbaset al-Megrahi, el terrorista convicto del atentado de Lockerbie a quien le diagnosticaron cáncer de próstata mientras se encontraba encarcelado cerca de Glasgow. Contrataron a agentes de relaciones públicas para que crearan una página web de campaña –www.justiceformegrahi.com– y para que ejercieran presión sobre los periodistas. “Al reunirme con diversos miembros del personal de todo el espectro de los medios de comunicación”, explicó un agente en una nota informativa, “tengo que actuar como si esto no se tratara de una campaña de relaciones públicas orquestada”.

Los intermediarios de Saif también contaron con la ayuda de los médicos. La ley escocesa permitía que los presos que tuvieran menos de tres meses de vida fueran liberados por motivos humanitarios. Se habían llevado a cabo varias evaluaciones por escrito sobre el preso, el cual no estaba recibiendo un tratamiento activo, y se decidió que se le examinara personalmente. El 24 de julio de 2009, Saif recibió un correo electrónico de Karol Sikora, un profesor de oncología con sede en Londres. “Creo que el diagnóstico del Sr. Al-Megrahi es muy malo”, escribió Sikora. “La mejor manera de convencer a las autoridades británicas de que le permitan regresar a casa por motivos humanitarios sería que dos médicos se reúnan con él y que un tercer experto concuerde con sus conclusiones”.

Sikora se propuso como presidente del grupo de tres personas. Ha manifestado que acordó con Saif que le pagarían el precio estándar de la Autoridad de Litigios del Servicio Nacional de Salud (NHS) para los expertos médico-legales por su trabajo. Posteriormente visitó a al-Megrahi en la cárcel, determinó que al hombre le quedaban tres meses de vida y presentó su valoración a la embajada de Libia en Londres. Las autoridades escocesas aceptaron el diagnóstico.

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FOTO: (De izquierda a derecha) Saif al-Islam Gaddafi, Faisal Zuwawi y un hombre desconocido.

Saif también presionó al gobierno de Gordon Brown. Los correos electrónicos sugieren que Zuwawi rentó un yate para viajar a Corfú entre el 1 y el 3 de agosto. Como ya se ha informado, Saif viajó a Corfú durante ese lapso y se reunió con Peter Mandelson, el entonces ministro de mayor rango del gabinete de Brown, pasando una noche en la villa frente al mar de Jacob Rothschild. Una persona de la villa recuerda que Saif llegó en traje de combate con su séquito, se dirigió con Mandelson a un lugar apartado en el jardín y planteó la cuestión de al-Megrahi. El vocero de Mandelson comentó en 2009 que ambos habían discutido el caso de Lockerbie en una conversación “fugaz”.

Cuando fue contactado para este artículo, Mandelson indicó que él no participó “en absoluto” en ninguna negociación sobre su liberación, y añadió: “hasta donde recuerdo, ni él (Saif) ni un representante me pidieron que actuara en este caso”. El 20 de agosto de 2009, el secretario de Justicia de Escocia, Kenny MacAskill, presionó el botón, liberando a Al Megrahi para que viviera sus últimos tres meses en Libia.

Un día después, los documentos sugieren que Saif redactó una carta dirigida al primer ministro de Escocia, Alex Salmond, en la que expresó su “más profundo agradecimiento por la comprensión y la disposición para tomar todas las medidas necesarias que fueran requeridas para facilitar la decisión del secretario MacAskill”. Salmond señala que “no recuerda haberla visto”. Añade que el gobierno del Reino Unido no tuvo “ninguna influencia” en la decisión tomada por MacAskill, la cual fue tomada “de forma absolutamente correcta y conforme al debido proceso”. Ese mismo día, Saif redactó una carta similar dirigida a Simon McDonald, asesor de política exterior de Gordon Brown, en la que le transmitió su “sincero y profundo agradecimiento por su apoyo durante los últimos meses para lograr la liberación del Sr. Al-Megrahi”.

McDonald señala que él fue el interlocutor de Brown en las negociaciones. “Hasta donde yo sé, yo era la única persona con la que Saif negociaba en el gobierno británico, era un canal único, yo y Saif al-Islam”. Consideraba que no existía nada extraño en la relación con el hijo del dictador, a pesar de no tener un cargo oficial, “porque él tenía la clara instrucción de su padre de hacer regresar a casa a un prisionero libio enfermo en fase terminal”. Recuerda a su interlocutor como “muy tranquilo, con un inglés excelente, muy bien vestido”. Visitaron la granja de Saif cerca de Trípoli, donde McDonald vio un tigre blanco en una jaula de alambre desconcertantemente frágil. “La siguiente vez que vi al tigre blanco, era una alfombra en el piso del majlis (sala de recepción) de Saif al-Islam”.

La alta política se mezcló con las excentricidades vistosas en el verano de 2009. Zuwawi había reservado un yate con motor de 61 pies, provisto de un capitán y otros dos miembros de la tripulación, con un costo de 55 mil 400 euros. El director de la empresa de alquiler de yates puso entonces en contacto a Zuwawi con una agencia de acompañantes. La cadena de correos electrónicos incluye fotografías de la agencia de mujeres desnudas en poses eróticas. “Son buenas solas, si hablamos de parejas, recomiendo a Leonie con Szilvi o con Chanel, o a Chanel con Marsha”, escribe el contacto de la agencia, “ambas tienen pocos tatuajes”.

Saif también se relacionó con la alta sociedad. En mayo de 2010, recibió un correo electrónico que parece ser de la supermodelo Naomi Campbell con el título del asunto: “Ghislaine Maxwell. Amiga de Naomi Campbell viene a Libia”. El correo electrónico describió a Maxwell como una “gran amiga” que quería ir a Libia “con su barco” por “placer” en septiembre. En el correo electrónico se le pedía a Saif que lo hiciera posible, se le proporcionaba el correo electrónico de Maxwell, y terminaba con “abrazos, abrazos” y “amor y luz”. Según parece, Saif respondió: “Hola Naomi, tu amiga es bienvenida en Libia. Por favor, dile que contacte a Mohamed”, la mano derecha de Saif. Se desconoce si hubo alguna otra comunicación.

El vocero de Campbell comentó: “La Sra. Campbell no reconoce el supuesto intercambio de correos electrónicos. Dado que The Guardian se ha negado a proporcionarle una copia del supuesto intercambio o a proporcionarle cualquier prueba sobre su autenticidad, ella no se encuentra en posición de realizar comentarios”.

Saif también se relacionó con las personas más poderosas e influyentes del mundo en el Foro Económico Mundial. Su fundador, Klaus Schwab, invitó personalmente a Saif a asistir a la reunión anual de Davos en enero de 2011, describiéndolo en una carta como “un ávido creador de puentes y un verdadero defensor del diálogo”.

Saif al-Islam Gadafi y Faisal Zuwawi no respondieron las solicitudes para conocer sus comentarios.

Cuando estalló la guerra civil en Libia dos semanas después del encuentro en Davos, Saif prometió “luchar hasta el último hombre, la última mujer y la última bala”. El Foro Económico Mundial rompió su contacto con él.

Aparentemente, Zuwawi comenzó a comprarle cascos, chalecos antibalas y vehículos blindados al grupo Bin Jabr de los Emiratos Árabes Unidos. Recibió un presupuesto de 23.8 millones de euros por 120 vehículos. No obstante, Zuwawi también buscaba una salida. Cuando comenzó la violencia, investigó sobre la compra de departamentos en el centro de Londres, y posteriormente en el centro de Dubai.

Pocos días después de recibir su cotización por parte del Grupo Bin Jabr, Zuwawi cambió de bando, convirtiéndose en un testigo colaborador en el caso contra Saif en la Corte Penal Internacional de La Haya. Estableció vínculos con el Consejo Nacional de Transición que tomó el control de Trípoli después de la revuelta. Al final, fue Zuwawi quien delató la ubicación de Saif, comentando a un alto miembro del consejo que el hijo del dictador se encontraba cerca de Níger y solicitando que un médico tratara su mano mutilada.

Los rebeldes de Zintan lo alcanzaron primero y se lo llevaron como un valioso rehén. No se ha revelado el carácter de cualquier acuerdo con sus antiguos captores, sin embargo, el hijo de un infame dictador tiene libertad para postularse. El caso de la CPI presentado contra él no ha supuesto ningún impedimento. Un tribunal libio aprobó su candidatura con el argumento de que, hasta la fecha, el heredero de Gadafi no tiene antecedentes penales.

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