El secretario de Defensa del Reino Unido y el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos sugirieron que Ucrania debería mostrar más gratitud por la ayuda que ha recibido de Occidente, en respuesta a las quejas de Volodímir Zelenski de que no se le ha dado a su país una fecha concreta o un conjunto de condiciones para unirse a la OTAN.

Sus comentarios improvisados –realizados en dos eventos distintos al margen de la segunda jornada de la cumbre de la OTAN en la capital de Lituania, Vilna– parecieron provocar un cambio de táctica del líder ucraniano el miércoles, quien posteriormente dijo estar “agradecido con todos los líderes de los países de la OTAN” por su apoyo y ayuda.

Ben Wallace, secretario de Defensa del Reino Unido, señaló que “nos guste o no, la gente quiere ver un poco de gratitud”, cuando le preguntaron sobre la frustración de Zelenski por no haber recibido una invitación formal para unirse a la OTAN, y aconsejó a Ucrania que podría ser útil que adoptara una actitud diferente.

Planteando sus comentarios como un consejo útil, Wallace dijo que Ucrania tenía la costumbre de tratar a sus aliados, incluido el Reino Unido, como si fueran un almacén de Amazon con listas de peticiones de armas, y que no siempre era cuidadoso a la hora de intentar ganarse a los políticos más escépticos del Congreso estadounidense y de otros lugares.

“A veces tienes que persuadir a los países para que renuncien a sus propias reservas (de municiones)”, comentó Wallace. “A veces tienes que persuadir a los legisladores del Capitolio en Estados Unidos. Tienes que persuadir a políticos incrédulos de otros países de que, ya sabes, vale la pena”.

Wallace señaló que no era la primera vez que había hablado con Kiev sobre este tema. “Les dije que el año pasado, cuando conduje 11 horas para que me dieran una lista, que yo no soy como Amazon”, explicó, y observó que Ucrania tenía la costumbre de, una vez obtenido un tipo de arma, empezar inmediatamente a presionar para obtener otra.

Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, argumentó que “el pueblo estadounidense se merece cierto grado de gratitud”, en respuesta a la mordaz pregunta de un activista ucraniano que preguntó si el presidente estadounidense, Joe Biden, denegaba la adhesión a la OTAN porque tenía “miedo de que Rusia perdiera, miedo de que Ucrania ganara”.

Sullivan, evidentemente irritado, respondió: “Estados Unidos de América ha intervenido para proporcionar una enorme cantidad de capacidad para ayudar a garantizar que los valientes soldados de Ucrania tengan la munición, la defensa antiaérea, la infantería, los vehículos de combate, el equipo de retirada de minas”.

El discurso similar de los dos hombres sugirió que existía cierto grado de coordinación y supuso un inusual alto a las reiteradas peticiones de Ucrania de ayuda militar y diplomática formuladas en una cumbre diseñada para incrementar el apoyo que Occidente presta a Kiev, pero sin ofrecerle una vía inmediata para adherirse a la OTAN, lo cual podría desembocar en una guerra directa con Rusia.

El martes, Zelenski se quejó en las redes sociales de que era “absurdo” que se le dijera a Kiev que sería bienvenida en la alianza, pero que no se le diera una fecha ni unas condiciones exactas. Sin embargo, el miércoles, al asistir en persona a la reunión de la OTAN, el dirigente ucraniano intentó suavizar el tono.

“El resultado de la cumbre de líderes celebrada en Vilna constituye un éxito muy necesario y significativo para Ucrania. Estoy agradecido con todos los líderes de todos los países de la OTAN por su apoyo tan práctico y sin precedentes”, comentó Zelenski, que se encontraba junto a Biden, Rishi Sunak y otros líderes del G7.

Posteriormente, cuando se le preguntó a Zelenski sobre los comentarios de Wallace, el presidente ucraniano respondió: “Creía que siempre hemos sido muy agradecidos con el Reino Unido”, y pidió a su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, que se encontraba entre el público, que le llamara urgentemente por teléfono a su homólogo británico para agradecerle de nuevo su apoyo.

El G7 acababa de hacer pública una declaración conjunta en la que las principales economías se comprometían a “garantizar una fuerza sostenible capaz de defender a Ucrania en el presente y disuadir la agresión rusa en el futuro”, así como a mantener el apoyo económico y ayudar en las labores de reconstrucción.

No obstante, Zelenski comentó que, aunque era “comprensible que Ucrania no pueda unirse a la OTAN cuando está en guerra”, habría sido ideal que se hubiera invitado a Kiev a unirse a la alianza en algún momento futuro. Zelenski señaló que una invitación habría constituido una señal de que la OTAN tomaba en serio la adhesión.

En unos comentarios regulares realizados en la noche del jueves, Zelenski fue más positivo, diciendo que “por primera vez desde la independencia, formamos una base de seguridad para Ucrania en su camino hacia la OTAN”.

“Y lo que resulta muy importante, durante estos dos días de Cumbre, acabamos con todas las dudas y ambigüedades sobre si Ucrania entrará a la OTAN. Lo hará”.

Añadió que estaba “agradecido con todos aquellos que trabajaron por la unidad en Vilna”.

El ejército de 31 países de la OTAN opera basándose en el principio de que un ataque contra uno de sus países se considera un ataque contra todos ellos, y aunque Ucrania opina que la adhesión es su mejor esperanza de obtener seguridad a largo plazo, tiene que lidiar con el hecho de que muchos miembros de la OTAN no permitirán que Kiev se incorpore mientras continúe la guerra.

Más tarde, Sunak intentó distanciarse de los comentarios de Wallace. El primer ministro dijo que Zelenski, con quien se había reunido antes, “expresó repetidamente su gratitud hacia mí y hacia el pueblo británico, y de hecho también hacia otros aliados”, y puso como ejemplo el discurso que Zelenski pronunció en Westminster el pasado mes de febrero.

Fuentes cercanas a Wallace señalaron que estaba reflexionando sobre la necesidad de que Ucrania se dirija a los sectores de la opinión pública y los parlamentos de la comunidad internacional a los que es necesario alentar.

Los comentarios acapararon la última jornada de la cumbre de dos días, que concluyó con el discurso pronunciado por Biden en la Universidad de Vilna, que observaron varios miles de personas. Biden prometió apoyar a largo plazo la lucha de Ucrania por la libertad, argumentando: “Nuestra unidad no flaqueará, se lo prometo”.

Biden comparó el apoyo que Occidente presta a Ucrania con la lucha histórica de Lituania para escapar del dominio soviético y señaló que reflejaba valores profundamente arraigados. “La defensa de la libertad no es el trabajo de un día o de un año. Es la vocación de nuestra vida, de todos los tiempos”, afirmó.

Rusia, por su parte, indicó que el envío de ayuda militar adicional a Ucrania podría desencadenar una guerra de mayor magnitud. Dmitri Medvédev, subsecretario del poderoso Consejo de Seguridad de Rusia y belicoso opositor de Occidente, señaló que el aumento de la ayuda militar que la OTAN presta a Ucrania estaba propiciando una tercera guerra mundial.

El vocero de Vladimir Putin, Dmitry Peskov, indicó que el compromiso del G7 “hará que Europa sea mucho más peligrosa” en los años venideros.

“Al dar garantías de seguridad a Ucrania, están socavando la seguridad de la Federación Rusa”, señaló.

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