Uno de cada cuatro delegados multimillonarios de la COP28 amasó su fortuna con industrias contaminantes
Activistas por el clima en una protesta contra los combustibles fósiles durante la COP28 celebrada en Dubái el martes por la noche. Foto: Giuseppe Cacace/AFP/Getty Images

Al menos una cuarta parte de los multimillonarios inscritos como delegados en la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28, han amasado sus fortunas en industrias altamente contaminantes como la petroquímica, la minería y la producción de carne de vacuno, según revela un nuevo análisis.

Los resultados, revelados a The Guardian en un análisis exclusivo de los 34 multimillonarios inscritos en la cumbre de la ONU, suscitan preocupación por la influencia que ejercen los megaempresarios ultrarricos en los esfuerzos mundiales por atajar la crisis climática. Entre los 34 suman una fortuna de 495 mil 500 millones de dólares (alrededor de 8 billones 550 mil millones de pesos).

El elevado número de multimillonarios en la conferencia, junto con los numerosos jets privados en los que viajaron, sugiere que la COP puede ser ahora el segundo lugar, después de Davos, como punto de encuentro para los ultrarricos del mundo, que pueden reunirse y potencialmente influir en los líderes gubernamentales y en los políticos y burócratas de alto nivel, al tiempo que hacen tratos con otros empresarios.

La fundación del oligarca ruso Andrey Melnichenko, por ejemplo, figura como “defensora del clima” en el sitio web oficial de la COP28, aunque sus empresas han invertido supuestamente 23 mil millones de dólares (397 mil 47 millones de pesos) en la producción de carbón y fertilizantes en los últimos 15 años. Como estrecho aliado de Vladimir Putin y presidente de la comisión rusa de política climática y regulación del carbono, Melnichenko está en una posición poderosa para cambiar la economía rusa, basada en carbono. Puede que lo esté haciendo, pero su proyecto estrella en la COP es una exposición sobre el Parque Pleistoceno en torno a un proyecto para recuperar el mamut lanudo e invertir un cambio en el ecosistema de 10 mil años de antigüedad.

Melnichenko ha sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, al igual que otro delegado ruso que figura en la lista de COP28, Vagit Alekperov, que posee una participación del 30% en Lukoil, el segundo mayor productor de petróleo y gas del país. El multimillonario kazajo Timur Turlov, acusado de ayudar a oligarcas rusos a eludir sanciones a través de su empresa financiera, intervino en un panel sobre gobernanza medioambiental y social.

Cuatro de los multimillonarios tienen distintivos de partido, lo que significa que pueden entrar en las negociaciones en la zona azul, mientras que otros 11 tienen distintivos de país anfitrión porque fueron invitados por Emiratos Árabes Unidos. Entre ellos se encuentran Aliko Dangote, magnate nigeriano del cemento y el petróleo; Mukesh Ambani, jefe de un conglomerado indio de gas y petróleo y miembro del grupo asesor internacional de la presidencia de la COP28, y el fundador estadounidense de Microsoft, Bill Gates, cuya empresa nuclear cerró un acuerdo con Emiratos Árabes Unidos esta semana.

Aunque está ampliamente aceptado que las empresas y el dinero deben formar parte de cualquier solución climática, cada vez preocupa más que los multimillonarios y las empresas estén teniendo un papel desproporcionadamente influyente en las reuniones de la COP. Como reveló el mes pasado The Guardian en su informe The Great Carbon Divide, la desigualdad climática está empeorando las consecuencias y retrasando la adopción de medidas.

Alex Maitland, de Oxfam, que recopiló el análisis de los multimillonarios de la COP28, afirmó: “El número de multimillonarios en la COP es escandaloso y una prueba más de su influencia entre bastidores. Los superricos, que son los que más han contribuido al cambio climático, se movilizan para acallar las voces de las comunidades que sufren sus consecuencias”.

El chismorreo y la creación de redes adoptan muchas formas. Algunos multimillonarios han establecido contactos muy públicos, como el magnate inmobiliario emiratí Hussain Sajwani, que ha colgado en las redes sociales fotografías de sus encuentros con el rey Carlos y el presidente de Sri Lanka. Otros han intervenido en los actos, como Ray Dalio, fundador del fondo de cobertura Bridgewater, cuya fortuna se estima en 15 mil millones de dólares (258 mil 944 millones de pesos), quien afirmó que las soluciones climáticas tienen que ser rentables y que el mundo no tiene dinero suficiente. Al menos un delegado multimillonario mantiene ya relaciones comerciales con el país anfitrión: el inversor egipcio en fertilizantes, cemento y deportes Nassef Sawiris, cuya empresa OCI colabora en el desarrollo del “amoníaco azul” con Adnoc, la petrolera dirigida por el presidente de la COP28, el sultán Al Jaber.

Gran Bretaña también ha estado representada en la COP28 por dos de sus superricos, aunque no multimillonarios: Rishi Sunak, de quien se dice que es el primer ministro más rico de la historia del Reino Unido, con una fortuna valorada en 810 millones de dólares (13 mil 983 millones de pesos), y el rey Carlos III, cuyo patrimonio se estima en unos 500 millones de dólares (8 mil 631 millones de pesos).

Muchos otros multimillonarios no están presentes en persona, pero sus empresas cuentan con un ejército de ejecutivos y grupos de presión para promover sus intereses en la COP. En la última semana, grupos de vigilancia han revelado que las empresas petroleras y de gas han enviado a 2 mil 456 participantes a la COP28, la industria de captura y almacenamiento de carbono al menos a 475, y el sector cárnico, lácteo y agroalimentario a 340, más del doble en comparación con la cumbre de la ONU del año pasado.

Según Influence Maps, menos de una de cada diez empresas representadas en la COP28 cuenta con grupos de presión que apoyan la política climática alineada con París. Utilizando la misma metodología, Maitland calcula que una proporción aún menor de empresas propiedad de multimillonarios, cinco de 94, trabajan en pro de los objetivos de París. Las cinco cumplidoras son Heineken, H&M, Diageo, Microsoft y Alphabet. En total, las empresas multimillonarias han enviado a 399 delegados.

Ninguno de los multimillonarios consultados por The Guardian quiso hacer comentarios.

Maitland dijo: “Los multimillonarios y sus empresas han acudido a la COP28 en masa, muchos de ellos para presionar a favor de políticas que convengan a sus intereses empresariales a corto plazo, no al planeta. Las negociaciones sobre el clima son demasiado importantes para que las hunda la codicia”.

Otros multimillonarios tienen una postura más responsable. La heredera suiza en biotecnología, Dona Bertarelli, regaló su boleto a la COP28 en favor de los expertos porque consideraba que sólo estaría haciendo ostentación de su cargo. El multimillonario británico Christopher Hohn aprovechó la ocasión para exigir a los bancos que tomen medidas inmediatas contra el cambio climático, en lugar de hacer declaraciones sobre el 2050, mientras que el magnate australiano de los metales Andrew Forrest se ofreció a poner su cabeza en una estaca al reconocer que una parte considerable de la culpa era de gente como él. “No estoy señalando con el dedo a los demás, sino diciendo que yo también soy parte del problema. Pero al menos estoy cambiando”, afirmó.

Traducción: Ligia M. Oliver

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